TREINTA Y CUATRO

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Septiembre

La vida nunca había sido tan buena, definitivamente. Nunca había sentido lo que siento cuando despierto, y encuentro a Joaquín acurrucado a mi lado, o incluso muchas veces lo he visto completamente sobre mí. Lo cual, es sumamente tierno, aunque él nunca quiere aceptar que lo es.

Estos meses en España me han servido para conocer todo aquello que no conocía de Joaquín. Y vaya que había muchas cosas que no conocía, y que igualmente, me encantaron descubrir.

Como por ejemplo, que es un excelente lector, y que cuando dice que va a leer, en realidad significa que se irá del mundo por un rato, pues nunca se desconcentra cuando está leyendo. Más de una vez lo he tenido que cargar, porque lleva mucho tiempo en el suelo, y ni siquiera de esa manera estoy totalmente seguro que me siente, pues sigue leyendo como si nada. Es increíble, pero también raro. Y más de una vez ha sido un poco peligroso, pues como se olvida de todo, hay veces que olvida que ha dejado algo en la estufa, ha desarrollado un intenso interés por la cocina, pero él, la cocina, y un libro, definitivamente no son una buena combinación.

Otra cosa que he descubierto, es su extraña manía de jugar con su pluma. Sí, probablemente todos hacemos eso, pero él lo hace de una manera muy extraña, pues le da vuelta por toda su mano, y nunca entiendo como lo hace, pero me sorprende. Por lo común hace eso cuando está pensando en algo, o cuando está demasiado concentrado en lo que está escribiendo.

Esa es otra cosa, cuando Joaquín escribe, siempre tiene que tener todo a su alcance, lo cual me hace reír, porque literal se acerca todo antes de sentarse a escribir. Como por ejemplo, cuando es momento de ir a nuestro pequeño mundo de inspiración, toma su teléfono, audífonos (los cuales ni siquiera usa, pero bueno), una botella de agua, y una de té frio, una bolsa de dulces sabor fresa, una almohada, y una cobija gigante. Sin contar las miles de plumas y pequeños cuadernos que lleva consigo a todos lados. También suele llevar algún aperitivo, como lo es un sándwich, o un pedazo de pizza de la cena. Incluso una vez se llevó un plato de chilaquiles que cocine un día antes, pues a mí me va mejor en ese ámbito.

Es divertido, y tierno ver cómo está completamente tapado con la cobija mientras escribe como loco, y come de vez en cuando, parece un osito de peluche. Es una lindura. Pero así como Joaquín puede ser una lindura al escribir, también puede estar de un horrible estado de ánimo cuando no puede escribir, o sea, cuando llegan sus bloqueos mentales.

En estos cuatro meses ha tenido más de uno, y lo entiendo completamente, pues más de uno que estamos en esta área, sabemos que llegan en cualquier momento, pero el problema está que cuando me llegan a mí, simplemente suelo alejarme por completo de mi zona de trabajo, y me concentro en otra cosa –por lo común me dedico a leer los libros que Joaquín deja regados por todo el departamento, o a cocinar–, hasta que este pasa y puedo volver a componer y a tocar, pero él no.

Joaquín se niega dejar de escribir, se aferra por completo a querer seguir escribiendo, y eso... Dios, eso me ha vuelto más de una vez loco. Porque Joaquín de buenas, es todo lo que necesito en mi vida, pero Joaquín de malas, y frustrado, es todo lo que nadie quiere tener que enfrentar. Es totalmente frustrante, pues se la pasa gritando por cualquier pequeña cosa, o esta de malas por todo un día, y me hace todo difícil, pues tira todo, y no recoge nada. No deja que lo toque, o que me acerque, solo hasta que ya se calma, él es el que llega y se avienta a mi espalda, sin importar lo que yo esté haciendo, simplemente se cuelga de mí como un bebé koala, y no dice nada.

Joaquín es demasiado orgulloso y necio, así que le cuesta aceptar sus errores, y le cuesta mucho más disculparse, así que simplemente hace que lo cargue por todo el departamento en lo que termino todo lo que estoy haciendo, y cuando al fin me puedo sentar en el sillón, se sienta sobre mi regazo, y aun sin decir nada mete su cabeza en mi cuello, y respira. Nos quedamos horas de esa manera, hasta que al fin se disculpa. Y listo, nuestro rey molesto e irritante se va, y el hermoso rey mimoso llega a tomar su lugar.

The king. || Emiliaco. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora