Hoy decidí que había llegado el momento de preguntarte si eras tú la sombra, mi sombra. Tarde semanas en reunir el valor para acercarme a ti a tan sólo unos metros; cada vez que me acercaba el miedo de que la respuesta fuese no: "no soy yo quien buscas", me detenía y no me dejaba acercarme más. Pero semana a semana el miedo perdía poder sobre mí, cada semana era como correr tras un sueño, tu sueño, que era más fugaz que un efímero suspiro a media tarde o quizás que era como hechar el aliento en invierno y verlo reflejado en una pequeña niebla. Era una niebla todo lo referente a ti, ¿de dónde saliste? ¿Por qué estabas en mi colegio? ¿Cuál era tu salón? Debía resolver estos misterios antes de enfrentarte y descubrir la verdad sobre esa noche. Fui a mi lugar favorito para intentar centrarme en los detalles que quizás me llevasen a ti: la biblioteca escolar. Era mi lugar favorito porque siempre estaba vacía, al parecer la presencia de rudeza en el rostro de la bibliotecaria espantaba a todos, mas no sabían la dulce persona que escondían esas arrugas en los ojos y esos lentes pasados de moda. Pasé sin notar que ella intentó decirme algo. Pasé y llegue a mi esquina favorita: una mesa escondida entre dos estanterías enormes, nadie sabía de ella mas que la bibliotecaria y yo, que por casualidad buscando un libro una tarde la descubrí.
