Capítulo XIV

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Advertencia: WeiShin y otras parejas secundarias. Para leer esta segunda parte y comprenderla debes haber leído previamente Kilig.

Víctor: código internacional perteneciente a la navegación marítima, significa "necesito auxilio"

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Junho tenía sólo trece años cuando su abuela le presentó a Yoojung.

Choi Yoojung era una pequeña, delgada omega de su misma edad, callada y tímida pero muy linda, con cabello negro brillante, piel pálida y labios rojo cereza que le gustaron enseguida.

-Ella es Yoojung, tu omega -le dijo su abuela con una sonrisa enorme, acariciándole los hombros, y a Junho le gustó tener la atención de la mujer mayor sobre él-, ¿por qué no pasean juntos? Estoy segura de que se llevarán bien.

Asintió, queriendo complacerla, y le tomó la mano a Yoojung.

A Yoojung no le gustó para nada.

-¡No! -chilló la chica soltándolo-. ¡No me gusta él! ¡A mí me gusta Doyeon!

Junho no sabía qué hacer realmente así que retrocedió, entendiendo que, bueno, la omega podía quejarse y eso estaba bien, porque si a ella le gustaba alguien más, ¿cómo podía obligarla a estar con él?

Su mamá, sentada en el sofá, se puso de pie y se acercó con preocupación. Junho la miró, encogiéndose de hombros, viendo como el padre de Yoojung endurecía su mandíbula.

-¡Yoojung, cálmate, por dios, no puedes portarte así! -regañó autoritario.

-¡No me gusta él!

-Junho, no dejes que te trate así -dijo su mamá llamando su atención.

Junho la observó, asustado, sin comprender lo que quería decir con ello.

-Pero...

-Eres un alfa -dijo su abuela con voz dura-, no puedes dejar que un omega te rechace o te levante la voz. Yoojung te pertenece ahora, puedes imponerte ante ella y ella obedecerá -su abuela le revolvió el cabello-. A los omegas les gusta eso.

Junho no podía entender bien esa lógica, pero quería hacer sentir orgullosa a su abuela que por fin lo estaba mirando, por fin no lo estaba ignorando como hacía años atrás, cuando creía que sería un omega. Su abuela le daba ahora regalos, le hablaba de igual a igual y a veces lo invitaba a comer, ¿cómo iba a decepcionarla?

Yoojung estaba llorando mientras su papá la sostenía y Junho se sintió mal por eso.

-¡Yoojung, deja el llanto! -ordenó su padre entonces con voz alfa, dura e imponente.

La pobre chica tembló, cerrando su boca, sus manos limpiando el rastro de lágrimas que había en sus mejillas.

-¿Ves, Junho? Así es como...

Yuanfen [WeiShin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora