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Lo hizo.

Ya estaba hecho y no había retorno.

Stiles le había vomitado sus sentimientos a Derek, arrojándolos prácticamente a sus pies, el agobiante silencio le acortaba la respiración al castaño y metió sus manos temblorosas en los bolcillos del pantalón.

La risa de Peter rompió el ambiente incómodo y Stiles quiso morirse también.

–Yo no puedo corresponderte –la voz seca de Derek le heló el corazón. –Vete a tu casa Stiles, necesitas descansar. –dio media vuelta, dispuesto a irse quién sabe a dónde, pero Stiles ya había llegado lejos al declararle sus sentimientos, ¿Qué más daba un poco más?

–No lo entiendes...Derek esto va más allá de lo que tú y yo entendemos...yo...

–¡Basta! –gritó el lobo. –En serio que no me interesa escuchar nada –la mirada fría dedicada hacía el castaño le heló aún más el corazón. –Vete ahora mismo a tu casa y no quiero escuchar nada más.

El alma se le cayó al suelo con cada paso que Derek daba alejándose de él. La mirada burlesca de Peter le aumentó las ganas de vomitar.

Lloró durante todo el camino y muy poco le importó que alguien se diera cuenta, pues quien le viera era sabedor de lo que había pasado con su padre.

Quiso correr para llegar lo más pronto posible a su casa y poder encerrarse en la habitación de John para llorar todo lo necesario, pero energías no tenia y ganas de desmayarse a medio camino le faltaban.

Entró a la casa sintiéndose más pequeño de lo normal, la garganta le escocía por los gritos que estaba guardando, ni si quiera lo pensó dos veces, caminó hacía la habitación de su padre y se dejó caer en la cama, el olor de John lo abrazó y estando ahí se dejó ir.

Lloró y gritó todo lo que pudo, desahogándose, desamarrando el nudo que se le había hecho en la garganta, soltándolo todo.

Ni si quiera notó cuando cayó dormido, rendido ante tantas emociones. Supo que era otro día por el sonido del despertador que estaba a lado de la cama y lloró de nuevo.

Había pasado una semana sin salir de casa o mejor dicho sin salir del cuarto de su padre, estaba sobrellevando el duelo a su manera, comiendo poquito y llorando mucho, aunque a mitad de la semana las razones por las que no salía de casa iban más por el rechazo de Derek que por la muerte de su padre.

Se sentía sin ganas, sin energía y con el corazón hecho pedazos, así que cuando su móvil sonó con un correo de Chris Argent avisándole de la nueva etapa de reclutamiento, no dudó en mandar una respuesta positiva.

Lo había hablado antes con su padre y el recuerdo de lo orgulloso que se veía al contarle sus planes le alegró un poquito el alma.

Dos semanas después estaba lejos de Beacon Hills, en un campo que esperaba le cambiara por completo. Había dejado todo listo, había mandado cartas a quienes fueron necesarias e incluso se había comunicado con Jordan Parrish, dejándole encargado el llevar las cosas que su padre tenía en la comisaria directamente a su casa.

No se despidió de nadie de la manda y le había rogado a Allison no decirle nada a Scott, si se lo decían, Scott se lo diría a cualquiera de los chicos y cualquiera de los chicos se lo diría a Derek y no necesitaba que el moreno supera algo sobre él, ya no más.

En contra de lo que él pensó el primer año se fue como agua, el nivel iba aumentando con el paso de los meses así que no dudó en quedarse un año más y al siguiente pasó lo mismo.

Stiles que siempre fue de aprendizaje rápido no tardó en sobresalir en todas las actividades, ganándose la admiración de los instructores. No sombró a nadie el que lo nombraran capitán de escuadrón.

–Te aseguro que John está orgulloso de ti.

–Supongo que sí –sonrío. –Gracias por esto Chris, prácticamente te debo mi vida, si tu correo no me hubiera llegado yo...no sé qué habría pasado conmigo...

–Pero llegó –le interrumpió Chris. –Y ahora estás aquí, siendo el orgullo de tu padre que dónde quiera que esté te aseguro que está feliz por el gran hijo y el excelente ser humano que formó.

Stiles abrazó al cazador, conteniendo las lágrimas, sintiéndose feliz. Caminó hacía su cabaña y se recostó en la cama esperando a que el hambre llegara a su cuerpo, le gustaba estar ahí, era un lugar tranquilo a pesar de todo y el ambiente le gustaba, se llevaba bien con sus compañeros y absolutamente nadie preguntaba por su pasado, quizá porque a ellos tampoco les apetecía hablar sobre el suyo.

Le parecía mentira que el tiempo le pasó casi volando, ya llevaba cuatro años lejos de Beacon Hills y la idea de regresar no le apetecía en lo absoluto.

MESES DESPUÉS

–¿Entonces qué dices? –el tono de voz de Chris era compresivo, como si fuera a aceptar cualquier respuesta que saliera de la boca de Stiles. –Sabes que no te pediría esto si no fuera una cuestión vital, necesito a alguien al mando de esa investigación. ¿Y quién mejor que tú que conoces a la perfección los bosques de Beacon?

El castaño meditó unos segundos, la garganta se le cerró con tan solo recordar los acontecimientos ocurridos hace más de 4 años, el corazón le palpitó con rapidez.

–Está bien, supongo que es la mejor opción. –salió de la oficina, no sin antes despedirse de Argent y de los demás cazadores que estaban presentes.

La misión era sencilla, debía ''acabar'' con unos cuantos hombres lobo que habían estado causando destrozos por todo el pueblo, no entendía muy bien porqué la manada de Hale no había hecho mucho al respecto, pero sí entendía que les superaban en cantidad así que no había más que mandar refuerzos.

Un escalofrío le recorrió la columna vertebral con el solo hecho de pensar que vería a Derek de nuevo y era como si el sentimiento que había guardado durante meses –ahora años– y que tontamente había confesado al lobo siguiera ahí, latente, como la primera vez. Se sintió como un vil tonto.

Tomando de nuevo las riendas de su vida y tratando de no pensar en Hale, comenzó a arreglar sus cosas porque al día siguiente partiría para Beacon Hills.

Llegar había sido prácticamente sencillo, por una nueva orden entre los cazadores, ahora tenían que andar 24/7 con pulseras o algo –en su caso un collar- que tuviera acónito para ocultar su olor, pues no estaba de más pensar en su seguridad.

Cuando entró a su casa, el dolor y los recuerdos de su padre lo inundaron por completo, sintió que las piernas le fallaban y por no perder la compostura frente a su escuadrón, camino hasta la habitación y se encerró un momento. 

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Holi de nuevo. Les traigo un nuevo Sterek que tenía desde hace unos meses refundido en mis documentos xd 

En este sí les puedo prometer que los capítulos saldrán semanalmente, so, nos leemos el domingo. 

Bsos 

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