Etapa 2: Entrenamiento en cautividad

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Los días en los laboratorios eran interminables para la joven Viveka. En cuanto hubo indicios del desarrollo de poderes por su parte, las dolorosas sesiones en las que introducían la vedonita en su cuerpo menguaron, pero fueron sustituidas por largos y extenuantes entrenamientos con los que pretendían descubrir y desarrollar sus habilidades. Eso debió de ser cuando ya tenía diez años.

Sus entrenadores no tenían nombre, de hecho tampoco tenían cara. Jamás le dirigían la palabra a Viveka y unas mascaras ocultaban su rostro, del que sólo podía entrever los ojos y los labios.

Entrenador 1 era el encargado del combate cuerpo a cuerpo. Dado que no abría la boca, la joven se veía obligada a aprender por observación, tratando de imitar los técnicas mediante las cuales su oponente la tumbaba una y otra vez. Después tenía que mejorarlas. Los primeros meses con aquel individuo parecía que jamás fuese a conseguirlo, pues los puñetazos y patadas que ella lanzaba no le hacían cosquillas siquiera. Sin embargo, un año y medio después ya era capaz de prever y esquivar sus movimientos.

Entrenador 2 la instruía en el manejo de las armas, algo que no se le dio nada mal desde un principio, a excepción de la lucha con cuchillo y similares.

Con el Entrenador 3 "jugaba al escondite" para pulir sus habilidades de espionaje y ocultamiento.

Y el entrenador 4 preparaba todo tipo de situaciones límite que ponían a prueba sus sentidos y despertaban del todo sus habilidades.

Lo primero que desarrolló fue la manipulación de luz. Al principio tenía que tocar la fuente de la que esta provenía, pero después de pasar horas en una habitación completamente blanca y muy iluminada, sus emociones hicieron el trabajo por ella y en un arrebato de ira la iluminación se tornó de un suave color azul oscuro, mucho más agradable para la vista. Después sólo utilizaban lámparas o cosas similares, pero de tamaño y potencia distintos, para que lo perfeccionara.

Al final de los trece años, dominaba a la perfección las bolas y el escudo de plasma, descubiertos cuando la metieron en una sala con cañones que disparaban piedras tanto pequeñas como grandes. Salió de allí muy magullada y con algún hueso roto pero, en otro ataque de rabia, se protegió con un escudo azulado y destrozó todos y cada uno de los cañones con chispeantes bolas de energía, que junto a las cañerías rotas acabaron convertidos en una sopa de escombros, metal y agua.

Controló por completo sus descargas eléctricas cuando el equipo de científicos le provocó un paro cardíaco a un niño frente a ella, quién le reanimó con la cara surcada de lágrimas desesperadas.

Tomó la decisión de escaparse en aquella prueba. Lo planeó todo durante las semanas siguientes a la misma. Sin embargo sabía que jamás escaparía de la vedonita que recorría cada vena de su cuerpo.

Un proverbio dice que "El tiempo todo lo cura". Viveka nunca podría sanar física ni mentalmente después de vivir todas aquellas atrocidades.

Blue Shadow •[TERMINADA]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora