25 De Enero Del Año 1992. En La Capital De Rusia, Moscú. Ha Siete Millas Al Noroeste De Kremlin, Hospital De Kremlin.
POV
Bartholomew De Angelis.La puerta se empieza abrir por si sola y en el momento en que está abierta un hombre entra con suma desesperación, veo que carga algo entre sus brazos pero no identifico lo que es ya que hay una manta que me impide ver con claridad. Con sumo cuidado y sin hacer ruido me acerco hacia donde esta parado el hombre, ya estando ahí me pongo enfrente de él y con un movimiento sigiloso tiro la manta al suelo, enseguida me encuentro con el cuerpo de una mujer, una bella dama embarazada quien me mira al rostro con una expresión de dolor y sufrimiento.
Nos miramos a las caras el uno al otro, poco a poco bajo la mirada y al final mis ojos se posan en su abultado vientre, mientras lo miro siento como una lágrima baja por mi mejilla derecha y de repente veo como la joven dama estira su brazo hacia mi rostro. Y aunque quiera llegar a mi rostro para limpiarlo no podrá ya que soy solo un espíritu.
- No llores pequeño. - La escucho susurrar con dificultad. - La miro al rostro y mientras la sigo mirando acercó mi mano a su frente, poco a poco se empieza a calmar y su rostro ahora es distinto al que tenía cuando llegó.
- Ayuda, por favor ayúdenme con mi esposa. ¡Ella esta en labor de parto!. - Escucho al hombre gritarle a la nada con un tono preocupado.
A los lejos escucho pasos de gente y en un abrir y cerrar de ojos veo como un hombre de blanco carga a la bella dama entre sus brazos y la lleva hacia una camilla con rapidez. De reojo miro al hombre que la tenía cargada hace unos momentos para ver si hace algo al respecto pero no, solo se queda ahí parado como una estatua.
Cierro los ojos con fuerza y cuando ya los tengo abierto me doy cuenta que estoy detrás del hombre, enseguida lo agarro por los hombros y veo como los mueve de un lado a otro. Acercó mi rostro a su cuello y mientras me dirijo a su oído empiezo a oler una parte de su cuello, al final llegó a su oído y ya estando ahí empiezo a respirar una y otra vez.
- ¿Eres estúpido o que está mal en tu mente? Tú esposa está a unos minutos de dar a luz y tú estás aquí parado como si fueras una estatua viviente. - Le hablo en su oído en un tono serio. - Siento como tiembla entre mis manos ya que lo tengo agarrado por los hombros, por igual su ritmo cardíaco se empieza acelerar y su respiración está empezando a fallar.
Y como si fuera en cámara lenta veo como se empieza a caer a causa del desmayó, y aunque hago todo el intento de detenerlo con mis manos no puedo ya que soy simplemente un fantasma. Y sin más escucho el sonido de su golpe y desde donde estoy puedo ver cómo su cabeza rebota en el piso de mármol.