Capítulo XX

369 25 23
                                    

Advertencia: WeiShin y otras parejas secundarias. Para leer esta segunda parte y comprenderla debes haber leído previamente Kilig.

Wooseok se sentó en el suelo, importándole poco si sus rodillas quedaban sucias, y miró en silencio las flores que decoraban la tumba, todas vivas y brillantes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Wooseok se sentó en el suelo, importándole poco si sus rodillas quedaban sucias, y miró en silencio las flores que decoraban la tumba, todas vivas y brillantes.

Le recordaron mucho a Kosuke en sus mejores días, antes de que Ruki fuera a la cárcel, sonriendo sin preocupación alguna, y se prometió que lo iba a recordar así. Lo iba a recordar como el alfa amable, preocupado y de buen corazón que fue su amigo cuando estaba solo en ese lugar, sin nadie que le hiciera compañía alguna.

-Gracias -dijo en voz baja, aferrándose al ramo de claveles que llevó-, por salvar a Jinhyuk... por... por ser mi amigo -su voz se quebró-. Lo siento tanto, Kosuke...

Comenzó a llorar, pero agradeció que ni Jinhyuk ni Junho le hubieran acompañado porque necesitaba hacer eso sin nadie allí. Porque necesitaba despedirse a solas de Kosuke. Porque necesitaba llorar sin que alguien le mirara.

-Lamento todas las cosas que dije -se disculpó mirando el retrato de Kosuke, donde sostenía a Yugo entre sus brazos, sonriendo por la felicidad-, sólo... yo estaba tan herido y triste, tan... tan solo, y tú lo único que querías era ayudarme... -frotó sus ojos, tratando de calmarse-. Si yo no... hubiera amado tanto a Jinhyuk, y tú no hubieras amado tanto a Ruki, de seguro habríamos sido pareja, ¿no es así, Kosuke?

Comenzó a ubicar el ramo de flores entre el resto de coronas alrededor de la tumba, teniendo especial cuidado de no dañar ninguna.

-Perdón también por las últimas peleas -le dijo con voz suave-, no tuvimos que habernos comportado así -suspiró agotado-. Eso es lo que más me duele, Kosuke, de todo lo que pasó, que hayamos estado peleando como niños pequeños cuando antes nos entendíamos tan bien -limpió sus mejillas-. Ambos merecíamos cosas mejores.

Se forzó a tomar aire para calmarse, para no dejar que la pena y el dolor le invadieran. No quería convertirse en alguien triste por la pérdida de su mejor amigo, no quería recordar a Kosuke de esa forma, así que respiró con profundidad.

-Gracias por amarme, por ser mi amigo -continuó poniéndose de pie-, gracias por salvar a Jinhyuk y permitirme ser feliz, Kosuke. Voy a preocuparme de Yugo y encargarme que nunca te olvide -sonrió débilmente-. Te has convertido en un héroe, ¿no?

Sorbió por su nariz, envolviéndose en su abrigo porque los días se estaban tornando más fríos.

-Vendré a visitarte otra vez -prometió-, no voy a olvidarte -tragó saliva-. Hasta... hasta pronto, Kosuke.

Limpió sus ojos, observando también las otras tumbas que había visitado antes, dejando la de su amigo para el final: Jurina, Hitomi, Miho...

En todas había dejado un ramo de flores porque todos habían sido sus compañeros, y aunque a algunos los conocía más, a otros menos, los había apreciado por completo por haber sido partícipes de esa lucha. Por haber sido parte de su vida.

Yuanfen [WeiShin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora