Capítulo 3

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   Y así, a los 12 años, a los cortos 12 años porque era una nena todavía, comencé a querer salir de la realidad. Ya no quería ser la excluida, ya no quería dejar de juntarme con amigos por ir a danza, ya no quería ser la fea porque tenía que usar anteojos y a su vez tenía brackets, quería ser alguien mas pero no sabía como.

   Para salir de la realidad, sin que nadie me dijera nada porque yo no podía cambiar lo que pasaba en mi vida, empecé a cortarme. Me cortaba los brazos, las piernas... y nunca nadie se dió cuenta. Esta bien, era eso lo que quería, pero a su vez, nadie se dió cuenta, nadie me prestó la atención suficiente y creo que eso era exactamente lo que necesitaba, atención, ayuda, contención.

   Al cortarme sentía que abría mi piel y por ahí salían mis problemas, dolía, pero era un dolor placentero en ese momento, era lo que yo quería. Abrirme, destruirme de a poco, iba cayendo y no me daba cuenta de la gravedad a la que podía llegar.

   Para ir a danza usaba las mallas de manga larga, en el colegio nunca me sacaba el sweater no importaba el calor que hiciera, en el verano para la pileta me ponía un buzo fino arriba o simplemente me ponía de forma que los cortes no se vieran. Tenía formas de esconderlo, pero nunca nadie se preguntó porque yo era así, creían que era una persona friolenta no más, siempre con frío, siempre tapada.

   Mi autoestima iba de mal en peor, y por esto a los 13 años un día que estaba en danza una compañera que se dió cuenta de que me cortaba tan solo me dijo "tranquila, no voyba decir nada porque yo también lo hago" y así quedó nuestro secreto, un terrible, amargo y triste secreto.

   En ese momento ya no quería hacerlo mas pero no sabía que mas hacer asique conseguí otra forma de hacerme sentir bien.

   Mi abuela me daba plata para comprarme la merienda en la escuela de danza, algo que no hacía. Yo guardaba la plata y la escondía, no quería comer. En las noches no comiamos los cuatro alrededor de una mesa, mi abuelo comía en el sillón, mi abuela comía en la cocinaba mientras lo preparaba y con mi hermana comiamos en nuestras respectivas camas. Es por eso que me fue fácil no comer, nos daba los platos y hacía como que comía pero al llevar el plato a la cocina siempre pasaba por el baño, tiraba la comida, apretaba el botón y de ahí iba feliz a la cocina llevando el plato "terminado". Tampoco nunca nadie se dió cuenta de eso, era fácil hacer cosas que me autodestruían porque nadie lo sabía, tampoco lo sabía yo, o en parte si, en parte yo quería morir pero no suicidarme de un paso, sino que ir de a poco.

Renacida [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora