Maratón parte 3/3
Después de que una enfermera me indica hacia dónde ir, veo a Gaz sentado con la cabeza entre las manos.
Me acerco con cuidado hacia él pero parece no darse cuenta de mi presencia, apoyo mi mano en su hombro, levanta la cabeza para mirarme y en menos de un segundo se pone de pie y me rodea con los brazos.
— Todo saldrá bien — le digo mientras le devuelvo el abrazo, nos quedamos así no sé cuánto tiempo hasta que el me suelta.
— Si le pasa algo yo... — su voz se quiebra y mira hacia arriba.
— No pasara nada... — el verlo así, mal, aguantando las lágrimas para no llorar, a pesar de todo lo que paso entre nosotros, hace que sienta una presión en el corazón.
Gastón es ese tipo de personas que siempre ves feliz, en todos los años que lo conozco nunca antes lo vi como ahora; tan... tan frágil...
Me quedo con él hasta que aparece su papá que es increíble pero desde la última vez que lo vi parece que hubiese envejecido diez años, pero a pesar de todo lo que está pasando se las apaña para saludarme con una sonrisa y nos explica un poco lo que hablo con uno de los doctores; Micaela está siendo sometida a una cirugía, que es el procedimiento con el que se cierra un aneurisma... Y al ver la preocupación en el rostro del papá de Gastón decido dejarlos solo para que hablen mejor.
Me ofrezco a ir por café a la máquina y ambos me agradecen.
Mientras busco dicha maquina intento llamar a Santiago pero su teléfono está apagado ¿Me sorprende? No, en el tiempo que lo conozco ya se que es algo que él hace cuando está molesto, solo desaparecer... Intento marcar su número de nuevo pero no, la operadora me desvía las llamadas. Busco el número de Jazmín y antes de llamarla me detengo ¿Qué le diría? ¿Qué hable con Santiago? es algo entre él y yo, no creo que lo mejor sea involucrar a más personas...
Si tan solo me hubiese escuchado, si, sé que Gastón es mi exnovio pero tiene que aprender a confiar, estoy en lo que sea que estoy con Santiago porque quiero estar con él y no con Gaz, pero parece que es algo que a Thiago le cuesta entender...
Vuelvo con los cafés y ambos parecen estar más que agradecidos.
Estamos sentados los tres, Gaz habla con su papá, y no sé cuánto tiempo pasa pero comienza a darme sueño y en algún momento caigo dormida...
— Lib... — escucho una voz suave y abro un poco los ojos, tengo la cabeza sobre el hombro de Gastón, me acomodo en mi asiento y me froto mis ojos para acabar de despertar. — Ya deberías estar en tu casa, ya es tarde. Si quieres te llevo...
Me fijo en el reloj que hay al final de pasillo y son más de las doce. A papá no le hará mucha gracia que desaparezca todo el día sin decirle nada...
Gastón me acomoda un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y se pone de pie buscando las llaves de su auto.
— No, quédate — lo imito y me paro — Tomaré un taxi...
— ¿Estás loca? No dejare que tomes un taxi, es peligroso. Vamos, te llevo.
— No, tú tienes que estar aquí con tu papá y esperar a que Micaela...
— Ya salió de cirugía — suelta y me quedo mirándolo sorprendida, y se lo ve un poco más tranquilo — Al parecer todo salió bien, pero tiene que estar en observación...
— ¿Qué? ¡Oh dios qué bueno! — sin pensarlo dos veces lo abrazo y el me rodea con los brazo— Me alegra tanto saber que todo salió bien ¿Tu papá? ¿Por qué no me avisaste? — digo dándole un pequeño golpe en el brazo.
— Fue a cambiarse de ropa hace como media hora, yo creo que ya volverá — su tono de voz ya es mucho más tranquilo — Y estabas dormida, parecías tan... ¿Tan en paz? No quise despertarte — sonríe y se coloca su chaqueta — Ahora vamos, te llevare y luego iré a darme un baño antes de volver.
Subo a su auto y una sensación de nostalgia y comodidad me invade, hace tanto que no estoy en él...
Prende la calefacción y empieza a conducir, tan tranquilo y cuidadoso como siempre, a diferencia de Thiago, Gastón no sobrepasa los límites de velocidad, respeta todos los semáforos y señalizaciones, pero me gusta más cuando Santiago conduce, cuándo pone música a todo volumen, cuando solo acelera y acelera porque si...
Lo veo y estoy segura que me gusta más Santiago...
— Y llegamos — apaga el motor — Lib, de verdad gracias por estar en todo esto conmigo — toma mi mano y eso hace que me ponga un poco tensa. — Lib yo...
— No tienes que agradecerme nada — le interrumpo, no quiero escuchar lo que estaba por decir — Gaz, aunque ya no estemos justos, siempre podrás contar conmigo...
— Gracias... — dice antes de abrazarme.
— Mantenme al tanto de Micaela ¿Si?
Entro a mi casa y por suerte no tengo que explicarle nada a papá porque el padre de Gastón lo hizo antes (supongo que cuando estaba dormida) Así que cuando llego me pregunta cómo esta Micaela, le explicó lo poco que entendí y él sonríe y me dice lo alegre que le pone que vuelva a hablar con Gastón... Si no fuera mi papá estoy segura que le diría no un par, sino muchas cosas... Ignoro lo último que me dijo y le doy las buenas noches.
Tengo tanto sueño que lo único que quiero hacer es ponerme mi pijama y dormir.
Cuando ya estoy dormida escucho una melodía y maldigo mil veces por no haber colocado en silencio mi móvil, sin abrir los ojos, aún algo dormida estiro mi brazo para cogerlo de la mesita de noche.
— Gaz... — contesto media dormida y un par de segundos después escucho que cuelgan. No le doy más importancia, apago mi teléfono y vuelvo a dormir.
No sé a qué hora, pero escucho voces, parece que hoy todo el mundo se puso de acuerdo para no dejarme dormir... Despierto y creo que luego escucho el sonido de la puerta de entrada de mi casa y después el de un motor...
Me levanto asustada y voy hacia la ventana para ver qué pasa, pero no hay nada, las calles están vacías y todo parece estar en calma.
Seguro solo fue un sueño, vuelvo a la cama y duermo...
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¡Hoaa una vez más!
Y está es la tercera parte del maratón que espero que les gustará 💜
Gracias por su apoyo y por leerme, se merecen todo lo mejor!! Y gracias también por los votos ☆ y comentarios ♡ me encanta leerlos!!
Los quiero muchísimo ❤☄
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¿Mi Problema? Tú
Teen FictionLib cree que todo en su vida está bien, es feliz en su relación perfecta con su novio y además piensa que puede contar con su prima para todo, pero nunca pensó en lo que podía hacer su novio y tampoco se cuestionó la lealtad de su prima. Santiago vu...