Gruño por quinta vez ese día. Pero no era un gruñido lleno de enojo o el impulso cazador. Este se formó en el fondo de su garganta y no traspaso más allá de su boca para hacerse oír. Los recuerdos de la cierva se sintieron como un recuerdo lejano apesar que pasó hace menos de diez minutos.
¿Como se atrevía?
Sus ojos picaron en la oscuridad del lugar que se encontraba. El olor le era familiar pero no le prestó atención. Estaba en un abismo vacío donde el tiempo y el espacio no existían solo estaba ella y la criatura frágil e inconsciente debajo de ella. Sus mandíbulas pedían a gritos enterrar los colmillos en esa suave carne. Y saciar su sed con granos de sangre fresca, llena de vitaminas y minerales que la fortaliceria como si fuese el agua de la vida misma.
Hambre
Acarició la pequeña cabeza del herbívoro con sus grandes manos, la textura del pelaje corto le recordaba a un viejo bolso que encontró en el ático de su abuela cuando era más pequeña. Estaba polvoriento y lleno de arañas, como la alimaña estúpida bajo sus garras. Su abuela dijo que podia quedarcelo y usarlo como se le viniera en gana. Total, era basura.
Su otra mano acarició la espalda de el otro animal. Trazo rajas con sus garras, jugando y pensando si debería enterrarlas o no.
Juno
¿Uh?
Y como se hizo costumbre hoy. Empezó a alucinar con una voz desconocida e inexplicable. Pero esta vez fue acompañada de una sombra salida de las penumbras..si penumbras. Ella era un animal nocturno, que por alguna razón solo veía negro y la forma corporal de su ahora presa, yumi.
¿Que estás esperando? Entierra tus uñas y clavarle las navajas de la justicia carnívora. Un pecado como este, no debe quedar impune.
Sus palabras sonaron teatrales y apasionadas, rosando lo ridículo. Miro esos ojos grandes y brillantes recordando haberlos visto esta mañana, en un espejo. Solo que estos estaban agrietados por las venas oculares y su gran iris fue reducida a un pequeño punto.
También le recordó a los ojos peculiarmente grandes del ciervo rojo del teatro. Su voz ipnoctica y profunda acompañados de una sabiduría que no se esperaba de un joven de preparatoria.
Esa pudo dejo en vergüenza la raza de ese ciervo. No lo conocía pero no pudo evitar sentir una especie de ¿Abmiracion?..si como un personaje de ficción en una novela o anime.
Nunca te cuestionas que eres ¡Eres una consumidora de carne! Nadie la extrañará.
Su parte racional le dijo que era una locura. La otra simplemente se dejó seducir por las palabras de la sombra Con forma de loba.
El ciervo comenzó a despertar...si...podía sentir su corazón más rápido que antes. El intento gritar por auxilio o al menos eso parecía. La mano que nunca dejó de hacer lineas en la espalda hizo un movimiento. Su reflejo fue imprevisto.
Enterró sus garras y cogió a la víctima de la nuca, los dedos largos rodearon el frágil cuello del animal asfixiandolo e impidiendo que su grito se formará. Arrastro sus uñas clavas en la carne, rompiendo tela y piel como si fueran papel barato en un camino de gemidos angustiosos asta llegar casi a la espalda baja. Las saco sin cuidado y subió la camisa destroza.
Era curioso como podía ver todo a detalle y a la vez tan solo oscuridad. La sangre empezaba a asomarse de entre las heridas, se lamió los labios mientras la saliva llenaba su boca y una sensación agradable emergía de su vientre. Asta este punto nada sujetaba las manos del ciervo. Estas se apretaron solas contra el frió material del suelo. Con unos grilletes invisibles hechos de miedo y instinto de presa.
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La Belleza De Los Animales
FanficLegosi nunca atacó a Haru. En cambio Juno se encontró con el animal equivocado de la especie equivocada... Las casualidades aveces son desastrosas