Castigo (Jiang Cheng x Lan XiChen)

4.4K 201 397
                                    

Advertencia:
Este capítulo contiene situaciones adultas. Se recomienda discreción por parte del lector. 
Es una continuación de "Invitación", es necesario que lea este capítulo para entender qué está pasando. 
Créditos de la portada al artista Pixiv.
La letra cursiva son pensamientos.
Dicho esto, disfrute la lectura. 




Dentro de Hanshi, una persona luchaba por mantener su dignidad y su estatus.

El líder de la secta Yunmeng Jiang estaba atado con un cable vinculante. Las ataduras eran muy parecidas al arte de bondage, sus brazos y manos atados detrás de su espalda, descubriendo su robusto pecho, sus tobillos doblados hacia atras tocando sus muslos y glúteos, inmovilizándolo completamente. Dos delgados dedos trataban de invadir su boca, pero este se negaba a darles la bienvenida, mordiendo sus labios y girando su cabeza de un lado a otro cada que se acercaban.

-Jiang Cheng- lo llamó el líder de Gusu sonriéndole de una forma amable –ambos sabemos que esto va a suceder quieras o no. Así que tienes dos opciones, cooperar y mantener tu conciencia durante el proceso, o drogarte y quedar inconsciente. Tú eliges...-

Los hermosos ojos amatista del líder de Yunmeng empezaron a brillar de un morado neón, un color electrizante que indicaba su furia, pero Zidian no podía responder.

¿Estar despierto durante el tormento le guardaría algo de dignidad?

Él sabía que si.

Tragando su orgullo, Jiang Cheng abrió poco a poco sus labios y esos dedos entraron de forma impetuosa su boca.

-Lámelos, tienen que estar bien lubricados si no quieres que duela- ordenó Lan Hwan mientras le sonreía de una forma cálida y afectuosa, incluso comprensiva. Si uno pudiera ver solo su cara, parecía que estaba sonriéndole a un cachorro, sin rastros de malicia o dobles intenciones.

Jiang Cheng quiso morder esos dedos y arrancarlos, después de todo había leído que los dedos de las manos podían ser arrancados como si fueran pequeñas zanahorias si se ejercía suficiente fuerza (esto es cierto). No pudo hacerlo. Siguiendo las instrucciones forzó su lengua a moverse a lo largo y ancho de esos pálidos dedos jade, entre los nudillos, sobre las uñas, todo debía estar perfectamente humedecido.

Cuando Lan Hwan sintió que sus dedos estaban lo suficientemente mojados los retiró. Un pequeño hilo de saliva aún los conectaba a esa seductora boca.

¿Cómo llegaron estos dos prominentes líderes hasta aquí?



Esa mañana el venerable líder de Yunmeng despertó y lo primero que hizo fue tomar un baño.

Oculto en el suave vapor y las agradables fragancias provenientes de la tina, justo cuando empezó a lavar su piel pasando una toalla áspera por sus músculos notó algo inusual...

-¿Hm?- su tez tenía pequeñas marcas rojas y lo que parecían ser mordidas en sus hombros y sobre las cicatrices de su pecho -...no recuerdo...¿cómo obtuve estas heridas?-

Después de analizarlas por un momento reconoció qué tipo de "heridas" eran, son aquellas dejadas como remantes de noches pasionales.

El cuero cabelludo se entumeció, de pronto el agua caliente se tornó fría. Hizo memoria pero no podía recordar nada después de haberse emborrachado...¿se habrá acostado con alguna de las dos hermosas flores de loto que se encargaron de servirlos a él y al líder de Gusu?

No perdió tiempo, salió de la tina, se colocó una túnica exterior y salió corriendo a buscarlas.

El líder de Yunmeng caminaba con rapidez por los pasillos de madera del muelle de loto, su túnica exterior ondeaba y estaba ligeramente húmeda. Los alumnos quedaron desconcertados al verlo, nunca lo habían visto tan desalineado. Su cabello negro suelto un poco más arriba de su cintura, algunas gotas de agua resbalando por su piel, iba descalzo, dejando un rastro de agua.

Más allá de la novelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora