Capítulo 1

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   Mi historia comienza en el comienzo, nací en una hermosa familia, cariñosa, amable, a veces con problemas y discusiones pero con el amor intacto.

   De chico, los mayores problemas que existen son que se te rompa un lapiz, que no encuestres tu muñeco favorito, o que no te compren algo que realmente querías (aunque se te olvide a los 15 minutos, en el momento es un tormento).

   A los 3 años, mis padres se fueron de viaje de Luna de Miel por lo que con mi hermana nos quedamos bajo el cargo de nuestros abuelos maternos. Pasaron los días, y antes de que finalizara su pequeño viaje ellos decidieron volver. Ahí fue cuando sucedió, en el medio de la ruta. Ellos tuvieron un accidente y fallecieron, ambos.

   Ese fue el día en el que quedé sin padres, bajo la tutela de mis abuelos. Han pasado 15 años y aún recuerdo su velorio. Recuerdo verlos ahí, en paz, con los ojos cerrados y las manos juntas, recuerdo algunas lastimaduras que tenían en la cara y lo recuerdo, aunque siempre me digan que era muy chica como para saber si esos recuerdos son reales, yo lo sé o al menos mi mente lo cree.

   A esa edad no entendes mucho, la muerte no es algo que tenga significado, yo extrañaba a mis papas y hasta ahí era lo que sabía. A veces en las noches, mas o menos a los 6 años, lloraba y los quería cerca; nadie sabía que lloraba, a veces los sentía conmigo mientras que otras tantas no.

   Durante mis 6 años de escuela primaria, siempre tenía el mismo sueño. Ellos un día irían a buscarme al colegio, me llamarían de dirección y ahí iban a estar ellos. Me dirían algo como "nos perdimos y tuvimos que venir caminando", "te extrañamos pero ya volvimos", "no sabíamos donde estabamos y nadie nos trajo hasta acá, vinimos nosotros a pie", y eso era lo que me dirían cuando me fueran a buscar.

   Nunca tuve la oportunidad de hablar con alguien mis sueños, la muerte de ellos siempre fue un tema intocable, no se hablaba. Todos sus cumpleaños, o días de la madre o del padre, y algunos fines de semana ibamos al cementerio con flores.

   Hubo un momento en el que mi hermana dejó de ir con nosotros, y alrededor de un año después yo también. Ahí no había nada, ahí no estaban mis padres, ahí había huesos y nada más.

   Mis padres están dentro mío, dentro de mi hermana y dentro de cada persona que los amó, están en los recuerdos, en las fotos y en los lugares que visitaron, ellos están en el aire, en el cielo, ellos ahora son ángeles y almas que vuelan libres y nos cuidan; porque se que ellos me cuidan y me protegen como si estuviesen fisicamente a mi lado.

Renacida [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora