Cap 14

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. Eso que siempre quise decirle .

De: Priss

Capítulo XIV: Sin su perdón. . . y sin ella.

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Quiso hablar con ella. . . tantas veces.

Pero siempre obtenía lo mismo: una evasiva, una mirada fría y llena de rencor o, peor aún, su silencio.

Ya habían pasado dos meses desde que engañó a Rukia, e Ichigo simplemente no parecía dispuesto a resignarse a haberla perdido, por estupidez, porque la calentura pudo más que su amor.

~ ¿Hasta cuándo vas a dejarla tranquila?. ¡ Ya, aléjate de ella. !

Fueron las palabras de Hinamori, quien se interponía entre su amiga y él.

No era la primera vez y realmente no podía reclamarle por entrometerse en estos asuntos. La misma Momo se había presentado en su apartamento para reclamarle la egoísta estupidez que había cometido.

"Y yo que la convencí para que aceptara tu propuesta de que viviesen juntos y a las pocas horas llega a mi casa sin dejar de llorar. Eres un maldito patán, Kurosaki."

Después de eso vinieron más insultos y, por increíble que parezca, palabras obscenas; acusaciones que el joven escuchó en silencio y con la cabeza bien abajo. No se sentía con derecho a reclamarle a la chica y de hecho no lo tenía.

Ahora, día tras día tenía que soportar la indiferencia de la pelinegra, el odio que sus lindos ojos violeta reflejaban para él y, por si todo esto fuera poco, el no tenerla cerca.

¡ Cómo extrañaba las largas horas de conversación !; siempre algo de qué hablar entre ellos. Era tan divertido estar a su lado.

Extrañaba sus besos, sus caricias, el simple hecho de tenerla entre sus brazos; hasta el maldito gato llenando de pelos todo su apartamento. Pero lo que más extrañaba. . . era hacerle el amor.

Y ahora tenía que conformarse con verla de lejos. . .

Pero no, ya no. . .

Haría cualquier cosa con tal de recuperarla. . . lo que fuera.

En su mente, desesperadas ideas y pensamientos iban y venían. Y de todos esos, tuvo que escoger el más equivocado. . . fue a buscarla a su casa; sabía que estaría sola, lo escuchó por accidente en una conversación entre ella y Momo.

Rukia no esperaba verlo al abrir la puerta.

Apenas cruzaron miradas y el pelinaranja entró como si de su casa se tratase, empujando a la chica hacia adentro y cerrando la puerta tras de sí.

~ ¿Qué crees que haces?, ¡ largo !.

Le gritó ella.

Pero lejos de hacerle caso, Kurosaki la tomó con brusquedad entre sus brazos, robándole cuantos besos quiso. Que distinto el sabor de los labios de su enana, tan agradable, tan dulce.

"Y cuando me corresponda. . . será mejor".

Pensó el joven, creyendo que obligándola la haría entender y que lo perdonaría finalmente... ¡cuán equivocado estaba!.

Sonora y tremenda bofetada pareció hacerlo entrar en razón, mientras los ojos de la pelinegra brillaban en furia viva.

~ ¿Cómo te atreves a besarme, a tocarme, a siquiera mirarme?, de-después de lo que... tú...

La chica estaba indignada.

¿Con qué derecho venía él a su casa, tratando de tomarla a la fuerza?. No lograba entenderlo y ahora lo despreciaba aún más.

Eso que siempre quise decirle. . .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora