Stiles y sus hombres llevaban vigilando la casa durante cuatro noches y habían llegado a contabilizar a veinticinco hombres lobo, de los cuales sólo cuatro parecían tener el control.
–¿Deberíamos pedir refuerzos? –uno de sus hombres había preguntado en medio de la comida.
–No, no creo que todos sean peligrosos, es no creo que los mayores hayan podido persuadirles para tanto, algo deben de estarles prometiendo o inclusive pueden estar amenazados.
–¿Y qué debemos hacer? ¿Esperar?
–No entrar en pánico, por ejemplo. Nos entrenaron para esto y para más, así que hagan un favor y quiten esa cara de miedo, no voy a dejar que ellos se salgan con las suya y mucho menos perder a uno de ustedes. –Stiles se levantó de la mesa sin terminar de comer. –Juntos llegamos y juntos nos vamos.
Stiles subió a la habitación de su padre, con la preocupación claramente marcada en su rostro. Había estado en constante comunicación con Scott y él le había prometido llegar pronto, diciéndole que le avisaría en cuanto estuviera cerca.
Debían ser cuidadosos, pues la manada no debía enterarse que ellos habían regresado, todo estaba calculado, así que cuando Scott le avisó que ya estaban por llegar al pueblo, él y sus hombres se movieron rápidamente para lograr que sus amigos llegaran salvos a casa de Scott.
Las caras nuevas no pasaron desapercibidas para Stiles, quien miró confundido a su amigo. Scott se acercó temeroso hacía su hermano y le apretujo contra él en un abrazo muy necesitado para ambos.
–Me alivia saber que en verdad estás bien. –Fue inevitable que la sonrisa del moreno no fuera contagiosa para Stiles. –Llegué a pensar que te habíamos perdido. ¿Dónde estuviste?
–Eso dejémoslo para después, ¿Quiénes son ellos?
–Son nuestra manada. –La voz de Lydia le sonó tan infantil que le fue imposible sonreír. –Hola extraño. –Susurró abrazándolo. –¿Cómo estás?
–Tenemos muchas cosas por hablar, sobrino. –La voz de Peter jamás le había causado algo más que miedo hasta ese momento, algo dentro de él se movió, causándole una extraña sensación. –Supongo que tendremos tiempo de sobra.
–Espero que no vuelvas a desaparecer...la próxima no vamos a sobrevivir. –Isaac se acercó para abrazarle pero Lydia parecía no querer despegarse de él.
Stiles les contó un poco de todo lo que pasó hasta llegar al hombre que ahora era, se sentía cohibido porque jamás había contado a alguien más que a Chris su 'historia' y ahora estaba ahí, con sus amigos, los lobos que aún no conocía y sus cazadores escuchando atentamente cada palabra que salía de su boca.
Sus hombres le miraron con orgullo y eso logró calmarle un poco los nervios.
–Debemos recuperar la mansión, a Derek le hubiese gustado que lo hiciéramos. –Scott habló con pena, sintiéndose pequeño ante la mirada indignada de su hermano.
–No hables como si él no estuviera vivo, ¿Quieres? –Habló el castaño claramente molesto. –Ni si quiera sabemos si está muerto.
–Stiles ya pasaron casi tres años, aunque quisiera pensar positivo...no sabemos qué es lo que pasó...
–Bueno, tal vez lo sabríamos si no hubieras huido como un puto cobarde. –Le interrumpió, escuchando gruñir a los lobos que no conocía, cosa que evidentemente ignoró. –¿Por qué le dejaron atrás? Después de todo lo que Derek hizo por ti, por ustedes...por nosotros, simplemente le dejaron...huyeron.
–No hables de cobardía cuando claramente tú también le dejaste... –La sala entera quedó en silenció después de las últimas silabas dichas por Scott, Stiles sentía que la sangre le hervía del coraje y comenzó a pensar en las posibilidades que tenía de salir vivo si intentaba atacar al moreno. –Hermano...lo siento no lo quise decir de esa forma...solo...
–Cuando realmente pienso que no la puedes cagar más, lo logras, bien hecho. –La voz irónica del castaño hizo reír a Peter. –No intentes echarme la culpa de esto, si hubieras puesto un poco de tu maldita y nula atención hubieras podido evitar que Derek se manchara las manos de sangre...en este momento me importa una mierda lo que me tengas que decir, así que espero que por una vez hagas las cosas bien.
–¡Las estoy haciendo bien! –Gritó el alfa.
–No parece Scott, no parece.
Stiles se levantó el sofá y comenzó a caminar a la salida, dónde sus hombres ya le estaban esperando.
–Atacaremos pasado mañana, espero que estés listo.
Al día siguiente Stiles intentó de todo, dormir, leer, hacer ejercicio, pero la ansiedad dentro de él no parecía disiparse. Tenía miedo y eso no lo negaría, el miedo le estaba recorriendo por todo su sistema, no sabía qué esperar.
La sola idea de encontrar a Derek muerto le helaba el alma, pero si de algo estaba seguro era de que Derek seguía con vida, de lo contrario el vínculo que los unía se lo hubiera avisado, hubiese sentido algo, una señal, algún indicio de dolor, pero no, ahí no había cambio alguno.
Tuvo que hacer uso de un remedio para poder conciliar el sueño por lo menos unas horas en lo que amanecía. Sintió que el sol le picaba en la cara y la ansiedad hizo mella en él de nuevo.
Nadie estaba seguro de qué es lo que pasaría, los cazadores se habían encargado de colocar trampas aturdidoras en lugares específicos y poco notorios, además que habían sido consientes con sus municiones y habían dejado armas y balas bien colocadas.
La casa parecía de lo más normal por enfrente, pero una de las tantas remodelaciones que aquellos lobos le habían hecho, era una especie de guarida en la parte de atrás y todos estaban conscientes de las posibles dificultades que tendrían para entrar.
Los primeros entrar fueron los cazadores, sigilosos y seguros de lo que querían lograr, la casa parecía solitaria pues todos los lobos estarían en la parte trasera, les hizo una seña a sus amigos para que entraran.
Estaban a punto de jugarse el todo por el todo, veinticinco hombres lobo, contando que cuatro de ellos eran alfa, contra diez cazadores, ocho hombres lobo -un alfa verdadero- y una banshee. ¿Qué podría esperarse?
Stiles avanzó con paso seguro, siguiendo sus instintos, caminó hasta llegar a lo que parecían ser los calabozos de la auténtica casa Hale, los vellos de la nuca se le erizaron y siguió caminando.
Una tenue luz amarilla iluminaba escasamente el lugar y lo que vio hizo que se le cayera el alma al suelo.
–No... –fue lo único que logró decir antes de que un certero golpe le hiciera caer en la inconciencia.
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Solo pasaba a decirles que con todo este rollo del CoVid19 debemos mantenernos serenos y sobre todo acatar esta bella cuarentena que al menos para mi está llena de tarea xd.
So, espero que estén muy tranquilos en sus casitas y que estén libres de pánico. Les envío muchos pensamientos positivos y sobre todo buenas vibras. <3
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QUÉDATE
Fanfiction-Yo no puedo corresponderte -la voz seca de Derek le heló el corazón. -Vete a tu casa Stiles, necesitas descansar. -dio media vuelta, dispuesto a irse quién sabe a dónde, pero Stiles ya había llegado lejos al declararle sus sentimientos, ¿Qué más da...