VI

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En la universidad, Sung Kyu no puede evitar pensar en Woo Hyun y en lo bien que le trata a cada momento, sobre todo después de lo que sucedió la noche que le abofeteó.

En diferentes ocasiones se ha imaginado cómo su marido se ha dedicado a indagar sobre sus gustos; sobre lo que quiere y le interesa. Nunca pensó que alguien fuera a tratarlo de esa manera tan entregada, aunque al principio le pareció excesivo, incluso algo 'enfermizo'. Aún y con todo lo que Nam Woo Hyun le ofrece, Sung Kyu no puede aceptar que el hombre lo ama. El muchacho no es capaz de reconocer que Woo Hyun quiere hacerlo feliz; no cuando piensa en la manera tan deshonesta que ha empleado para casarse con él, pero de cierto modo, desea entenderlo, y quiere ponerse en su lugar cuando analiza lo mucho que ha sufrido también. Sung Kyu piensa en la razón del actuar de su esposo, y en ese imperioso impulso que lo ha empujado a quererlo a toda costa a su lado.

Pero Kim no puede; no quiere enamorarse de Woo Hyun. No desea corresponder a los cuidados que le da. No quiere sentirse débil ni mostrar que de una extraña forma se ha acostumbrado a él. Él sólo está con Nam para ayudar a su familia; para proteger a su padre y para salvar a sus empleados.

No obstante, Woo Hyun lo ama, se lo demuestra con cada gesto, con cada acción, con cada palabra. O al menos eso es lo que le ratifica Myung Soo cada vez que abordaban el tema y, en cada ocasión, su primo le pide que lo piense. El azabache trata de abrirle los ojos, pero, Sung Kyu se niega rotundamente.

"¿A que le tienes miedo?"

Le preguntó su primo la última vez que hablaron y no supo qué responder.

¿A qué le teme? ¿O es verdad que el mayor no le atrae en lo más mínimo? ¿No es su tipo? Lo ha pensado, aunque no puede negar que las mujeres no le gustan para nada; nunca le atrajeron. Por otro lado, piensa que Woo Hyun es muy apuesto, eso lo notó desde la primera vez que lo vio.

Y mientras camina por el centro comercial en compañía de sus amigos ese sábado por la tarde, Sung Kyu no deja de pensar en Nam Woo Hyun. En lo que estará haciendo en esos momentos, y en que nunca ha tenido la gentileza de preguntarle cómo le ha ido durante el día, tan sólo por demostrar su educación.

Woo Hyun le da todo. No hay capricho que no le cumpla. No hay algo que Kim desee porque, prácticamente, su esposo lo conoce mejor que él mismo, sin embargo, Sung Kyu no está seguro si tiene que sentirse mal por eso, porque, desde un principio, le dejó muy claro que jamás se enamoraría de él.

Así que, al final del paseo, se ha arrepentido de entrar a una joyería donde ha pasado varios minutos frente al aparador observando relojes. No tiene por qué ser amable, después de todo, Nam Woo Hyun le ha obligado a casarse con él, y aquello es algo que no dudará en reprocharle siempre.

—Aún me siento mal por lo que pasó la otra noche, y aunque, me permitiste dormir en la misma habitación otra vez, no puedo dejar de pensar en lo mal que me porté contigo —declara Woo Hyun, un tanto serio y apenado. Sung Kyu y él se han reunido en el comedor para cenar—. Sé que te encantan los parques de atracciones. Me gustaría mucho llevarte a uno mañana.

Woo Hyun mira a su pequeño consorte con devoción y espera una respuesta afirmativa de su parte. Sung Kyu se siente estremecer por la penetrante mirada de su pareja, pero no duda en asentir y dedicarle una casi imperceptible sonrisa. Tampoco se va a decir a sí mismo que no le agrada la idea, y eso es suficiente para que Woo Hyun sea feliz en ese momento.

La mañana siguiente se levantan temprano, y Woo Hyun lleva al muchacho a desayunar a un parque público. Prepara arroz, ensaladas y una variedad de carnes que sabe, le fascinan a su joven esposo. El chico se queda admirado, pues no tenía idea de que su marido es un buen cocinero.

Pasan un par de horas sentados en el césped, bajo la sombra de grandes árboles y admirando las nubes; es un hermoso día soleado. Nam se ha encargado de que esa simple salida se convierta en una cita; aunque sabe que para Sung Kyu no significa nada.

Suben de nuevo al auto y Woo Hyun se apresura a llevarlo a la feria. Compra entradas para casi todos los juegos, aunque su joven marido le ha aclarado que lo que más le gusta es mirar a las personas gritar mientras se divierten en los juegos mecánicos. Aun así, Nam le anima a subir al carrusel y le hace compañía, entreteniéndose los pocos minutos que dura la atracción observando a su esposo; viendo su rostro con detalle, mirando las hermosas líneas en las que se convierten sus ojos cuando ríe. Para Woo Hyun, Sung Kyu era la persona más valiosa y bella que existe.

La noche cae y, al final del recorrido, el chico le ha sugerido al mayor subir juntos a la rueda de la fortuna. Y así, ese fantástico día culmina como Woo Hyun lo ha soñado: con Sung Kyu sentado a su lado mientras el brillo de la luna llena se refleja en sus pequeños y preciosos ojos.

Ha sido una 'cita' perfecta.

—Te amo —susurra al oído de Sung Kyu mientras ambos se acomodan en la cama para dormir. El muchacho suspira profundo y entreabre los labios, no obstante, una vez más, Woo Hyun se siente decepcionado cuando escucha su respuesta:

—Buenas noches.

Han pasado varios meses, y Sung Kyu sigue sin pronunciar alguna palabra de afecto.

Woo Hyun sabe que no le dirá aún que también lo ama, pero tiene la esperanza de que muy pronto los sentimientos de su joven esposo cambien. Nam desea infinitamente que le deje entrar en su corazón; que se dé cuenta que es su vida entera.

Pero nada ha sucedido todavía; nada ha cambiado desde el primer día que Kim llegó a esa casa. No importa cuánto se esfuerce el mayor, ni todas las demostraciones de amor que le brinde, simplemente Sung Kyu no le deja traspasar su barrera. Woo Hyun no sabe cómo romper la gran pared invisible que los separa.

¿Qué tiene que hacer para que el muchacho le quiera? ¿Cómo lo tiene que tratar para que lo acepte? ¿Qué más le puede dar para que su esposo sea feliz a su lado?

Woo Hyun está frustrado. Seis meses han pasado y no puede obtener más de Sung Kyu.

Por un momento llegó a pensar que ni siquiera le agradaba su cercanía, aunque de ser así, le hubiera pedido desde el inicio que durmiera en otra habitación. Pero ya no sabe qué más hacer, ya no puede pensar en otra cosa, ya ha agotado todas sus ideas, todas sus palabras. Es seguro que ni un poco de cariño siente por él.

Y es por eso que Woo Hyun comienza a cansarse. El tanto insistir y ser rechazado está acabando con sus esperanzas. Nam empieza a sentir que todo es en vano; porque, sin importar lo que haga, Sung Kyu jamás será capaz de sentir amor por él.

Can't Get Over You | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora