IV

7 1 0
                                    

Dicen que "recordar es volver a vivir", y vaya que es cierto, al principio no recordaba mucho ese momento, pero hoy que escribo acerca de el no he podido mas que esbozar una sonrisa. 

Me encontraba parado afuera de aquella casa de cultura esperando a que Mar apareciera, se había tardado un buen rato -más del que habíamos acordado- pero no importaba, la esperanza de saber que por fin estaría sola y podría estar conmigo era lo que me hacía permanecer parado a pesar de la ansiedad que recorría mi cuerpo. Me encontraba viendo sin parpadear aquella esquina de donde sabía daría vuelta para encontrarse conmigo cuando la vi venir, venía con unos Jeans color azules algo desgastados, una blusa color verde sin mangas, su cabello quebradizo venía libre, sin ningún tipo de atadura y parecía que se movía al ritmo que ella lo hacía, pero lo que más me llamó la atención y que pude notar  en cuanto nos miramos fue su sonrisa, aquella hermosa sonrisa que tenía, en cuanto me vio me mostró todos y cada uno de los dientes en una sonrisa apabullante, no podía ocultar su felicidad de verme allí esperándola. 

Nunca lo pensé en aquel momento pero aquella sonrisa no hacía mas que demostrar lo mucho que ella también deseaba estar conmigo, deseaba quererme y amarme cuanto antes de la forma tan bonita y tan intensa que nos amamos, la verdad es que aquella vez por la forma en que nos miramos el uno al otro se podría decir que fue la primera vez que alguien me besó con los ojos, y no entendería hasta tiempo después la importancia de ese primer beso, porque cualquier puede besar y corresponder los labios de otra persona, las cosas físicas son pasajeras, pero un beso con los ojos -como el que nos dimos ella y yo aquella tarde- no tiene comparación, no se puede repetir si no están ambos en una armonía distinta a la de los demás, una que solo aquellos enamorados con historias que valen la pena contar conocen. 

Y entonces llegó el momento en que ella me dijo:

-Por fin terminé con el, estaba sacado de onda y quiso remediar la situación pero no lo dejé, vine inmediatamente contigo -esbozó una sonrisa al terminar dichas palabras-.

-Me da mucho gusto, ¿Quieres ir un rato al parque? -le dije sonriendo-.

Y entonces pasamos la tarde juntos, hablando de cosas "sin importancia" para otras personas pero que para nosotros lo eran todo, no porque fueran cosas importantes como las que los adultos discuten sino porque la persona que las escuchaba era la que les daba esa importancia, ese valor que no se puede palpar ni se puede medir aún con el medidor mas exacto del mundo.

La dejé en su casa y procedí a regresar a la mía pero en el camino no podía evitar sonreír como "estúpido", me hacía tan feliz estar a su lado pero lo que me causaba más felicidad era saber que por fin ella podía ser mía y yo podría ser suyo. 

Al día siguiente en la escuela Julio dijo:

-Terminé con Mar -claramente mentía- no era tan interesante como pensé.

Y allí fue cuando mi amistad con el se rompió: 

-Sabes que no fue así, ambos sabemos que ella terminó contigo.

Y justo en ese momento me arrepentí de lo que había dicho, porque no tuve tacto y simplemente dejé que las palabras de mi boca salieran hacia el, a sabiendas que eso lo iba a lastimar y le iba a dar indicio de que algo pasaba entre Mar y yo. Pero yo estaba enamorado de Mar y no iba a permitir que nadie -mucho menos aquel idiota- hablara mal de ella. A partir de ese momento y aunque Julio no me lo dijo supe que nuestra amistad había terminado, seguimos fingiendo todo el año que nada pasó pero ambos sabíamos que aquella amistad se había terminado desde el momento en que decidí dar un paso adelante y defenderte. Y empezó a odiarme e intento quitarme a quienes eran mis amigos en aquellos momentos, pero nada de eso importaba porque yo te tenía a ti, aún no como quería pero sin saberlo era de la forma que te necesitaba en aquellos momentos.

Recuerdo que a partir de ese momento -y hasta el fin de mis días en aquella escuela- te esperé cada día en la esquina siguiente a la parada de tu transporte, sin importar si hacía frío o calor, si llovía o no, si me sentía bien o mal a partir de ese momento día a día esperaba que tan solo 30 minutos después de que la campana tocara aparecerías con tu sonrisa tan llena de vida, tan llena de amor hacia mi. Aquello le dio a Julio más indicios de que algo pasaba entre nosotros pero no sería hasta meses después que ocurriría. 

Era mitad de Septiembre cuando después de algunos meses hablando supe que no quería esperar un segundo más para estar a tu lado de la forma que ambos sabía que deseábamos, así que reuniendo valor mientras platicábamos por chat te dije:

-Mar, hay algo que he querido decirte desde el momento en que te conocí pero no me he atrevido a hacerlo, pero hoy por fin lo haré: Te quiero, no como amigos que somos sino como algo más, quisiera que eso más se hiciera realidad así que ¿Quieres ser mi novia? 

Las manos me sudaban, mi corazón latía más y más rápido cada momento que pasaba sin recibir contestación de su parte, hasta que vi que empezó a escribir, tardo bastante tiempo y cuando por fin lo hizo mi mundo se vino abajo.

-NO.

GuipúzcoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora