Busque en mi ropero lo que parecía ser una pollera negra, pero parecía mas un pedazo de tela diminuto. Colgado se encontraba un top (remera), que realzaba mis senos y los hacían hermosos, a pesar de que no amara mi cuerpo al cien por ciento, había pequeños detalles de mi que me gustaban. Dicen que siempre debes amarte y en realidad no siempre es así, cuesta sentirse bella, pero comprendí que todos somos hermosos a nuestra manera, sea gorda, flaca, con la nariz grande, con los senos pequeños, etc. Una vez le pregunté a una amiga si ella amaba su cuerpo y me dio la mejor contestación nadie hubiera dado nunca: "Sí me gusta mi cuerpo, porque aparte voy a tener que convivir con él toda la vida. ¿Y si no me gusta debo hacer algo? no, porque yo soy así y nací así y no debo cambiar porque soy hermosa". Algunos dirían que eso sería tener el ego bien alto, pero no creo que sea así.
Cuando termine de cambiarme, me asomé al espejo del baño, tomé la bata que estaba al costado de este y me la puse, comencé a maquillarme, primero la base, segundo el delineador, tercero el rimel y por último el labial rojo, lo pase cuidadosamente por mi labio exterior y luego por el interior, los junte para que se desparramaba. Al darme vuelta Kilian estaba apoyado en el umbral del baño. ¿Que este chico no sabe tocar?, no sabía cuánto tiempo estuvo ahí. Debía preguntar.
-¿Hace cuanto estas ahí?
-Llegué cuando comenzaste a maquillarte como un pato,- lo fulmine con la mirada y comenzó a reír,- Es broma, estas preciosa.
No se que debería contestar a eso, así que lo ignore. Fui hasta un mueble que tenia espejo a buscar unos aros, que eran muy parecidos a unas argollas con unos ángeles colgando, deje caer la bata de baño. Su cara era un maldito poema.
-¿Piensas ir vestida así?
Sinceramente y lo reconozco, estaba vestida como una prostituta, pero amaba sentirme sexy. Y si algo llegase a pasarme no sería mi culpa, porque sinceramente mi ropa no hace provocar a nadie.
-¿Porque? ¿Algún problema?,- y reconozco también que me excitaba provocarlo, con mi mal carácter. Dios me castigue, pero no voy a parar de hacerlo.
-Eh... no...pero...nada.
-Eso pensaba,- perra bastarda.
Termine con mi jueguito y baje la escaleras, claro que Kilian me pisaba los talones. Su auto como de costumbre estaba aparcado afuera de la casa, y era tan pero tan lindo que me daba ganas de robarcelo y se que algún día lo voy hacer.
Me subí del lado del copiloto y luego me siguió Kilian sentándose del lado del conductor.
-Debemos pasar a buscar a Lily, mi amiga.
-Pues ¿donde vive?
-Como a unas quince manzanas.
Lo fui guiando hasta la casa de Lily. La noche estaba hermosa y tranquila, la luna tenía su fulgor propio, las estrellas hacían juego con ellas. Siempre me gusto observar el cielo, cada extremo de el, cada día era mas hermoso y sus atardeceres de diferentes colores.
-¿A donde vamos a ir exactamente?
Rayos todavía no me había dado cuenta de que el no sabia que íbamos a la boca del lobo.
-Ya veras,- y cuando viera, querrá irse.
Al llegar a la casa de Lily le grite emocionada, porque ya estaba nerviosa al estar a solas con él, no lo resistía.
-Hola Kilian ¿Todo bien?-, sabía que su tono era coqueto.
Perra.
-Holaa. Ehh...
-Lily.
-Lily,- repite él,- un gusto por fin conocerte. ¿Y dime cómo la pasaron hoy?
-¿Hoy?
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Wabi Sabi
Teen FictionLa vida de Rudy no podia ser mas miserable. Ella vivía en la locura. Llegaba a su casa después de la escuela y no hacia mas que comer y drogarse. Era una chica desquiciada y rota. Se la agarraba con todo el mundo. Y nadie la entendía. No tenía...