Capítulo 9

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Eros

No entiendo ese juego de secretitos que tienen Axel y Joie, vamos, sé que se llevan muy bien, es imposible que te caiga mal Axel cuando lo conoces a fondo y él te deja entrar a su vida, es difícil, pero no imposible. A pesar de conocerlo durante toda mi vida hay cosas que aún no entiendo, cosas que me oculta, para que sea cariñoso hay que raspar con una cuchara de té poco a poco pero parece que Joie lo consigue con facilidad, él siempre la abraza, la carga, ríe. ¿Qué demonios pasa ahí?

—¿Y en qué ayudo? —pregunta Axel.

—Te tardaste tanto que Ocean ya acabó tu parte —me sorprende a mí mismo que esas palabras hayan salido con molestia, mi mejor amigo arruga la frente sin entender el motivo de mi queja.

—Bueno pues discúlpame si no soy tan profesional como tú —responde en el mismo tono y eso me genera fastidio.

Me paro lleno de enojo, no sé de dónde viene ese sentimiento—. Aprende, entonces, mejora cada día y sé la pieza importante del equipo que esperamos que seas, no estés perdiendo el tiempo—respondo golpeando con mi dedo índice fuertemente su pecho.

Él me empuja —. ¿Perdiendo el tiempo? ¿Consentir a Joie es una pérdida de tiempo para ti? —su voz tiene un tono de burla—. Perdóname si soy el único que ve cuánto la está pasando mal y hace algo para animarla, los comprendo a ustedes—dice señalándonos—. Se llenan de trabajo antes de entrar a la universidad para no admitir que les hace falta, tú, eres quien más debería comprenderla, es tu hermana la que se fue, si a ti te duele, también le duele a Joie —deja escapar un suspiro largo y cansado—. No soy yo quién no hace un buen uso de su tiempo y si quieres que ponga cualquier cosa delante de mis sentimientos voy a convertirme en un perdedor como tú.

Estoy a punto de darle un puñetazo cuando Ocean agarra mi mano con fuerza, aprieta fuerte, cuando ve el dolor en mi expresión, me suelta—Basta —dice—. Están haciendo algo que nunca hacemos, pelear, todos aquí son valiosos, somos hermanos y espero respeto de ustedes, Axel, te agradezco por ayudar a mi hermana, debemos hacer que la transición no se sienta para ella y que mientras mejor se adapte a su nueva vida podrá volver a concentrarse en sus estudios y prácticas rápidamente, en cuánto a ti, Eros, no entiendo el motivo de tu enojo, deberías entenderlo como yo.—nos mira a ambos, tranquilo, sin un solo gesto en su rostro—. En cualquier caso, no quiero presenciar o enterarme de otra pelea en torno a mi hermana o van a verme molesto, no les voy a pedir que se disculpen porque no soy su padre, eso se los dejo a ustedes.

Axel salió de la casa hecho una furia. ¿Qué le enojaba? ¿Yo? Estoy dispuesto a seguirlo para arreglar todo y Ocean me detiene extendiendo su brazo.

—Déjalo, va a volver cuando esté más tranquilo.

El tío Tom vuelve de su despacho, está al teléfono y otra vez sube las escaleras, tuvimos suerte de llevar a cabo esta pelea sin gritos o todos en la casa se habrían enterado, Ocean fue inteligente al pararla antes de llegar a mayores, siempre ha respetado su hogar y a su familia, yo también lo hago pero no sé qué ocurre conmigo últimamente.

Veo por la ventana, Axel está con su cigarrillo encendido en la calle, en medio de una llamada según puedo apreciar a pesar de la distancia, patea cosas del piso y se estruja el cabello, después de un tiempo se calma, se apoya en su auto y lo veo reír. ¿Con quién habla?

Mi amigo me extiende una carpeta—. Deja de espiarlo, mejor revisa este contrato de expansión de los hoteles Rouse Palace en Morruecos, todo debe estar en orden para que papá le de una última revisión.

—De acuerdo —paso al menos quince minutos leyendo meticulosamente cada detalle y anotando cosas que no me parecen convenientes o son poco claras en un post-it cuando un mensaje llega, Jourdana.

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