La primera vez que Wooyoung vio a San fue a través de su ventana. El chico mayor se encontraba sentado en el jardín de su casa con una libreta en las piernas. A Wooyoung le daba curiosidad saber que era lo que escribía, y sin querer se quedaba observándolo por horas.
Ese mismo día Wooyoung se dio cuenta que la ventana de su cuarto daba a la sala de estudios de la casa del chico, este se encontraba escribiendo incansablemente, como si un rayo de inspiración lo hubiese impactado. Wooyoung tuvo la necesidad de llamar su atención pero decidió no hacerlo, sería muy raro.
Al día siguiente Wooyoung volvió a encontrar a San en su jardín, esta vez con la libreta en su pecho y un brazo cubriéndole los ojos. Wooyoung enserio quería conocerlo, quería saber que era lo que escribía, y también quería un nuevo amigo.
Como San era nuevo en el vecindario tuvo que ir a presentarse con sus nuevos vecinos como sus padres le habían indicado antes de que se marcharan a otra ciudad. Wooyoung al ver que detrás de la puerta de entrada se encontraba el chico salió corriendo hacia su cuarto y se encerró.
No sabía por qué lo ponía tan nervioso tener a aquel chico que vio escribiendo en el jardín en su casa. La voz de su madre lo llamó para que bajase. Wooyoung jamás se había arreglado tanto para una visita, se perfumó y bajó las escaleras. El chico se encontraba sentado en la sala con la madre de Wooyoung, y lo primero que llamó la atención del menor fue la sonrisa del chico. Era simplemente hermosa.
—Wooyoung, el es San, es nuevo en el vecindario, a ver si se hacen amigos.—le dijo su madre.
Wooyoung vio como San lo observaba con esa sonrisa y sintió sus mejillas calentarse.
—Hola, Wooyoung.—lo saludó San levantándose de donde estaba sentado para estrechar la mano del menor.
Wooyoung murmuró un pequeño "hola" e intentó ocultar su emoción cuando tocó su mano.
—San es un compositor de canciones—le comentó su madre a Wooyoung.—Un rato, creo que mi pastel de zanahorias ya está listo, sigan hablando.
Los dejó a ambos chicos solos en la sala, se hizo silencio por un rato hasta que Wooyoung decidió hablar.
—¿Eso es lo que escribes siempre? ¿Canciones?—preguntó Wooyoung sin pensar.
San sonrió al ver la cara de realización del menor, había delatado que lo había estado observando. Wooyoung intentó salvar lo que dijo pero San no se lo permitió.
—Si sé que me miras, es lindo.
Wooyoung bajó la mirada avergonzado, y San simplemente soltó una pequeña risa mientras sacaba su libreta de la pequeña bolsa de lana que cargaba.
—¿Quieres que te lea alguna de mis canciones?—le preguntó San a Wooyoung mientras pasaba las páginas de su libreta.
Wooyoung levantó un poco la mirada ante la propuesta del mayor y se quedó observándolo como se había acostumbrado a hacer. San tenía el ceño fruncido mientras pasaba las páginas de su libreta, se notaba que leía sus canciones y las analizaba por un momento, a Wooyoung le gustaba.
—Si no es molestia.—responde Wooyoung jugando con el borde de su polera.
San levanta la mirada hacia Wooyoung y cierra su libreta de un golpe. El menor observa a San y después a la libreta. El mayor entonces mueve su cancionero de un lado al otro y lo abre abruptamente.
Coloca un dedo en la página, aún con la mirada puesta en Wooyoung quien mira expectante. San baja la mirada hacia su libreta y sonríe.
—Te ha tocado una muy buena.—comenta San y se aclara la garganta.
Wooyoung se sorprende cuando San comienza a cantar.
La voz de San entra en sus oídos de una manera tan impecable, lo hacía sentir en paz consigo mismo, y la letra de la canción era simplemente hermosa. San terminó de cantar y Wooyoung le aplaudió levemente.
—¿Crees que puedas venir todos los días a enseñarme tus canciones?
—¿Y que recibo a cambio?—pregunta San riéndose y cerrando la libreta, inclinándose hacia Wooyoung.
El menor sonríe al ver que San se siente igual de cómodo con su presencia.
—Mi amistad.—responde Wooyoung para después agarrar la muñeca de San.—Ven te enseño mi cuarto.
San desde entonces se aparecía en la casa de los Jung todos los días. Wooyoung iba corriendo a abrirle la puerta y lo jalaba por las escaleras hasta llegar a su cuarto. El menor se sentaba en el piso de su habitación mientras que el mayor se echaba en su cama.
San colocaba su libreta frente a él y le hacía a elegir a Wooyoung una página, el menor la elegía con su dedo índice y luego cerraba los ojos cuando San comenzaba a cantar. Wooyoung amaba decirle lo hermosas que eran sus letras y que su voz era como un mar en calma.
El mayor le lanzaba almohadas avergonzado cuando Wooyoung decía esas cosas. San intentó darle su libreta varias veces, para que se quedara leyendo sus canciones todo el día, pero el menor siempre se negaba.
—Si yo las leo, no se sentirá igual de mágico que cuando tu lo haces.
Wooyoung ahora sentía que tenía un propósito al despertar, esperar a San y pasar todo el día con el. Escuchar al mayor cantar y contarle cómo ideó cada una de esas canciones era la mejor parte de su día. ¿Cómo alguien con una mente tan hermosa como la de San llegó a su vida?
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san's favorite song | woosan au
Fanfica wooyoung le gusta su vecino, un compositor de canciones llamado san, que siempre va a su casa a cantar. el piensa que san jamás le va a devolver los sentimientos de la misma forma, hasta que se da cuenta que una canción que escribió, es para el.