Capitulo 16

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Estaba en la habitación que el Barón Lyons preparo para mi y las gemelas

No se donde estaban Camelia y Camellia, pero yo estaba ensima de la cama llorando

Nunca me había sentido tan humillada desde que era una niña, desde antes de conocer a mi madre

Es cierto no nací como Mónica Jone, yo nací como Thomas Evason, mi madre biológica no es Adrianna Jone, si no una prostituta de nombre Emilia Evason

Yo tenía 4 años, a esas alturas de mi vida ya estaba acostumbrado a pasar todo el día con mi madre y en las noches pasarla solo porque mi madre tenia que ir a trabajar

Por un tiempo todo estuvo bien hasta que ella conoció a un hombre que solo la golpeaba, a ella y a mi, y por dos años fue así como viví, entre golpes y abusos

No recuerdo mucho de esa época, pero recuerdo que me encaraba usar los vestidos de mi madre y a ella no le molestaba, pero cuando él llego todo cambio

Cada vez que usaba el maquillaje de mi madre o me ponía sus vestidos y zapatillas, él me golpeaba

Una vez se puso tan furioso que me golpeo hasta dejarme incociente

No recuerdo el rostro de ese hombre, pero si recuerdo su voz gritantome y diciéndome

"¡LOS VESTIDOS SON PARA NIÑAS!"

Esas palabras para mi eran confusas, pues para mi yo siempre fui una niña, sin embargo las cosas acabaron muy pronto

-recuerdo-

Tenía 6 años cuando volví a ser despertado por los gritos de mi madre la cual le suplicaba a ese hombre que se detuviera, pero él seguía mientras ella lloraba y su rostro se llenaba de sangre

A ese punto yo ya tenia miedo, mucho miedo, nunca había visto a mi madre así

En un momento él se canso, y se sentó en una silla a beber su cerveza, mientras mi madre estaba en el suelo desangrándose y llorando

Mi madre, desde donde estaba, logro darse cuenta que yo estaba observando todo y comenzó a susurrar unas palabras

- Thomas, huye, Thomas huye-

Decía mi madre una y otra vez, ese hombre, se dio cuenta de que yo observaba y se levanto de la silla acercándose a mi

-Ven Thomas, te enseñare que es ser un hombre de verdad- decía ese monstruo

Yo apenas vi que se acercaba a mi salí corriendo hacia mi habitación y me encerré, a un recuerdo escuchar como él golpeaba la puerta esperando a que la abriera, pero yo no lo hice

En ves de eso abrí la ventana y salí por ahí

No se cuanto tiempo vague por las calles, creo que solo fueron horas

Estaba sentado en una calle, pidiendo limosna, cuando ella... Mi madre Adrianna se acerco a mi y me miro con unos ojos llenos de compacion

- Pequeño, ¿donde esta tu mamá?- pregunto ella

- Mami esta muerta- conteste

- ¿No tienes a nadie que te cuide?- pregunto Adrianna

Yo sólo negué con la cabeza

- Ven, vamos a mi casa ahí te daré comida y un hogar- dijo Adrianna y tomo mi mano

- Fin del recuerdo-

Mi madre, Adrianna, me dio todo lo que tengo ahora y todo lo que conocí todo

Ella nunca me juzgo y nunca me dijo que tenia que comportarme como un hombre, ella fue quien me dio su apellido y un nuevo nombre y desde entonces soy Mónica Jone

No se cuanto llevaba llorando cuando tocaron la puerta

-¿quien es?- pregunte

- Soy yo el chico que la trajo ese día que estaba muy cansada, no quiero ser un emprometido pero pasaba por aquí y no pude evitar escucharla llorar, ¿esta bien?- pregunto el hombre estando aun del otro lado de la puerta

- Si, lo estoy- dije tratando de ocultar mi voz temblorosa

- ¿Segura?, si usted quiere puedo entrar para que hablemos un momento- dijo el hombre

- Es muy amable, pero no gracias- conteste

- Esta bien, pero si necesita algo solo digame- dijo el hombre y escuche como empezaba a irse o eso creí porque volví a escuchar su voz del otro lado de la puerta

- Por cierto, ¿como te llamas?- pregunto el hombre

- Mi nombre es Mónica Jone- conteste

- Espero verla pronto Monica- dijo el hombre despidiéndose y se fue

Es algo raro, él sabia quien era yo, pero yo no sabia quien era él, me gustaría conocer el rostro de esa persona

Miércoles...

Estaba recogiendo algunas flores, junto a las gemelas cuando sentí como un alguien colocaba su mano en mi hombro, voltee a ver y era el hijo del Barón Lyons

Edgard Lyons, rápidamente hice un reverencia y baje la vista

- Señorito Lyons, ¿que hace aquí?- le pregunte algo nerviosa

- No te pongas así Mónica- dijo sonriendo- solo vine para ver como estabas, ayer no estabas bien-

- ?Ver como estaba?, pero, ¿porque a usted le importaría eso? Yo solo soy una sirvienta- dije

- Pero sigues siendo una persona- dijo Lord Edgard- aparte si no me importaras no te hubiera ayudado cuando caíste dormida entre mis brazos-

-¿entre sus brazos?... ¿Usted es quien me ayudo?- dije sorprendida

- Si. Fui yo, y también fui yo quien pregunto como estaba ayer-

Eso me dio pena y me volví a inclinar

- Lo siento señorito, si hubiera sabido que era usted no le hubiera contestado de esa forma-

- No te preocupes enserio, todo esta bien, pero dime ¿estas mejor que ayer?-

- Si lo estoy señorito-

- Dime, ¿te gustaría comer algo de chocolate conmigo?-

- ¿es una orden?-

- es una invitación-

No lo tuve que pensar mucho para darle mi respuesta

- Si, me gustaria-

El chico me llevo hasta una parte del jardín donde había una pequeña mesa y en esta había un pastel de chocolate entre otras cosas

Me senté en una silla y frente a mi se sentó él, fue solo un rato pero me gusto mucho hablar con él, tanto así que por un momento olvide que él era un noble y yo una sirvienta

Sin embargo nuestra platica fue interrumpida por unos niños

Una niña y un niño entraron debajo de la mesa sin decir nada, como si nosotros no los hubiéramos visto

Edgard se agacho y levanto el mantel que cubría la mesa

-¿ahora que hicieron?- pregunto Edgard

- Nada- contestaron los dos niños al mismo tiempo

- Justin, Margen, no me mientan- dijo Edgard

Los niños solo se miraron

-Por asidente manchamos el vestido de mamá- dijo él niño

- Venga, yo arreglaré las cosas con mamá- dijo Edgard y ayudo a los niños a salir

- Lo siento Mónica, hablaremos después- dijo Edgard y beso mi mano

Ese pequeño gesto fue suficiente para sonrojarme

Sine embargo mi vista fue directo a los niños que estaban con Edgard y me di cuenta de algo

Esos niños, se parecían mucho a mis hermanos

La SirvientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora