Capítulo 5

175 13 0
                                    

   Ese año, al volver a la escuela había una chica nueva. Parecía distraída, como en otro mundo, conocía solo a otra chica dentro del curso y después a nadie mas. Al poco tiempo nos empezamos a conocer y nos hicimos amigas.

   Ese verano en el que cumpliría 16 años cambió todo. Yo hablaba mucho con esta chica y le conté todo lo que hacía. Ella me ayudaba, me daba consejos y fue todo gracias a ella. Gracias a ella días antes de mi cumpleaños hablé con mi hermana y le conté, gracias a mi hermana le conté a mi doctora, gracias a mi doctora conseguí un tratamiento para los trastornos alimentos, gracias a mi primera sesión le conté todo al resto de mi familia y gracias a mi familia, gracias a su apoyo estoy como estoy ahora... pero no nos adelantemos.

   Al empezar el tratamiento era todo muy raro, no hacian muchas preguntas pero era un grupo con mas chicas y un par de psicologos. El primer día una se me acercó y me dijo "hoy tenemos con él, mi primera sesión con él me hizo llorar" y en ese momento tuve miedo pero un miedo que se evaporó al entrar.

   Mi psicóloga personal no me gustaba, no tenía la suficiente confianza como para hablar con ella y por esto no lo hacía, me costaba muchísimo. Quería cambiarla y tener otra pero me daba miedo, miedo de que ella se sienta mal, miedo de que sintiera que trabajaba mal o algo parecido. Un día ella me dijo que iba a dejar de trabajar ahí y me puso feliz, le conté lo que pensaba y tenía tanto tiempo haciendolo. Y ella me dijo "ya no tenés porqué callar, tenes que decir lo que te gusta y lo que no. Se que es difícil pero no es tu trabajo mantener bien a los demás, tener que hacer lo que te hace bien a vos. Es problema del otro como se lo toma, porque no lo haces de mala, lo haces porque es lo que sentís", y fue ahí donde entendí muchas cosas. Cambié de psicóloga y con ella tenía confianza, y le contaba todo, y aún lo sigo haciendo.

   A partir de ahí comencé a ir cada vez mejor aunque tuve mis altos y bajos. A fin de año tuve que mudarme con mis tíos porque mi hermana no era capaz de cuidarme como yo en ese momento lo necesitaba. Y aprendí tanto.

   Mi tía fue un ejemplo de madre y mi tío un ejemplo de padre, ejemplos que nunca había tenido si soy sincera. Me enseñaron muchas cosas, entre ellas, a cuidar de mi misma y de otros. Aprendí cosas de la casa y de la vida, no me sentía exigida y me sentía bien.

Renacida [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora