Amanecer II

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Mirada Fría

Y la vi de nuevo, tan distante
Me atreví a hablarle para luego darme cuenta que ya veía a alguien más
Ocultaba de mi su Mirada Fría como si viera sus cicatrices sin embargo contenía sus lágrimas y entre sollozos exclamó: ¡Ahora voy hacia un lugar donde no existe miedo, dónde no vive el adiós!
Quise detenerla pero su mortalidad estaba desaparecido y la mía se mantenía más fuerte que nunca, Grité: ¡¿Acaso puedo ir con tigo?!
Pude ver cómo entre medio de Risos negros como se alejaba de mi, no pude contener el llanto cuando por más versos que dedique; el dios me la había arrebatado y en el más allá no hay memoria de lo terrenal o al menos es lo que mi inconsciente recuerda...
Bagaba por calles de tormento y melancolía pretendiendo encontrar alguna semejanza con lo celestial sin embargo recordé que una ves me dijo: No pertenezco aquí y solo podré darte esperanza de que me acompañes pero lo cierto es que nunca podrás ir con migo.
A lo cual exclamé: ¡Ilucioname hasta que mi mortalidad lo soporte! Aferrándome a que se hubiese olvidado del dios del cual diligentemente era esclava
Por más fría que sea la noche no puedo permitirme llorar, mis lagrimas caerían cual azufre a la tierra dañando una ves más mi triste creación
No pretendo haber perdido aunque ella se halla marchado desearía alzarme contra ese dios y empezar un nuevo ejemplar en donde un mortal roza la perfección por una mera ilusión, seré amante hasta la muerte de su Mirada, Fría como la flor que crece sola, aunque padezca de muchos males la demencia no cuenta puesto que ya padecía de eso antes de pretender alcanzar lo que aquel dios ya habría poseído
Mi conocimiento es limitados ya que pretendo ser más de quien soy pero ahora eres quien nunca nadie lo es y serás quien ahora nadie lo será

Días de un Futuro InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora