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Sung Kyu suspira hondo y camina por el largo pasillo del hospital hasta llegar a la habitación donde está Woo Hyun. Toma la manija de la puerta y en seguida frunce el ceño cuando ve a sus dos amigos adentro, Dong Woo y Ho Won, encima de la cama donde descansa su esposo.

—¿Todavía están aquí? —reclama Sung Kyu, y ambos muchachos sueltan una carcajada.

—¡No te molestes! Woo Hyun es muy divertido. Nos ha estado contando algunas cosas graciosas de ti y...

—¡Dong Woo! —grita Nam, dándole un leve puñetazo en el brazo a Jang.

Sung Kyu se acerca más a ellos, tiene un gesto de disgusto en la cara y Woo Hyun puede jurar que ve salir humo de sus orejas.

—Largo. Mi esposo está convaleciente y necesita descansar —ordena Kim, y los dos chicos se levantan de la cama aún con las sonrisas en sus rostros.

—Hasta mañana, Woo Hyun —dice Dong Woo, y Sung Kyu lo quiere extinguir con la mirada antes de que tome del brazo a Ho Won para salir corriendo de la habitación.

—¿Qué no tienen nada que hacer esos dos? —inquiere el menor dándose la vuelta para acomodar las flores que ha comprado en la mesita a un lado de la cama.

—¿Te molesta que vengan a verme? —pregunta Woo Hyun, incorporándose un poco y tomándole de la mano para acercarle a él. Sung Kyu suspira largamente y se sienta al borde del colchón.

—No. Pero tienen que dejarte descansar. Tuviste una cirugía delicada y aún no te recuperas.

—Ya estoy bien, amor. Tú me salvaste la vida —dice, acariciando una de sus rosadas mejillas con un par de dedos.

—Sí, pero tú me salvaste a mí primero, además, también fui el causante de que te hirieran. Si no hubiera sido tan terco, esto nunca hubiera pasado.

—Ya no lo menciones.

—Woo Hyun, ¡todo esto es mi culpa!

—Sung Kyu, estoy bien. Estoy aquí contigo —dice con voz apacible para tranquilizarle, pero el muchacho no puede contener las lágrimas. Woo Hyun niega despacio con la cabeza y acuna el pálido rostro de su joven consorte entre sus manos—. No llores. No me gusta verte así —le dice, y el chico aprieta los labios.

Entonces Sung Kyu posa su mirada en la de su esposo y éste le seca las lágrimas con sus pulgares. Woo Hyun dibuja una minúscula sonrisa en su rostro y Sung Kyu quiere hacer lo mismo, pero, antes de que piense en ello, su marido acerca su boca a la suya, atrapándola en un tierno beso.

El más joven suspira sobre el contacto y Woo Hyun desliza una de sus manos hasta su cintura mientras que con la otra sostiene su nuca. Kim enreda ambos brazos alrededor del cuello de Woo Hyun, y luego entreabre los labios, para rozar con timidez su lengua con la de su esposo.

Sung Kyu siente una peculiar corriente eléctrica viajar a lo largo de su columna, y por un momento olvida el lugar en el que se encuentran debido a los pasionales besos que el mayor le regala; sin embargo, un leve carraspeo hace que Sung Kyu se separe de golpe mientras siente sus mejillas arder.

—Buenas tardes —dice el médico una vez que ha entrado. Sung Kyu se yergue y enseguida hace una pronunciada reverencia a la vez que responde el saludo—. ¿Cómo se siente hoy, señor Nam?

—Muy bien, doctor.

El médico se acerca un poco más a la cama y hojea un par de papeles.

—Me alegra informarle que en uno o dos días lo daré de alta y podrá irse a casa con su lindo esposo —menciona levantando la vista hacia Sung Kyu, el joven lo mira mientras se sonroja aún más y le sonríe con simpatía—. Cuídelo mucho, señor Kim. Y recuerde: nada de actividad física por un mes.

Can't Get Over You | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora