Les dejo este capi un poquito largo, y una Enorme (así con E mayúscula) sorpresa... Espero les guste.
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#Charny #Thor #Barton #Nat
Estábamos en medio de un campo precioso, se podía oler el aire fresco, el pasto húmedo por el rocío y se sentía tan cálido el sol matutino. Nada qué ver con el ruido y la contaminación de la ciudad.
—¿Dónde estamos? —preguntó Thor, al avanzar hacia la única propiedad de madera que se veía en kilómetros.
—Un refugio —respondió Tony confundido, mirando también a su alrededor. No se veía muy resistente en caso de que Ultrón nos encontrara allí. Y él me dirigió una mirada que me transmitía esa misma información.
Entramos a un ambiente cálidamente familiar, y pronto se me antojó una taza de chocolate caliente y disfrutar de una buena lectura de fotoprotones del artículo que dejé a medias. Luego me di cuenta que había juguetes dispersos en el suelo, a los que Thor había aplastado con sus enormes botas asgardianas.
—Un hogar en medio de la nada —susurré y luego volví a ver los objetos coloridos en el suelo—, juguetes...
—¡Cielo! —interrumpe mis sorpresivas conclusiones, sorprendiéndome aún más, Clint—. Ya llegué.
Una mujer de aproximadamente treinta llegó por un pasillo. Lucía una sonrisa radiante al ver al arquero, sus ojos marrones mostraban alegría. Llevaba su lacio cabello oscuro hasta su vientre abultado: estaba embarazada.
—Esto no estaba en el libreto —digo en voz baja, reprendiéndome mentalmente por haberlo dicho.
—Seguro es una agente —murmura Tony, también sorprendido de ver que el hombre besaba los labios de ella.
Pero pronto fuimos doblemente sorprendidos por un niño y una niña que llegaron corriendo y gritando "papi" a Clint.
—¿Y ellos qué? —pregunto confundida—. ¿Mini espías?
Tony me dirige una mirada con recelo. Sí, él es el irónico y sarcástico del grupo, lo sé porque he leído sobre él desde que mi madre comenzó a trabajar.
—Ella es Laura —presentó orgulloso, abrazándola por los hombros.
—Yo ya los conozco —dijo la mujer—. Pero no a ella —me señaló con la mirada.
—Es Charly —dijo su esposo antes de que yo me presentara y Laura me observó con una amplia sonrisa.
—La doctora de robots —comentó en broma y luego agregó—: Experta en robótica —lo cual hizo que me sintiera un poco incómoda con su descripción.
—Nos ha ayudado bastante —dijo Clint mostrándome sus claros ojos brillantes—. Estoy aquí gracias a ella —confesó. Le sonreí en agradecimiento por sus palabras.
