Maratón 2/?
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Mauricio no ha dejado de ir a verme después de sus clases, y es realmente extraña la manera en la que está tratándome. Todo cariñoso y atento conmigo.
Y no es que Mau no me tratará bien antes, es solo que siempre había mantenido una distancia prudente conmigo, lo cual realmente agradecía, pues nuestra relación no lo ameritaba.
Pero ahora; Mauricio ha estado todo el tiempo conmigo y sobre mí, como si supiera algo, y aunque por un momento llegue a pensar que tal vez me había visto con Emilio, esta idea rápidamente fue desechada al pensar que Emilio y yo realmente teníamos cuidado cuando salíamos, de hecho era por ello que siempre nos veíamos en la noche, justamente como el día de ayer.
Olvidando al instante el extraño comportamiento de mi novio; sonrió al momento en que recuerdo un Emilio muy sonriente mirando a mi lado una película que siempre quise ver desde pequeño, era realmente nuevo e intenso el sentimiento que tenía cuando de Emilio se trataba, y realmente me daría un golpe o algo para dejar de sonreír, pero después de ayer, después de la manera en que me beso al dejarme frente a mi casa, me prometí no ocultar más mis emociones cuando de Emilio se tratará, porque si iba a perder el control por el momento; iba a hacerlo bien.
-Bienvenidos jóvenes. -dice la Señora Bianca al momento en que Ren y yo entramos a casa.
-Hola, Bianca. -dice Ren acercándose a la mencionada y dándole un beso en la mejilla.
-¿Cómo les fue en la escuela? -nos pregunta con una sonrisa.
-Todo bien. -le digo acercándome y besando de igual manera su mejilla.
La Señora Bianca tiene la edad suficiente para ser mi abuela, y sin embargo siempre he pensado más en ella como mi madre que como una abuela, simple y sencillamente porque ella fue a quien vi en todos mis bailes de navidad en el colegio, y fue a ella a quien corrí descalzo cuando tenía cinco años para mostrarle el diente que se me había caído. Sin contar que es ella la única que nos pregunta con real interés como nos va todos los días.
-¡Saque 10 en mi examen de Biología! -grita emocionada Renata, haciendo que la Señora Bianca sonría con emoción.
-Eso es genial, mi niña. -responde al momento de caminar con nosotros por el pasillo que da a la escalera. -Te has esforzado mucho para ese examen.
-Sí. -contesta Ren sonriendo de oreja a oreja. No puedo evitar mirarla con ojos evaluadores, pues esa sonrisa que da Ren es una que ha estado apareciendo muy a menudo en su rostro después de aquella fiesta a la que fuimos.
Y eso es raro porque si bien Ren sí sonríe, nunca es de la manera en que lo está haciendo ahora.
Renata nunca había sonreído así, Ren nunca había tenido ese brillo en su mirada al hablar de cualquier cosa de la escuela, Ren simplemente sonreía con gracia, no con amor. Y entonces al momento en que esa frase sale de sus labios, lo único que puedo hacer es detener mi paso.
-Invite a Pablo a la casa para mi cena de cumpleaños.
No. No. No. No. No.
-Eso es fabuloso, mi niña. -dice la Señora Bianca, con una sonrisa de lado, mientras que mi hermana se sonroja y baja la mirada.
Mierda, Ren, no.
-¿Joaquín? -llama la Señora Bianca mirándome con la misma sonrisa de lado, Ren también me mira al instante, con unos ojos ilucionados que me hacen desviar la mirada. -Vayan a dejar sus cosas y bajan a comer, sus padres no podrán acompañarlos hoy, pero-
-No tengo hambre. -le digo serio, a lo que Ren frunce el ceño. -Tengo mucha tarea, así que por favor que nadie me interrumpa.
La Señora Bianca me da una sonrisa comprensiva y asiente, mientras que Ren me mira confundida, pero no le hago caso por el momento, simplemente paso al lado de ellas y prácticamente corro a mi habitación.
