Cadenas sagradas. (Saint Seiya Omega. Shun y tú)

Capítulo 04: Secreto para la fuerza.

En ese mismo día después del almuerzo, (t/n) decidió poner a prueba a los santos que protegen a la joven Aria, aunque la joven sabia que aquella muchacha pálida de ojos azules no era Athena, los instruiría para que la protegieran, ya que ella sabia algo que los jóvenes santos no.

-¡Yo soy una santo de rango plata... pero no olviden algo, yo fui entrenada por un santo legendario, Shun de Andrómeda!- declaro con orgullo la joven (t/c). -A Shun-san no le agradaban la peleas, pero yo entendí que no hay otra forma para proteger a Athena-sama, así que nunca he dejado de entrenar...- explicaba, mientras Koga, Yuna y Souma la escuchaban con atención. -Pero algo debe de quedarles claro ¡Los puños de un santo siempre deben apuntar a la justicia!- los jóvenes asintieron.

La clase comenzó, (t/n) pidió a los santos que primero la atacaran sin uso de su cosmos, lo cual fue difícil para los tres, después de eso ella dio el ejemplo, sin uso de su cosmos, logro romper una gran roca.

-Increíble...- dijo Souma.

-¿Cómo es posible?- cuestiono Koga. -Shaina-san me había dicho que sólo a través del cosmos podía hacer eso, al destruir los átomos...- declaro el santo de Pegaso, la instructora embozo una ligera sonrisa.

-Eso es cierto...- aseguro. -En la mitología Athena-sama enseño a los santos a luchar sin armas, convirtiendo sus cuerpos en armas, protegidos por la sabiduría, esto es posible por nuestro cosmos, pero en nuestros cuerpos existen otros elementos que nos pueden ayudar a mejorar nuestra velocidad y fuerza, si somos consientes de ello, no suena descabellado...-explicaba mientras se cruzaba de brazos.

-¿Qué otra clase de elementos?- cuestiono Yuna con interés, nunca había escuchado nada parecido.

-Se ha comprobado que en situaciones extremas, los humanos han podido hacer grandes hazañas: levantar carros, esquivar balas, etc... todo sucede en un segundo por el golpe de adrenalina...- señalo, los santos estaban bastantes sorprendidos.

-Pero es inconsciente...- apuro a decir Souma, la instructora asintió.

-Pero un santo que se entrena y adquiere sabiduría, podría hacerlo de manera consciente...- Yuna lo pensó por un momento, y asintió, no era del todo descabellado.

-Entonces... si somos consciente de ello y podemos usarlo...- dijo Souma.

-Es como aprender a respirar...- señalo con una sonrisa astuta. -Limitar su cosmos lo ayuda a ser más resistente en una batalla, incluso a poder hacer un ataque sorpresa...- Koga que no había dicho nada, embozo una amplia sonrisa.

-¡Sorprendente!- declaro.

-Al principio no sera fácil, pero pueden hacerlo...- animo y los jóvenes asintieron.

Aria observaba con sorpresa aquella clase, ligeramente se alegro por aquella explicación, si sus amigos entrenaban para no cansarse en las batallas, sus vidas no peligrarían tan fácilmente.

(T/n) durante la siguiente hora, puso a los santos de bronce a ejercicios de resistencia, los cuales eran bastantes pesados, Yuna por un momento pensó en el método de la santo de Cassiopea, era cierto que era sin dudas la mejor idea para soportar el campo de batalla, a ella le daba la impresión que el objetivo de la mayor era el usar lo menos posible su cosmos.

-Bien chicos, deben descansar...- aseguro la mujer con una leve sonrisa, pues la nostalgia volvió a invadirla, recordando sus días en el Santuario.

Flash back...

-(t/n)-chan... debes descansar...- era una soleada tarde, en la que la pequeña entrenaba bajo la tutela del Santo legendario, el clima era cálido, así que Shun decidió que su aprendiz descansara.

-¡No!- negó de manera energética. -¡Yo aun puedo continuar Shun-san!- declaro de manera entusiasta.

-Estoy seguro que si, pero no debes exigirte, si excedes tus limites podrías causarte daños irreversibles y tu entrenamiento sera en vano...- la pequeña se sobresalto por aquella declaración.

-No lo sabía...- dijo un tanto cabizbaja, sin duda día a día ella se convencía que su maestro era la única persona que se preocupaba por ella, por eso se convertiría en santo.

El santo legendario se acerco y acaricio su cabeza, sonriendo de manera cálida.

-No debes seguir este entrenamiento por mi...- aseguro, la niña se sobresalto, ¿acaso su maestro leía su mente?

Fin del flash back.

-He comprendido mi misión Shun-san...- pensaba la joven mientras veía a los santo de bronce descansar.