Eso que siempre quise decirle. . .

Cap 11

. Eso que siempre quise decirle .

De: Priss

Capítulo XI: Hacer el amor con la enana.

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No paraba de besarla, actuaba como si nunca lo hubiese hecho, aunque ella se comportaba de forma similar.

No quería que sus labios se distanciaran de los de él; sentía como su corazón danzaba apresurado y feliz por estar con este hombre.

~ Ichigo !!...

Rukia prácticamente suspiró el nombre de su compañero.

Escucharla tan ansiosa, tan cariñosa, despertó algo en él, o mejor dicho, hizo que sus deseos por ella despertaran por completo.

No esperó más, la sujetó rápidamente para luego llevarla en brazos hasta su habitación. Ella, un poco sorprendida, se aferró al cuello del pelinaranja mientras disfrutaba el "recorrido" por el apartamento del joven, hasta que el pequeño paseo terminó en la habitación del muchacho.

Ichigo entró a la recamara, recostando suavemente sobre la cama a la pelinegra, quien aun con las manos sobre el cuello del chico, lo atrajo hacia ella para continuar con la exquisita caricia que mantenían sus labios.

~ Da, dame dos segundos !.

El pelinaranja ni siquiera dio tiempo a Rukia de contestar o protestar.

Se alejó apresurado a buscar sabrá dios qué en el piso.

~ ¡ Aha, aquí estabas !...

Kuchiki lo miró incrédula; Ichigo prácticamente jaló al gato para sacarlo de debajo de la cama y echarlo fuera de la habitación.

~ ¿Qué haces?.

~ ¡ No quiero público !.

El chico hablaba al tiempo en que cerraba la puerta bajo llave, luego giró la mirada a cierta chica sentada sobre "su" cama. La encontró sonrojada, seguramente por sus palabras.

Entonces se acercó, sentándose frente a ella con la intención de besarla nuevamente, pero con más pasión y deseo que antes.

La ojivioleta temblaba entre los atrevidos brazos del chico, más que nada porque no habían cruzado palabra sobre lo que iban a hacer.

"Porque lo vamos a hacer... ¿o no?".

Se preguntó a sí misma.

Rukia quería dejar en claro muchas cosas, pero no podía hacer emerger palabra alguna, simplemente su voz se negaba a expresar más de tres palabras.

~ I-Ichigo, yo. . . yo no. . .

~ Tranquila, me lo dirás después. ¿De acuerdo?.

¿Después?, ¿cuándo?, si él iba tan rápido.

Sus inquietas manos ya se habían aventurado a recorrerle la piel por debajo de la camisa, pudiendo sentir sus pechos cubiertos por la fina tela del sostén.

~ E-es que y-yo...

La mujer no pudo decir nada más; Ichigo la calló tiernamente con un beso, haciéndola recostarse suave y totalmente sobre la cama. Rukia no pudo evitar que sus mejillas se tornaran rojas con tan profundo y cálido beso. El muy atrevido había introducido la lengua en la boca de la chica.

Detestaba que hiciera eso pues era una forma muy efectiva de convencerla de algo, en este caso, de no detenerse y... acostarse con él.

Sentirlo de esa forma la hacía estremecer, y es que él había sido el único en besarla de esa manera.