¿Cómo no lo noté antes, mierda? ¿Cómo es que deje que eso pasará? ¿Cómo es que deje que Renata se enamorara? Dios,no, no, esto está mal, esto no puede pasar. Literalmente esto no pasará.
Entro a mi habitación con el único pensamiento de que había sido irresponsable, y de que había dejado que mi hermanita viera el mundo real, y ahora por supuesto que no querría dejarlo. Y es que Dios, ni siquiera era puedo culparla.
Porque creó que he hecho lo mismo.
Cierro los ojos y me recargo contra la puerta de mi habitación. No. No. No. No Joaquín, no es eso, lo que sientes en tu corazón cada vez que miras a Emilio sonreír, o cada vez que lo besas, o cada vez que acaricias su piel no es eso. No puede ser eso.
No sé que haría si fuera eso.
-Creí que te tardarias años. -dice una voz adelante de mí, haciendome abrir los ojos de inmediato y ahogar un grito al mirar a Emilio sentado sobre mi cama.
-¿Qué diablos haces aquí? -le pregunto sacando mi lado seguro; mi lado molesto. Estoy tan jodido.
-Te dije que tenía un lugar que mostrarte. -dice hundiéndose de hombros y levantandose de mi cama.
Sus rizos siguen estando un poco revueltos después de nuestra pequeña sesión de besos en los baños de la escuela, en realidad claro que teníamos cuidado a no ser descubiertos, pero habían momentos como este, en dónde Emilio me miraba con esa maldita sonrisa de Dios griego, y no podía evitar lanzarme a sus labios.
No, no, no, no lo es. Este latir no puede ser aquello. No lo permitió.
No puedo permitir que me gane. No puedo permitir que me cubra el sentimiento y se apodere de mi, porque si lo hago estoy completamente muerto. Lo estamos. Porque Dios, ver a Emilio en estos momentos y saber que no lo tengo no debería de doler, no debería de causar ningún efecto en mi ser, pero lo está haciendo, porque es malditamente verdad.
Emilio no es mío, no importa cuántos besos y caricias hayamos compartido, eso no significa que sea ni que vaya a ser mío. Ni que yo sea suyo.
No nos pertenecemos, no lo hacemos.
Emilio frunce leve el ceño y prácticamente corro a sus brazos y lo beso.
Quiero. Mierda. Quiero. Doble mierda. No debería, sé que de hecho es lo que menos debería desear, pero al momento en que sus brazos me rodean y me pega a la puerta de la habitación para sostenernos de algo; no me interesa.
Quiero serlo, y está mal. Pienso al momento en que sus labios se separan un momento de los míos y luego regresan.
Quiero serlo y no sé si él quiera. Pienso al momento en que mis manos jalan sus rizos.
Quiero serlo y es totalmente imposible. Pienso al momento en que nos separamos jadeantes y su mirada se encuentra con la mía.
-¿Eso es un sí a una cita? -preguna con emoción mal disimulada y lo único que puedo hacer es volver a besarlo. Porque de esa manera, de esa única manera es que puedo dejar de desearlo y imaginarlo por un momento.
Imagínarme entre sus brazos delante de todo el mundo, sin importar que mundo sea. Imagínarme besarlo cada vez que quiera. Imagínarme tomando su mano y entrelazarla con la mía.
Imagínarme que puedo ser suyo.
-Yo te sigo. -le digo sobre sus labios y puedo sentir más que ver cómo sonríe completamente.
Imagínarme que es mío.
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Holaaaaa ❤️
¿Cómo están? ¿Listos para continuar con el maratón? 👀
En un rato subo el siguiente. 🙌💕
¡Los amoooooooo! 💜
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The king. || Emiliaco. [Terminada]
FanfictionEn un mundo perfecto, siempre hay ciertos rostros que nunca se muestran de más. En un mundo perfecto, la gente sigue las reglas e intenta llevarse bien con todo mundo, incluso si tienen que mentir, no importa nada más que la apariencia. Sí, en un mu...