Yuanfen [WeiShin]

Capítulo VIII

Advertencia: WeiShin y otras parejas secundarias. Para leer esta segunda parte y comprenderla debes haber leído previamente Kilig.

¡Lemon! Hay un poco de lemon... Precaución con el MinJunSang 👀

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Eunsang soltó un gemido.

Apretó su mano contra su boca, avergonzado por completo mientras Minhee, sobre él, sonreía perversamente, como si disfrutara el verlo así, todo sudado, desnudo y colorado.

-Bastardo -murmuró en voz baja.

Minhee se rió, frotando su nariz contra su cuello, y ambos miraron hacia la puerta cuando fue abierta.

Junho se quedó atónito, observando a los dos mayores sobre la cama, obscenamente desnudos y sin lucir asustados por haber sido descubiertos en pleno acto. Las feromonas que Eunsang soltaba no tardaron en llegar a su nariz, sintiendo de pronto calor en su cuerpo.

-¿Necesitan... privacidad...? -fue lo primero que pudo balbucear tratando de lucir impasible, aunque fallando miserablemente.

Minhee soltó una risa ronca, volviendo a agarrar la cintura estrecha de Eunsang y tirando de él, penetrándolo un poco más profundo. Eunsang dejó salir otro gemido, su goteante miembro erecto y duro contra su estómago.

-¿No quieres unirte? -preguntó Minhee con tranquilidad-. La boca de Eunsang está desocupada y Eunsangie ha estado maldiciendo toda la mañana porque se acabó su leche de plátano.

-¡Sa-sabes que yo... me pon-pongo de mal humor si no... no te-tengo mi le-leche...! -chilló Eunsang antes de jadear por la nueva embestida.

Junho mordió su labio inferior, viendo el lío que eran los dos chicos frente a él, y tragó saliva mientras sentía su propio miembro duro en sus pantalones, sin saber qué hacer. Por sobre todo, porque si se acercaba, significaba que tendría su primer contacto sexual.

Sí, Junho era un chico virgen, pero no tonto: cuando se sentía caliente, por supuesto, se masturbaba en la oscuridad de su habitación, y nunca antes tuvo contacto de ese tipo con otra persona porque le avergonzaba un poco. Sin embargo, ahora con Eunsang y Minhee follando delante de él, sentía la necesidad de desnudarse y permitir que hicieran lo que quisieran con él.

-Junho te dará tu lechita, ¿no es así, ChaCha? -gruñó Minhee sonriéndole.

Junho había ido para conversar con ellos sobre el viaje, pero bueno, siempre podía hacerlo después...

Tragó en seco y finalmente se decidió. Caminó, observando al omega lloriqueando, y abrió la bragueta de sus pantalones. Las manos de Eunsang lo agarraron de la playera, atrayéndolo, para luego agarrar su ropa interior y bajarla lo suficiente como para sacar su polla ya erecta.