Eso que siempre quise decirle. . .

Cap 3

. Eso que siempre quise decirle .

De: Priss

Capítulo III: Descansa enana.

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Un par de días habían transcurrido de la forma más tensa que la joven pudiese soportar. Si de por si las cosas de forma normal no eran nada soportables, desde aquel incidente con Ichigo las cosas estaban peor.

Venía caminando por el patio de la escuela después de su última clase, había varias cosas que hacer y debía apresurarse, así que...

~ ¡Dos horas más que fueron echadas a la basura!. -Cierta voz masculina llamó su atención, haciéndola detenerse y girarse para prestar más atención.- ~ Espero que ésta vez valga la pena.

El pelinaranja la esperaba desde hacía un buen rato.

Era verdad, aun no realizaban el dichoso proyecto y conociendo un poco al muchacho, este no la dejaría tranquila hasta que terminaran con aquello.

~ Tengo cosas muchísimo más importantes que ese estúpido pro. . .

Rukia calló de pronto, apenas consciente de que se olvidó por completo de fingir frente a  Kurosaki, quien sonreía sutilmente al escucharla. Ya sabía él que esa chica no era quien aparentaba.

Aun así, Ichigo experimentó grandes deseos de hacerla entender de una u otra manera, pero no entendía por qué a esta mujer no se atrevía a tocarle si quiera un dedo; esto era extraño considerando que él era un hombre que no se tentaba el corazón al tratar a una mujer si creía que ésta no se comportaba adecuadamente, pero... con ella.

Si lo plantaba de nuevo se volvería loco de coraje y él sin poder ponerle siquiera una mano encima a la chica.

~ De acuerdo, de acuerdo... ¿qué planes tienes?.

El repentino cambio de Rukia le dio la victoria finalmente al joven, quien por su puesto estaba más que confundido. Se preguntaba si acaso la pelinegra estaría en "sus días".

La penetrante mirada de Ichigo la había intimidado en serio, eso sumado a que no podía dejar que él conociera su verdadera forma de ser, hicieron que la ojivioleta cediera a las insistencias del pelinaranja.

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El paisaje de la ciudad iba y venía según el avance del auto de Ichigo.

Rukia aceptó realizar el trabajo en casa del chico y fue tan solo cuestión de pocos minutos el llegar a un departamento en el área comercial de la ciudad.

~ ¿Vives aquí?.

El joven abrió la puerta del número quince del cuarto piso permitiéndole la entrada a su invitada.

~ Sí... vivo solo.

~ ¿Solo?.

Copió ella mientras se sentaba en un pequeño sofá de la estancia, pero poco después el chico le indicó que ahí no debía sentarse.

Kurosaki se dirigió a otra parte del lugar con la pelinegra siguiéndolo de cerca con un cierto desinterés hasta que por fin llegaron a lo que parecía ser un pequeño estudio.

~ Cuanto antes, mejor.

Le dijo él. Vaya que éste tipo era demasiado impaciente.

Kuchiki se sentó frente a su compañero e inició con el trabajo que ella misma había pospuesto desde hacía ya varios días.

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No habían pasado más de cuatro horas cuando la voz medio dormida de la chica clamaba por un largo descanso. ¡Por dios, no había probado bocado en todo el día!.

~ Ya no más, por favor.

~ Oh, por favor, ni siquiera hemos llegado a la mitad y en tres días debemos presentarlo.

~ Sí, pero mi casa está como a una hora de distancia de aquí, yo no vivo tan cerca de la escuela.

Ichigo parecía incrédulo ante lo que escuchaba por parte de la joven; pero ante el descubrimiento de la residencia actual de la chica, no pudo más que dejarse convencer y dar por terminada aquella... "sesión" con un gesto de desgano.

Rukia no perdió tiempo y voló hasta la puerta principal mientras gritaba suavemente que se verían después. Pero no pudo salir... Ichigo la jaló suavemente del brazo derecho impidiéndole la huida.

~ ¿Qué quieres?.

Le preguntó ella mientras alzaba una ceja con curiosidad.

Sin hacerle el más mínimo caso, el muchacho la llevó fuera del apartamento y hasta el estacionamiento del lugar mientras la jalaba de la mano.

~ Te llevaré a tu casa.

~ ¿Disculpa?.

Kurosaki no respondió la última interrogante de la chica, tan solo le indicó que subiera de nuevo al auto para llevarla hasta su hogar.

El camino era medianamente largo, por ello Rukia terminó rendida. Se durmió casi de inmediato tan solo después de indicarle al joven la dirección a la que tenían que llegar.

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Un suave roce con la mejilla de la joven la hizo sonreír ligeramente. Más sin embargo unos segundos después sintió cómo le desordenaban el cabello. Y al abrir los ojos, con sorpresa y un poco de pereza, no pudo más que ver el rostro del pelinaranja, incluido el característico ceño fruncido.

~ ¿Es aquí?.

Rukia observó el paisaje. Sí, definitivamente era su casa, o mejor dicho mansión, la que estaba frente al lugar donde se había estacionado.

Bajó lentamente, dirigiéndose a la entrada sin volver a mirar o hablarle al joven. De entre sus bolsillos sacó una tarjeta para acceder al inmueble, cuando entró y estuvo a punto de cerrar la puerta tras de sí, Ichigo la llamó haciéndola que se girara para saber qué era lo él quería. Pero solo obtuvo una extraña y ligera sonrisa por parte de él.

~ Qué descanses... enana.

Apenas terminó de decir esto, el pelinaranja subió al auto y lo encendió para regresar a su apartamento.

Después de mirar al automóvil alejarse, la pelinegra cerró la puerta con lentitud al tiempo en que un murmullo escapó de sus labios. . .

~ ¿Enana?.

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 . . . . Continuará .

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MUCHAS GRACIAS POR LEER ESTE FIC:

RukiaHawkeye
melchuu1234
Grecia Rukia
Maeda Ai

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Rukia va cambiando, sin darse cuenta, su comportamiento en cuanto a Ichigo se refiere.

No quiero cambiar la personalidad de ninguno de los dos, lo cual me resulta difícil considerando la base de la historia era con personajes totalmente distintos.

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NOTAS de la primera versión.

Mucho rollo pero el cual quiero desenvolver para ir creando una evolución en la relación de estos dos.

No algo sumamente espontáneo, eso siempre lo escribo.

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