IV

1.5K 282 95
                                    

Tres días. Han pasado dos días desde que fueron a la ciudad y San no se ha aparecido en la casa de Wooyoung. El menor siente temor, temor por el hecho de que a San le haya afectado que no le dijo gracias por el diario en un principio, o porque haya sido muy honesto con el.

Wooyoung sabe que algunas cosas son mejores guardárselas, pero el siempre necesita hablar y decir que es lo que pasa por su mente. El menor agarra una almohada y se tapa la cara.

En el primer día, no vio a San en su estudio, ni en su jardín, pero lo vio saliendo de su casa. Tenía puesto un jean negro pegado, una camisa blanca suelta metida dentro del jean, y su casaca de cuero colgando de su brazo derecho, mientras se metía a su carro y manejaba lejos. Wooyoung se sentó a esperarlo en el porche de su casa, hasta muy tarde, pero jamás regresó.

Al siguiente día, Wooyoung se sentó en una silla en su porche con una taza de té y un libro, escucho la puerta principal de la casa de San cerrarse, se levantó cerrando el libro y dejando la taza de té encima de la baranda del porche y caminó hacia la casa de San.

Cuando llegó al frente de la casa, vio la figura de dos personas dentro de la sala de San, y luego vio al mayor apareciendo con dos tazas de café y una sonrisa resplandeciente. Wooyoung sintió un nudo en la garganta y regresó a su casa con los ojos ardiendo.

Se echó en el piso de su cuarto, mirando al techo como si fuese la pintura más interesante. Se levantó para echarse en su cama y vio a San en su estudio, ¿Por qué San no venía a verlo? Esa pregunta siguió en la mente de Wooyoung lo que sobraba del día y durante toda la noche.

Al tercer día Wooyoung decidió que era suficiente, se levantó, se cepilló y se cambió. Bajó las escaleras corriendo, ignorando a su madre diciendo que el desayuno estaba listo. Caminó enérgico hasta la casa del mayor, subió las escaleras del porche y tocó la puerta tres veces.

Nada. Volvió a tocar la puerta después de unos tres minutos y esta vez pudo escuchar pasos acercándose. Wooyoung respiró profundamente alistándose para ver al mayor, pero cuando la puerta se abrió grande fue su sorpresa a al encontrar a un guapo chico con el torso descubierto.

—¿Si?—pregunta el chico, su voz grave y un poco intimidante. Wooyoung se quedó observándolo, tenia el cabello rojo, era alto y su torso estaba muy bien formado, pero ¿Que hacía un chico cubierto solo con una toalla en la casa de San?

—¿Se encuentra San?—pregunta Wooyoung.
El pelirrojo se da la vuelta para observar algo atrás de él, Wooyoung observa como asiente levemente con la cabeza antes de regresar su atención a él.

—Está ocupado, ¿algún mensaje?—dice el chico fingiendo indiferencia de manera notoria.

Wooyoung pasa saliva y baja la cabeza.

—Nada, solo dile que Wooyoung extraña sus canciones.— dijo Wooyoung, mientras que en su mente el decía "Y lo extraña a él."

Wooyoung vio pena en los ojos del pelirrojo, notó que estaba a punto de decir algo pero después se detuvo, le dio una sonrisa y asintió cerrando la puerta.

Ese mismo día Wooyoung decidió salir a caminar, dejando su celular y sus audífonos en su casa, solo quería estar solo con la naturaleza. El menor había salido a eso de las diez de la mañana, y el tiempo había pasado rápidamente, ahora que estaba regresando el cielo estaba oscuro.

Wooyoung pasó por una tienda que cerraba a las diez de la noche, y al ver la tienda cerrada comenzó a apresurar el paso pues le daba miedo estar solo a esas horas en la calle.

Llegó a su vecindario y las luces de la casa de San se encontraban completamente apagadas. El menor subió las escaleras del porche de su casa y sacó la llave de su bolsillo colocándola en la cerradura suavemente, cuando estaba a punto de darle vuelta la puerta se abre y un San con la frente sudada y respiración agitada se encuentra frente a él.

san's favorite song | woosan auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora