Me levanté muy temprano, mi nuevo trabajo estaba cerca de casa, pero quería llegar a tiempo.
-¿Ya te vas?- Preguntó Josh un poco adormitado
- No quiero llegar tarde
-¿No dijiste que tenías que estás a las nueve?
- Sí- Terminaba de ponerme los zapatos
- Apenas son las siete de la mañana- Tomó su celular
- Estoy muy emocionada- Lo besé en la boca y salí rápidamente
En la antigua cuidad, había tomado un curso para ser voluntaria en las cárceles locales, me tocaba ir a limpiar, servir comida y algunas otras cosas, cuando regresé a casa, me dieron como trabajo supervisar a los voluntarios, así que yo prefería estár antes de tiempo.
Llegué a la pequeña cárcel de la ciudad, nunca la había visitado a pesar de los años que llevaba de vivir ahí.
El policía encargado abrió las puertas de la cárcel y me dejaron entrar para irme familiarizado con el lugar.
Mientras caminaba por los pasillos un poco oscuros, los presos me veían un poco extrañados.
-¿Eres Lily?- Preguntó uno de ellos desde dentro de su celda
Lo miré, intenté hacer memoria, pero no lo reconocí -¿Quién eres?- Pregunté un poco asustada
- Soy Adolfo Mora- Se acercó a la reja
-¿Adolfo?- Estaba irreconocible, tenía una barba bastante grande, un bigote igual, y él cabello más largo de lo acostumbrado por él, además, había engordado un poco
-¿Regrésate?- Me veía fijamente mientras yo aún estaba en shock
- Si... ¿De verdad eres Adolfo?- Mi cerebro no lograba procesar eso
- Por supuesto... ¿Por qué no lo crees?
- Pues... No lo sé- Le pedí a uno de los policías que me abrieran la celda dónde se encontraba Adolfo, entré y pregunté -¿Cómo llegaste a este lugar?
- Dorian y yo asaltamos el banco central... - Se sentó en la cama que más bien parecía una isla de cocina -... Ya fué hace tres años, pero cuéntame, ¿A qué volviste?
- Mi papá vendió la casa
-¿Ya viste a Christopher?
- Si- El shock no me pasaba
-¿Puedo decirte algo?- Se acercó a mí
- Dime- Lo miré
- Los errores que cometió son culpa mía... Yo lo obligué
- Es un tema que prefiero no tocar- Me alejé de él
- Solo quiero aclararte algo... Esa noche él no quería que pasara eso, y además... No sabía que lo estábamos grabando
- Él intento decirme eso, aunque después confesó
- Te juro... No sé por qué me empeñé en hacerte daño, pero él se enamoró de verdad
- No lo creo- Lo miré - Permitió que lo publicaras...
- Él no sabía que yo lo haría
-¿Y qué hay de Susan- Talvez también era verdad lo que ella me había confesado
- La chantajee, la grabé un día y se vió obligada, aunque tampoco quería
- Entonces ambos decían la verdad...
- Si... Y Christopher te ama... Te lo aseguro
-¿Te pagó para que me dijeras esto?- Me entró una gran duda sobre las palabras de Adolfo
- No... Lo digo por qué ví su gran cambio después de que fuiste
-¿Cambió?... ¿En qué?
- Durante varios meses no asistió a las fiestas, no veía chicas, no tomaba y no fumaba... Ni siquiera hacia lo otro
-¿Qué otro?
- No sé si deba...
- Ya empezaste... Ahora termina
- Se droga...
¡Qué!... Me quedé inmóvil ante su confesión
-¿Qué dices?
- Andrea me lo contó cuando vino a verme
- No te creo
- Pues así es... Sufrió mucho por lo que entre todos te hicimos
- Estás mintiendo- ¿Por qué me importa lo que el imbécil de Christopher haga? - No te creo Nada- Salí de la celda
- Búscalo y síguelo... Verás que no miento
Me detuve unos segundos y después continué con mi camino.
Habías varias cosas que me tenían sorprendida, como el hecho de ver a Adolfo Mora en la cárcel después de tantos años, que me dijera que Christopher y Susan no sabían nada, ellos me lo había dicho pero no quise creerles, que confesara que Christopher empeoró después de mi partida, y que ¿Se drogaba?.... Eso era lo que más me tenía en shock, jamás creí regresar y encontrar mi adolescencia de cabeza.Necesitaba saber si era real, corrí a casa de Estefh, sabía que ella no me mentiría.
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Lejano Corazón
RomanceUna segunda aventura entre estos que antes eran adolescentes inmaduros...Siguen siendo inmaduros pero ya son adultos. Todo aquello que los años no han olvidado, ellos están por revivirlo.