Café y más

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KiBum se encontraba entrando a la cafetería en la que había quedado en verse con Soodam, vestía pantalones desgastados pegados a sus piernas, una blusa blanca y sobre esta una chamarra negra que completaba su aspecto.

—¡Ey! Por aquí. —exclamó la chica moviendo su brazo para llamar la atención del menor.

—Noona. —le saludo con un beso en la mejilla.

La pelirrosa no hizo más que corresponder al gesto y señalarle el asiento de enfrente para que el chico se sentase frente a ella.

—Gracias por venir. —le sonrió con alegría.

—No es nada, de hecho es un placer. —sonrio mostrando su perfecta dentadura.

Y antes de que pudieran continuar una chica de larga cabellera azabache se acerco con una libreta en manos.

—¿Gustan ordenar? —les dijo esta.

—Yo quiero un capuchino por favor. —pidio amablemente Soodam.

—Un americano por favor. —ordeno KiBum.

La chica asintió y fue inmediatamente por el pedido que se le fue encargado.

—¿Sobre qué querías hablar? —pregunto el muchacho.

La pelirrosa suspiro antes de continuar, pues no sabía cómo iniciar la conversación, ¿Cómo decir qué perdone al imbécil de su hermano después de todo lo que le hizo?

—Bueno... Pues...

—Aqui están sus pedidos. —interrumpio la chica con una sonrisa dándole más tiempo a la mayor para que pensará como iniciar el tema.

La mesera depósito ambos cafés en la mesa para luego dejar solos de nuevo a los dos. KiBum la miro curioso a la espera de saber por qué fue citado.

—KiBum, verás, luego del incidente JongHyun siempre creyó que fuiste tú el que intento agredirme, yo no lo sabía por ello no lo saqué de su error... —explico la pelirrosa.

—Noona ¿A qué viene esto? —pregunto con el entrecejo levemente fruncido.

—Dejame continuar. —contestó —JongHyun al crecer rodeado de mujeres desarrollo un inmenso respeto por nosotras y algo que nunca tolerará es que dañen a una y mucho menos a una de su familia, por ello al saber que fui atacada y creer que fuiste tú creo un enorme rencor hacia tí. Más sin embargo cuando inició todo ese juego del administrador secreto el te tomo gran aprecio, me llegó a confesar que se enamoro de tí, pero al descubrir tu identidad entro en conflicto consigo mismo al no saber que hacer, por un lado estaba el odio que te tenía, por otro las sentimientos que comenzaban a surgir en él, al final se dejó llevar por los primeros, desde que se enteró de la verdad no ha ni siquiera dormido bien, no se perdona el haberte hecho daño, pues además de no merecerlo el te quiere de verdad.

La chica guardo silencio por un  momento observando al menor buscando alguna señal en su rostro.

—Se que es justo que no lo quieras volver a ver, es muy válido, también se que no tengo derecho a pedirte lo pero por favor dale tu perdón. —le suplico la mayor.

KiBum se quedó en silencio, no sabía que responder ¿Qué debería decir? Entendía lo que Soodam le explicaba, claro que lo hacía, pero había una parte de él que aún seguía dolida, le dolía que JongHyun no haya sido capaz de darle el beneficio de la duda. Soodam al verlo no hizo más que suspirar por lo que bajo la atenta mirada del menor tomo una servilleta y de su cartera saco una pluma, comenzó a escribir algo que el muchacho no alcanzaba a leer, aunque fue cosa de segundos para que se lo extendiera.

—Ese es su nuevo número. —se levantó del asiento dejando un par de billetes sobre la mesa —Por si decides hablar con él.

La pelirrosa salió del café con una sonrisa de sadisfacción, sabía que había logrado su cometido.

Por otro lado estaba el chico quien estaba confundido ¿Qué podía hacer?. Sin pensarlo más guardo la servilleta en su pantalón y saco su billetera sacando de esta un par de billetes que igualmente depósito sobre la mesa pagando lo consumido, para luego salir del local llendo se directamente a su casa.

Mi querido acosador [Jongkey] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora