Por ti lo que sea [Klance]

Palabras y Sangre

— Keith... —. Suspiro Lance seriamente.

El nombrado inhaló profundamente el oxígeno que le otorgaba la cascarilla que cubría de la punta de su nariz a su mentón y se abrazaba a sus mandíbulas por completo. Tomó una bocada de oxígeno para poder hablar.

— ¿Qué haces aquí?

Lance lo miro a los ojos con las cejas fruncidas, su mirada recorrió su rostro y luego se cuerpo lentamente, parecía estar estudiándolo para procesar algo en su cabeza, que de seguro era su respuesta. El silencio se estableció mientras el moreno hacía eso, no era incómodo, era tenso, y en ese tiempo Keith tomo las mantas que lo cubrían con sus manos y se entretuvo deslizandolas por sus dedos.

— Vine a verte, ¿que no es obvio? —. Soltó Lance finalmente en un resoplido que le siguió una corta risa.

— ¿Porque?, ¿paso algo? —. Keith lo miro expectante, buscando un rastro de cualquier cosa en los rasgos latinos Lance que le diera una idea de que pasaba, solo encontró nervios. No lo miraba a los ojos a pesar de que todo su cuerpo estaba en su dirección y jugaba mucho con sus dedos.

— ¿Tiene que pasar algo para que te venga a ver? —. El tono de su voz seguía siendo casual en un intento fallido de que no se notara sus nervios, pero Keith ya sabía eso.

— Bueno, ibas a mi cuarto porque algo pasaba, entonces creí que algo paso —. Sinceramente Keith no sabía que hacer en ese momento. Lance ya sabía que él tenía hanahaki y que probablemente también sabía que estaba enamorado de él. Se sentía expuesto y patético, pero Lance estaba allí intentando entablar una conversación y no podía desperdiciar esa oportunidad cuando era Lance quien se la daba. — ¿Pasa algo malo?.

Lance fruncio sus labios mientras hacía lo mismo con sus cejas, como si estuviera conteniendo algo. Dejo sus manos en paz finalmente y se cruzo de brazos, aparentemente los nervios se fueron y ahora estaba enojado

Algo que había aprendido Keith en sus ratos juntos era que Lance no duraba mucho con una mueca, era muy energético. Hablaba mucho y cambiaba de tema extremadamente rápido, así que en un momento relataba algo graciosos que le paso con muchos ánimos y al otro estaba murmurando que extrañaba esas cosas con timidez. No se quejo, le dejo ser.

— Lance —. Le llamó después de unos minutos en los que no consiguió ninguna respuesta, Lance estaba más callado de lo habitual y eso le preocupaba. — ¿Paso algo-

— ¿¡Como puedes estar tan preocupado si algo me paso, cuando TÚ estas muriendo por MI culpa!? —. Lance estallo acercándose más a él y extendiendo sus brazos bruscamente para poder explicarse. — ¡No creas que no se que es por mi culpa, solo MIA!, ¡t-te estas preocupando por a-alguien que te esta matando y no puedo soportarlo! —. A medida que Lance hablaba las lágrimas humedecían sus mejillas que caían en las mantas y en el dorso de la mano de Keith. — ¿¡Que tengo de especial YO!?, ¿¡que es lo que te hace pensar que va-valgo la pena!?

— Supongo que todo —. Keith suspiró neutro, sabiendo bien que Lance estaría así, pero él ya sabía controlarse. Lance lo miraba desconcertado, con sus lágrimas cayendo sin pudor y sus manos apretaban las mantas alteanas. — Lance, se que esto te incómoda y quiero que sepas que yo me siento igual, nunca pensé que debería darte una explicación o que lograría hacerla, así que seré sincero contigo.

Keith movió su mano para posarla sobre la de Lance en un intento de calmarlo, agradeciendo que no la quitara y se relajara un poco. Temblaba y soltaba suspiros llorosos, de seguro se estaba hechando la culpa.

— Tu siempre te veías alegré y radiante, como si nada de lo que sucediera te afectara —. Explicó para luego tomar otra bocada de oxígeno. Podía sentir en sus pulmones el revoloteo de los pétalos y las raíces rodeándolo, bastante asqueroso en su opinión, pero no tenía mucho por hacer. — Aunque no lo creas, eres alguien realmente admirable, Lance. Nunca te has mostrado afectado por todo lo que nos pasa o por lo que te dicen, pero eres consiente de que no puedes soportar todo y, fue realmente para mi una sorpresa cuanto viniste conmigo —. Keith apretó levemente la mano de Lance, recibiendo el mismo gesto. Eso ayudaba a calmar a ambos, no sabían como o desde cuando, pero lo hacía. — Para mi fue algo realmente bueno ver que confiabas en mi y me dejabas ver algo que tu ni dejas que otros vean...