La castidad de Xie Lian (Xie Lian x Hua Cheng)

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ADVERTENCIA.
Este capítulo contiene material adulto y erótico, se recomienda discreción por parte del lector. Dicho esto, disfruten la lectura.
*Editado.


-Felicidades!!!!-

-Bravo!!!!-

Una gran aclamación surgió en el interior del reino demoniaco, miles de criaturas y fantasmas ovacionaban a unos novios vestidos de rojo, felicitándolos y arrojándolos sólo dios sabe qué como si fueran flores.

Algunos oficiales celestiales están presentes, asqueados del extraño olor y lo que las extrañas criaturas están lanzando. No sabían si es un pedazo de carne, tela sucia, o una sustancia de una procedencia desconocida. Entre los oficiales se encuentran Feng Xing y Mu Qing, el cual está rodando sus ojos en blanco.

Unas doncellas con lo que parece ser carne putrefacta en el rostro y otras partes de su piel obsequiaban "caramelos" a los presentes.

-...qué se supone que es esto?- preguntó Mu Qing sosteniendo el dulce en la palma de su mano, acercó su nariz –sniff sniff, huele raro...-

-...no lo comas- sugirió Feng Xing que discretamente guardó su dulce para no verse grosero.

Una figura de rojo usando un velo se acerca a ellos -gracias por haber venido- dijo amablemente mientras se quita el velo para revelar su rostro.

-Su alteza, no faltaríamos a su boda- Feng Xing se inclinó y sonrió. Fue una sonrisa muy incómoda.

-...- Mu Qing dió un rápido vistazo al novio.

Hua Cheng, que está a unos pasos hablando con algunos de sus subordinados los observaba de reojo, dedicándoles miradas asesinas.

-¿En serio?- preguntó Mu Qing que no podía creer que después de haber visto la cueva de los mil dioses y haber expuesto la obsesión de Hua Cheng, Xie Lian se enamorara y se casara con su acosador, ¿es acaso esto el síndrome de Estocolmo? Sobre todo después de haber visto ese terrorífico mural en la cueva donde se mostraban claramente las intenciones de Hua Cheng.

La estatua gigante, ¡por dios!, ¡¡la estatua gigante que talló él solo!!

Recordando todo esto, un pequeño escalofrío recorrió su espalda.

Feng Xing le dio un codazo en el estómago sofocándolo para que se callara -ejem- aclaró su garganta antes de hablar -alteza...no comprendemos su decisión...pero, realmente le deseamos la mayor felicidad...¿no es así?, ¿Muuu Qiiiing?- estas últimas dos preguntas sonaron como una amenaza.

-Ah!- Mu Qing por fin recuperó el aliento -Claro claro, pero, ...- miró de nuevo a Hua Cheng el cual ahora los está viendo lleno de ira. Al ver esta mirada recordó como en el pasado este novio de rojo los quería matar para que no lo alejaran de su amado Gege -...realmente odia que estemos cerca de su majestad...-

-Ah, no lo tomen en cuenta, jeje, San Lang solo es así- comentó Xie Lian mientras agita la mano de arriba abajo sonriendo. Trataba de calmar un poco el ambiente. Su sonrisa era de alguien profundamente enamorado.

-Ejem, y..- interrumpió Feng Xing -¿está listo?-

-Hum?- Xie Lian lo observó desconcertado -¿listo para qué?

-Su alteza, usted sabe...- Feng Xing se ruborizó un poco y continuó -para la "noche de bodas"-

Mu Qing se congeló con esta última frase. Recordando ese indecente mural y las veces que Xie Lian y Hua Cheng "intercambiar" energía espiritual. Un segundo sudor frío recorrió su espalda, seguramente sus ropas ya deberían estar empapadas de sudor frío.

-¿?- Xie Lian inclinó un poco su cabeza hacia un costado -¿a qué te refieres?- su mirada inocente y desconcertada hizo que Feng Xing se golpee la frente con un facepalm tan fuerte que casi se hace un hematoma.

Xie Lian no puede ser tan ingenuo e inocente...¿o si? ¡¡Es un requisito tener sexo en la noche de bodas!!

-Ejem- Feng Xiang se aclaró la garganta de nuevo para hablar -tu sabes...eso que hace especial una noche de bodas, lo que sella la unión- titubeó.

Xie Lian se quedó pensando un rato hasta que su rostro se iluminó -ah!, te refieres a cruzar copas de nuevo?-

-NO!- gritó Mu Qing dando un pisotón en la calle de roca debajo de él, haciendo que las criaturas/cosas vivas que hay a su alrededor voltearan a verlos.

Más allá de la novelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora