Tu secreto

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— ¡Keith! —. Gritaron todos al verlo abrir los ojos.

El chico azabache parpadeó pesadamente contra la luz de la enfermería para enfocar su borrosa vista. En cuanto pudo noto que estaba en una camilla cubrido con mantas blancas con orillas doradas y rojas, también que traía puesto el traje blanco de las cápsulas y tenía una mascarilla de oxígeno puesta.

Miro a su alrededor y vio las miradas preocupadas de los demás sobre él. Intento moverse para sentarse, pero sintió unas punzadas en sus brazos, y vio que tenía suero ingresando a su cuerpo.

— No te muevas, tu cuerpo lo necesita —. Le aviso Coran con una tableta en sus manos.

Keith asintió como pudo y poso su mirada en los demás. Hunk tomaba su mano derecha, parecía haber llorado ya que sus ojos estaban hinchados y su nariz rojiza. Pidge estaba tras de Hunk con una sonrisa rota y se tallaba un ojo mientras acariciaba el hombro del muchacho. Allura parecía aliviada, tenía sus manos entrelazadas en su regazo mientras miraba al azabache con una cálida sonrisa. Lance... Lance parecía inquieto, su pierna rebotaba constantemente y miraba la pared blanca con angustia. Shiro se veía preocupado y molesto, estaba de brazos cruzados y con una mirada pesada. Coran seguía mirando la pantalla pensativo y tenso.

Todos estaban inquietos, y se hacía una idea del porque.

— Les contamos... —. Susurro Hunk con voz quebrada, confirmando las sospechas de Keith — No podíamos segur ocultándolo.

— Tampoco podíamos hacerlo ahora —. Hablo Pidge también en susurros, se volteó a los demás que estaban en el fondo — Y creó que fue lo mejor.

— Tienes razón —. Hablo Keith contra la mascara. Envés de hablarlo de inmediato con los demás, dirigió su mirada a Coran — ¿Qué tan grave es?

Coran se mantuvo estático unos segundos antes de mirar a todos en la habitación, carraspeo su garganta y explicó.

— Bueno número dos... —. Dijo seriamente — Las raíces ya están rodeando su corazón, a-algunas ya llegaron a la tráquea y los pétalos... —. Se detuvo unos segundos para voltear la pantalla mostrando una imagen de sus pulmones — Ya están llenando tus pulmones —. Keith paso su mirada lentamente por la pantalla al igual que los demás. Se podían ver ambos pulmones con puntos blancos dentro, su corazón eventualmente rodeado de unas líneas blancas que se extendían más allá hasta la tráquea y a ambos pulmones. Estaba claro que eran esas cosas blancas que lo invadían por dentro — Es muy grave, número dos.

— Ya lo se.

— ¿Y porque no has hecho nada?

Keith desvío su mirada a Shiro. Mantenía su posición firme y mantenía ambas cejas fruncidas con una mueca en la boca. Claro que estaba molesto, se supone que había confianza entre ellos y se cuidaban entre sí, sobretodo Shiro.

Keith no le respondió, no tenía que decirle o como explicarlo. Shiro suspiro frustrado, se había descuidado, prestándole más atención a su lucha contra los galras y ahora Keith ya no le contaba nada con confianza, pero ahora estaba allí y tenía que cuidarlo como pudiera. Era como un hermano menor.

— Necesito que todos salgan —. Ordeno Shiro seriamente mirando a Keith. Todos lo miraron y fruncieron el ceño.

— Shiro... —. Hablo Allura después de unos segundos cambiando miradas — Somos un equipo y todo-

— Si, pero Keith y yo somos familia, y necesitamos un momento a solas —. Le interrumpió sin siquiera mirarla, mantenía su mirada en el coreano.

— Pero... —. Intento hablar Hunk.

— Pero nada. Todos salgan.

Todos salieron lentamente de la habitación, no sin antes dar una ultima mirada al coreano, cual tenía la cabeza abajo. Shiro parecía molesto, no, estaba molesto.

Por ti lo que sea [Klance]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora