Tercera regla: no separarse

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•Roma•
El cursado de lo último que me quedaba de segundo año se me había hecho interminable. La gente no paraba de romperme los ovarios con Mateo y eso ya me tenia harta, todo el tiempo me pedían cosas relacionadas con él.

Ya había tomado una decisión. En dos días volvía a Argentina y lo iba a hacer de callada para que fuera sorpresa tanto para mi vieja como para Mateo y mis amigos.

-tia te voy a extrañar tanto- soltó Lau haciendo puchero y retomando el tema de mi partida por vigésima vez en la semana

-yo también a vos amiga, pero ya sabes que me podes ir a visitar cuando quieras. Si es sola mejor porque...

-èl te quiere de verdad Romi, yo entiendo que es la persona que más daño te ha hecho pero deberías dejar todo ese odio en el pasado y enfocarte para tener una mejor relación. Al final de cuentas no deja de ser tu padre

-nose es todo muy difícil no quiero hablar de eso ahora. Llámala a Gabi que las quiero invitar a cenar

La española hizo lo que le ordene y yo mientras agarre mi teléfono para contestarle a mateo que lo había dejado colgado.

Mateo 😍
No hay chances entonces de que te vengas ?

Roma 💋
No Teo 🥺

Era re mala por hacerlo sufrir pero quería ver su reacción cuando me viera en la puerta de su casa.

La venezolana dijo que si a mi propuesta de cenar por lo que las tres decidimos prepararnos para salir a la noche barcelonesa a disfrutar de una buena comida.

Me vestí casual y un poco abrigada porque el frío de febrero se hacía notar, teníamos planeado salir por unas hamburguesas por lo que tampoco era necesario arreglarme tanto.

Subí una historia a mi Instagram que rápidamente un montón de personas empezaron a responder. Muchos fanes se habían enterado que estaba con Mateo por lo que mis seguidores iban en aumento.

El único mensaje que decidí abrir fue el de mi novio que decía lo siguiente:

Le sonreí al celular por unos minutos hasta que mis amigas me sacaron del transe y decidieron que ya era hora de partír.

Recorrimos unos cuantos restaurantes hasta que encontramos un lugar de hamburguesas que nos pareció perfecto.

Nomas entrar el olor a comida rápida invadió nuestro olfato . Nos sentamos en una mesa para cuatro y a los pocos minutos una chica se acercó entregándonos la carta.

-Marica que voy a hacer yo sola en la habitación- se lamento gabi

-vas a tener dos camas para vos sola y el baño también disfrútalo

-pero no te voy a tener de alarma- se lamento riendo la venezolana

Nos trajeron las hamburguesas y empezamos a degustarlas realmente estaban muy ricas al igual que las papas.

-qué manera de comer por dios- soltó Lau mientras le daba un sorbo a su gaseosa

-estaban buenísimas- sonreí agarrando mi celular y viendo que una vez más mateo se hacía presente entre mis notificaciones

Dios como extrañaba a este pendejo de mierda, por suerte en unas cuantas horas ya lo iba a poder volver a ver y cargosear como siempre.

Tras quedarnos un buen rato haciendo sobremesa decidimos volver a la facultad. Me quedaban unas últimas clases antes de partir por lo que necesitaba terminar de organizar todo para poder volver a mi país con todo listo.

•••

Penúltimo día acá...
Me levante nostálgica y me di una ducha rápida. Iba a extrañar todo esto que había soñado por tanto tiempo.

Desperté a gabi y me puse algo sencillo para poder bajar a desayunar y terminar con las clases que me quedaban antes de mi partida.

-Roma- me llamo Pablo una vez que había terminado mi clase y estaba deambulando por los pasillos buscando a mis amigas para almorzar

-qué pasa?

-me entere de que te volves a argentina

-si, mañana

-necesitas algo?

-si no necesite de vos a mis 10 años menos lo voy a hacer a mis casi 20

-hija quiero hacer las cosas bien

-no me digas así

-quieras o no soy tu padre

-no lo demostraste

-ya lo sé, y te pido perdón. Toda mi vida me arrepentí de lo que hice. Siempre fuiste mi princesa y siempre lo vas a hacer a pesar de que ahora me odies...
Aunque estemos del otro lado del mundo yo te apoyo, se que vas a hacer una gran doctora y que tu mamá siempre te va a llevar por el buen camino. Te amo Romita

Las lágrimas comenzaron a caer sin previo aviso. Aunque todo el odio que sentía por él era gigante también sabía que una parte de mi lo amaba y nunca iba a dejar de hacerlo. Era mi papá, había sido todo para mi y aunque el error que cometió me había dolido como nunca nada en la vida creo que también era momento de perdonar. Más que por él, lo hacía por mi, necesitaba ese perdón en mi corazón para poder sanar una herida que había estado abierta por mucho tiempo.

Me acerqué a él y lo abracé en símbolo de paz, en símbolo de una nueva etapa en mi vida. Él se sorprendió pero reaccionó al instante apegándome a él y haciéndome sentir protegida como cuando era una nena chiquita.