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Hoy irían a una pista de hielo.

Nunca había ido a una, así que lo emocionaba bastante, pues según Gretchen, era divertido.

De hecho fue idea de la joven ir al lugar después de saber que el irken y el de gafas nunca habían ido.

“Deben estar bromeando, ¿Enserio nunca han ido a patinar sobre hielo?”

 

Lo única que lo desmotivaba era que ahí hacía mucho frío.

“!Deberíamos ir todos juntos! Sería genial”

“Gretchen tiene razón, hay que ir un día de estos ya que tenemos tiempo.”

 

Se acomodó su bufanda antes de entrar a aquel lugar.

— Es enorme — miró el lugar, se le hacía bonito — Debemos entrar o. . .

— Dijeron que nos iban a esperar afuera, pero no los veo.

Busco entre la multitud alguna señal de que aquellos jóvenes estuvieran ahí, pero no, al parecer ellos no habían llegado.

— ¿Llegamos temprano?

— No, estoy seguro que-

— ¡Ahí están!

La voz de la joven de frenillos se escuchó detrás de ambos.

— Los estábamos buscando. — abrazó al mayor con fuerza.

Zim iba a decir algo pero al igual que Dib, fue estrujado por esta misma.

— Los extrañé mucho. — habló como si fuera a llorar en cualquier momento.

— Solo fueron 3 días. — dijo incómodo.

Aun no se acostumbraba al contacto físico.

Y aquella chica era muy melosa.

— Ya ves que es una exagerada. — el pelirrojo habló detrás de la chica quien no soltaba al de piel verde. — Ya déjalo Gretchen, lo vas ahogar.

— Es que es muy pequeño.

Le parecía tierno la estatura del irken.

Era el más pequeño del grupo.

— Bien, ¿Entonces vamos a meternos o no?

— Ah, cierto, vengan — se enderezó y tomó del brazo a Zim y Dib — este lugar les encantará.

Como lo imaginaba.

Estaba frío.

Muy frío.

— Aquí veníamos Keef y yo después de clases — explico emocionada — de hecho, aquí nos conocimos ¿Te acuerdas?

El pelirrojo asintió con una pequeña sonrisa en el rostro.

No tenía mucho que lo habían remodelado y se veía estupendo, más amplio.

Justo como aquel día.

— Ummh. . . ¿Cómo se pone esto? — los cordones se habían enredado.

— Deja te ayudo — habló el azabache guiñándole un ojo, se arrodilló delante del menor y comenzó a atar los cordones. — listo.

Quiso levantarse de su lugar, pero era torpe con aquellas cosas puestas.

Pues a la hora de dar un paso se balanceo tanto que iba caer, pero fue detenido por su pareja quien le dio su brazo para que esté se apoyará en el.

𝙽𝚘 𝙼𝚎 𝙳𝚎𝚓𝚎𝚜 [𝖹𝖠𝖣𝖱] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora