Te lo agradezco todo

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Ocho de la mañana... Mamá me convenció con la idea que tu accidente no había sido mi culpa, y de la misma forma me convenció de ir a tu entierro... Sí, no pensé ir, pero es que no deseaba ver cómo metían tu cuerpo en un enorme agujero.

Entré al gran cementerio que pronto guardaría tu cuerpo, me sentía triste pero ahí estaba.

Mis lágrimas eran imparables, y mi corazón latía con temor.

Nunca imaginé que regresar a casa me cambiaría la vida... Yo no llegué a imaginar todo lo que pasaría este año...

¡Marroquín!... Ni la última vez que nos vimos me dejaste de romper el corazón...

No me atreví a ver el ataúd, prefería recordarte como eras en vida... Prefería recordar cuando me dabas abrazos y besos

Quería un recuerdo bueno... Uno donde me hacías feliz

Mis pensamientos se disolvieron y mis sueños desaparecieron, no fué culpa de nadie... Fué culpa mía por comenzar a creer que haría una vida junto a alguien que era obvio que no era para mí

Después de una ceremonia en la cual mi cuerpo estuvo pero mi mente y alma estaban perdidos en él, los sepultureros se acercaron al ataúd.

Lo bajaron lentamente... Junto a él, enterraron mi felicidad...

Fuí tonta durante años, pero mi peor tontería fue no aprovechar y aceptar el amor que había entre nosotros...

El primer amor no es fácil de olvidar, pero él... Él será imposible de olvidar...

No queda más que decir... Querido corazón... No te vuelvas a equivocar.

Lejano CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora