Cap 9

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. Eso que siempre quise decirle .

De: Priss

Capítulo IX: ¡ Vaya, interesante mujer !.

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Una distraída jovencita caminaba por los casi solitarios pasillos del instituto. Su mente divagaba en los inesperados "incidentes" del otro día, precisamente el día de su "cita" con Ichigo Kurosaki.

Suspiró cansada mientras deslizaba la puerta del salón.

~ Cada vez llegas más temprano.

Kuchiki clavó los ojos en el hombre que le acababa de dirigir la palabra; arqueó una ceja y lo miró enfadada; ese tipo, incluso se había cambiado de lugar, ahora se sentaba justo detrás de ella. Desde entonces no había estado tranquila un solo segundo.

~ Tu también. -Le dijo ella.- ~ Aunque sea solo para molestarme.

De cualquier forma, Rukia se sentía cansada y no era para menos. Ese sinvergüenza la seguía casi a todos lados, al menos durante las horas de clase; lo peor era que en algunas ocasiones hasta era sorprendida con los inesperados besos que Ichigo le robaba. Tal como ahora, que al acercarse para acomodar sus cosas sobre el escritorio, su compañero le plantó un beso así nada más.

~ ¡ I-Ichigo ¡, aquí no... pueden vernos.

~ Si lo sabe dios, que lo sepa el mundo.

Ella lo miró en desacuerdo. ¿Saber qué?, si ellos no tenían ningún tipo de relación. Pero dada la situación, la joven no se sentía con el derecho de reclamarle algo, después de todo, no ponía la suficiente resistencia a las intenciones del muchacho.

Era como si muy en el fondo de su ser le gustara este pequeño juego que de pronto había surgido entre ellos, el juego de besarse a escondidas de otros, juego cuyas reglas incluía la completa inexistencia de reglas, pues ninguno de los dos hacía lo posible por dejar en claro qué tipo de relación tenían ahora.

¿Eran compañeros, amigos, cómplices, o quizás mucho más?.

Todo era tan confuso; hace un par de meses no podían verse a la cara por el mutuo desagrado, y ahora... después de unos minutos seguían besándose.

~ ¡ Ya basta !.

Y así, tan inesperadamente como iniciaron el contacto, este fue roto por la pelinegra.

~ ¡ No, aun no !.

Cosa que no duró mucho, pues el pelinaranja parecía bastante entretenido con esto. Ella solo cedió, abrazándose a él ya en un nuevo contacto entre sus bocas, intentando no hacer caso a la desesperante sensación de no saber realmente qué era lo que sentía.

A lo lejos comenzaron a escucharse voces y pasos, la chica se alejó bruscamente, sentándose frente a su escritorio sin mirar o dirigirle la palabra a un frustrado joven... por el resto del día.

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La ojivioleta caminaba presurosa por uno de los extensos patios de la escuela; pudo librarse de  Kurosaki durante las clases, pero no de la pesada mirada que este mantuvo sobre ella casi todo el día, le era bastante cansado ser observada durante tantas horas.

~ Ah, ese tipo está loco y además es un necio.

~ ¿En serio?, yo creí que la persistencia era una virtud.

Eso que siempre quise decirle. . .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora