Eden Of Sinners | Niall Horan.

11.- Peleas y problemas.

–         ¿De dónde se supone que vienes? – Preguntó mi madre, apareciendo rápidamente en la punta arriba de la escalera.

–        ¿Te pregunto yo dónde vas los sábados por la noche? – respondí, asqueado, sólo con la necesidad de llegar a mi cama.

–        ¡Voy a casa de Anne, a que me enseñe a bordar! – Exclamó, casi sin creer lo que acababa de decir.

–        Exacto, pero no lo había preguntado, así que no quería saberlo. Al igual que a ti – Dije, señalándola y elevando la voz ligeramente, acercándome a ella. – te debería importar tres mierdas y media a dónde salga o deje de salir, como ha sucedido todo este tiempo atrás.

–        ¡Soy tu madre! ¡Ni se te ocurra pasarte un pelo de la raya, Niall Horan! Yo siempre he…

–        Ni se te ocurra acabar esa maldita frase.

–        Baja ese tono de voz.

–        ¡No, maldita sea! – Y la cuenta atrás de la bomba que estaba por explotar llegó a cero. – ¿Sabes? Estoy cansado, MUY cansado.

>> Tú pudiste darte el lujo de darle un tiempo de descanso a tu mente. Y mierda, no te culpo por ello. ¿Pero era necesario dejarme de lado como lo hiciste?

>>Fue ahí cuando me perdiste como hijo, mamá. No puedes exigir nada. NA-DA, ¿entiendes? Cuando podías hacerlo me dejaste de lado, no pidas hacerlo ahora después de haber dejado que me convierta en la mierda que soy hoy en día.

Para este entonces, los ojos de mamá estaban empañados en lágrimas y su labio inferior empezaba a hacer algún puchero que ablandó mi corazón, pero que no me hizo detenerme.

>> ¡Tenía diez años! ¡Incluso si hubiera sido dado en adopción habría vivido algo mejor! ¿Sabes lo que es tener que entrar a un maldito supermercado a robar algo de comer con esa edad? Déjame decírtelo, ¡no! ¡No lo sabes porque estabas jodidamente encerrada en tu mundo sin comprender que esta vida no sólo eres tú! ¡Tenías a un mocoso a tu responsabilidad y le dejaste hacer y deshacer a sus anchas! Lo abandonaste, ME abandonaste. Y Dios sabe el tiempo que falta para que a ese al que dejaste sólo te devuelva el favor, mamá.

El rostro de mi madre se encontraba ahora bañado en lágrimas, por lo que mi mirada no iba directamente a su cara. Sabía que en cuanto viera su sufrimiento me arrepentiría por hacerle daño, pero mierda, no me arrepiento en realidad de lo que acabo de, prácticamente, gritar en voz alta. Es lo que mi mente me venía gritando desde hace tiempo, años.

Sin más, me di media vuelta y subí escaleras arriba, encerrándome en mi cuarto. Sabía que Maura no haría acto de presencia hasta la mañana siguiente.

Ya tumbado en la cama, mi mente empezó a ir de un lado para otro, como si estuviera un par de revoluciones acelerada.

Mi madre. No odiaba a mi madre. Creo que es imposible odiar a una madre, al fin y al cabo es quién te ha dado la vida y la persona por la que estás en este mundo – que, en realidad, no sé si es bueno o malo-. Sin embargo, soy lo que soy por ella y sus malditos delirios. Todos mis problemas han sido causados por mí, pero ella fue quién metió mi cabeza en ellos, por decirlo de alguna manera.

¿Rencoroso? Mucho, lo admito y sé que es un gran defecto. Soy ese tipo de personas que acumula en su cabeza todo, hasta explotar como ha sucedido hace un rato. Soy como una bomba que explota en la cara, basta con prender la llama y lo único que te queda es esperar a que pase la tormenta.

Tampoco era de los que se acababa arrastrando por algo o alguien. De ninguna manera.

Un extraño ruido se escuchó junto a mi cabeza, encima de la mesilla de noche. Al dirigir mi vista hacia el lugar, me encontré con mi móvil, el cual tenía la pantalla encendida, señal de que algo nuevo había llegado a él.

Yuls: Haz el favor de salir de la cabeza de mi hermana.

Mi ceño se frunció a la vez que una idea venía a mi mente.

Yo: ¿Qué ocurre?

Yuls: ¡Lleva todo el santo día hablando de ti! ¡Ni siquiera metiendo un calcetín en su boca se calló! ¡¡¡Y estaba usado!!!

Yo: A eso se le llama acoso infantil.

Yuls: Yo no le pongo nombres estúpidos a tus estúpidas ocurrencias – aunque debería-, así que ahórrate eso.

Yo: ¿Puedo dormir allí?

Yuls: Oh, genial. Una semana más escuchando hablar de la genialidad que hizo Niall Horan.

Yo: En 15 minutos estoy allí. No prepares la cama, ya te ayudo yo.

Cogí la mochila del instituto, metí una libreta y algo de ropa. Al salir de mi habitación, me pude percatar de mi madre asomada ligeramente a la puerta de su habitación mientras sujetaba un par de calcetines en sus manos a la vez que hacía movimientos extraños con ellos en sus manos, hasta finalmente doblarlos a la perfección.

Al bajar los escalones de dos en dos se comenzó a escuchar el sonido resultante de la interacción de sus tacones poco altos y el suelo, delatándola.

Al parecer no fue que se dio cuenta de que me iba hasta que me vio coger mis llaves del pequeño armario del recibidor.

–        ¿Dónde vas?

Me encogí de hombros, sin ni siquiera girarme a verle el rostro. Si abría la boca, seguiría con la misma retórica de antes, y creo que ella ya ha tenido suficiente con eso por hoy.

–        ¿Vas a… vas a volver? – Preguntó, ahora temerosa.

–        Supongo. – Dije, cogiendo esta vez las llaves del coche.

Sin más agarré el pomo de la puerta, lo giré y salí por ella, cerrando tras de mí con un ligero portazo.

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¡Ñññññññññññññññññññññ!

Son las 1AM, peeeeeeeeeero, esto se considera viernes aun para mí. No es larguito como quería, pero estoy que me caigo del sueño, so: mañana más y mejor. 

Don't ya worry. Me he hecho unas listitas y horarios muy bonitos para poder escribir unas dos horas cada día este fin de semana. Espero que no se me tuerza nada bc, os lo debo. 

¡Por cierto! Hemos llegado a los 100 votitos y bueno, llegamos hace unos días a las primeras 1k lecturas. Estoy en modo KJAKNSKDJANKSJDNAKJDAND etcétera. Gracias criaturas <3. Hacéis que esto tenga un poquito de sentido.

Pd. Siento el mierdicapítulo, pero era necesario. Más adelante se entenderá todo. ¡Comentadlo, votadlo, criticadlo, tiradle tomates podridos! Vale, lo último sólo poquito, ¿ok? Ok. -Tengo complejo de TFIOS-.

Besotes :).

Ene.