7

9K 501 20
                                    

Stiles despertó al sentir que el sol le picaba el rostro, intentó moverse hacia el otro lado y seguir durmiendo, pero la presencia de alguien más se lo impidió. Abrió los ojos sin reconocer en dónde estaba y el brazo de Derek lo ancló a la realidad, el moreno apretujó a Stiles, acercándolo a su cuerpo, quitándole el frío causado por el aire acondicionado.

Al castaño le fue imposible sonreír al sentir la calmada respiración de su alfa contra su nuca, el olor de Derek lo embriagó por completo, haciéndole sentir una calma que desde hace años no embargaba su cuerpo.

Derek sonrió, abrazándole más fuerte, apretujándole contra su cuerpo, aspirando su aroma lentamente, dejando que su lobo se retorciera de placer al tenerle por fin entre sus brazos.

Apenas y recordaba lo que había pasado en los días anteriores, cuando se retiraron de la casa Hale, Derek había tenido que llevarlo consigo hasta el departamento de Peter, pues el loft seguía inhabitable y quedarse en esa casa no parecía una opción, al menos no por el momento.

Derek había cuidado de él y de sus heridas, le había dado un baño e inclusive había cocinado para él. Stiles se sentía cohibido por estar en esa situación, las heridas causadas por el alfa apenas habían desaparecido el día anterior y Derek quien había estado en cautiverio parecía más repuesto y con más energías que él.

El moreno depositó un besito en el cuello de Stiles, causándole un estremecimiento placentero por toda la espalda, el castaño giró su cabeza, dejándole más espacio al lobo. Desde el día que llegaron al departamento de Peter, no habían tenido ningún acercamiento de ese tipo y si bien Derek lo había visto desnudo al ayudarle a tomar una ducha, sólo había sido eso, un vistazo de su desnudez.

Derek le ayudó a girarse, quedando cara a cara, el castaño le sonrió con ternura, después de pensarlo mucho, había concluido que seguir enojado por lo que había paso hace ya cuatro años era algo tonto, el haber creído que lo había perdido para siempre había hecho mella en él y la necesidad de estar con el lobo había crecido.

Derek le miró con evidente culpa, sin saber qué hacer ni qué esperar.

–Lo siento. –fue lo primero que salió de su boca y Stiles le miró confundido. –Sé que eche todo a la basura cuando no acepte lo que sentía por ti...siempre estuvo ahí, pero tuve miedo...

–Déjalo Derek...no pasa nada. –susurró el castaño interrumpiéndole.

–Stiles, claro que pasa y pasa todo. –el castaño sintió que un nudo comenzaba a cerrarle la garganta. –Tuve miedo porque las personas que se involucran conmigo terminan dañadas o...

–Te hacen daño... –volvió a interrumpirle, terminando la oración, los ojos tristes de Derek le miraron expectantes. –Lo sé Derek, viví en carne propia lo que una de tus locas novias hizo y sé que no debí echarte la culpa de la muerte de mi padre y luego expresarte mis sentimientos...fue una estupidez de mi parte yo...

–Tú me necesitabas y yo te dejé sólo. –los ojos verdes del alfa se inundaron de lágrimas y Stiles se sintió pequeño ante la imagen que Derek le estaba dando. –Yo debía estar contigo...debí protegerte y no lo hice, me acobardé...y luego Deaton fue a buscarme para decirme lo que yo ya sabía, lo que yo había tratado de ignorar por miedo...yo...no quería atarte a mí, al menos no lo quise en ese momento. –a Stiles le picaban las manos por abrazar al lobo, pegarlo contra su cuerpo y decirle que todo estaba bien, que ahora todo marcharía bien. –Tenías...tienes toda una vida por delante, yo no creí justo atarte a mi lado, mi situación no era la mejor en ese momento y creí que lo mejor era ignorar el sentimiento...

–Tranquilo... –le susurró el castaño.

–Después de que Deaton hablara conmigo fui a buscarte y...Dios...cuando no te encontré no sabes cómo me sentí, creí que algo te había pasado, ninguno de nosotros pudo obtener tu aroma para seguir tu rastro, no contestabas las llamadas yo...realmente sentí que te había perdido. –Derek sonrió con tristeza al recordar esos días. –Mi inestabilidad mental me llevó a matar a Jennifer, no lo voy a negar...lo disfruté, fue un poco gratificante saber que la culpable de la muerte de tu padre por fin se había ido.

QUÉDATEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora