3. Preparativos y primeras peleas

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-¡Hemos llegado! ¡Mi cuarto! -Exclamó Ingrid sacándolo de sus pensamientos.

-¿Es este?

-Sí. -Contestó ella abriendo la puerta, y se encontró con su cuarto a medio ordenar.- ¡Porras! -exclamó, y la volvió a cerrar.- Dame un minuto... -Pidió entrando en su cuarto y cerrando la puerta.

-¿Estás bien? -Preguntó Vital desde la puerta.

-Sííííí...

-¿Puedo entrar?

-¡Aún no!

- ... -Pero al chico le dio igual y abrió la puerta. Ingrid estaba haciendo su cama, guardando la ropa y ordenando su escritorio a todo correr. Vital se dedicó a mirar como corría de un lado a otro llevando libros, papeles, ropa y dejando todo bonito.- ¡Menuda habitación!

-¡¿Qué haces?! -Contestó ella roja como un tomate dándole una patada a algo para meterlo debajo de la cama.

-No me apetecía seguir esperando fuera. -Se rió él.- Limpia y ordenada. Me gusta.

-No te burles. Sé que está hecha un poco desastre pero es que claro... hoy tuve que ir a buscaros y no me dio tiempo...

-Ingrid, me da igual como tengas tu habitación. -Se rió él.- De hecho, creo que es de las más ordenadas que he visto en mi vida.

-Eso díselo a mi tía Elsa. -Rosmó ella.

-Vale, cuando la vea se lo diré... -respondió Vital yendo a una estantería y revisando los títulos de los lomos.- ¿Son estos?

-Sí, una pequeña parte. El resto están en mi habitación de Arendelle, o por aquí... -dijo mostrando una torre de libros al lado de la cama.- O claro, en la biblioteca del palacio.

-Vaya, cuántos libros...

-Ya ves...

-¿Me recomiendas alguno?- Preguntó sacando uno y hojeándolo.

-No sé, hay varios que están muy bien...

-¿Cómo este?- preguntó Vital sacando uno de color rojo.

-¡No, ese no!- gritó ella corriendo a quitárselo de las manos para esconderlo en la espalda.

-¿Por qué no?

-Es... es solo... -decía ella totalmente roja.- Es un libro tonto, no te gustará...

-¿De qué va?

-De una chica... y un chico...

-¿Es un libro romántico?

-Sí... es bastante ñoño a decir verdad.

-¿Te van las pasteladas?

-A veces. -contestó ella encogiéndose de hombros.

-No me extraña, vives en el país de la piruleta, calle algodón de azúcar.

-No te burles. -se quejó ella pegándole con el libro en el brazo.

-¡AY! ¿Sabes qué? Ahora me lo voy a leer. -y dicho esto, le arrebató el libro de las manos para salir corriendo.

-¡EY! ¡VUELVE AQUÍ CON ESO! ¡VITAL, NO!- gritó la chica corriendo detrás de él.- ¡Devuélvemelo!

-Nop. -reía él corriendo de espaldas para verla mejor.

-Creo que eso no es tuyo... -dijo alguien de pronto a sus espaldas, pero cuando Vital se quiso girar no había espacio suficiente y se chocó con él cayendo al suelo.- Será mejor que se lo devuelvas... chaval.

Descendats: Not another love storyWhere stories live. Discover now