VII

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Sin esperarlo siquiera, Sung Kyu empieza a notar un gran cambio en Woo Hyun. El mayor se muestra más serio; más distante, incluso algo triste. En el fondo, Kim sabe muy bien la razón y aun así no le quiere tomar importancia. Nam ya no le pregunta cómo le va en la escuela, lo que ha hecho durante la tarde, o si necesita alguna cosa, y el joven tampoco se molesta en contarle, pero se ha acostumbrado tanto a las atenciones de su esposo, que su frío carácter empieza a incomodarle.

Sung Kyu pasa las tardes en la casa, esperando un poco de atención del mayor, pero Woo Hyun prefiere ir a su despacho a trabajar en lugar de hacerlo en la habitación que comparten. Por las mañanas, el hombre ya no le acompaña a desayunar y, días después, ya ni siquiera llega a la casa para cenar.

El menor se pregunta si todo se debe a su indiferencia, a su frialdad y a veces reprochable comportamiento; o al simple hecho de que no es capaz de sentir amor por él. Y lo deja pasar. Incluso no dice nada cuando Woo Hyun ha decidido ya no dormir en la misma habitación, sólo vio a la mucama tomar la ropa de su marido para cambiarla de cuarto una tarde que llegó de la universidad, sin embargo, tampoco le interesó preguntar dónde dormiría.

Y cree que eso es lo mejor, tomando en cuenta que sólo está casado con él por compromiso. Piensa que no tiene por qué importarle que su esposo haya decidido ya no prestarle atención; aunque ya no le hable cada vez que se cruzan, aunque Woo Hyun evite a toda costa posar los ojos sobre los suyos. Hasta cree que se ha cargado de trabajo a propósito para ya no tener nada de tiempo libre.

Sung Kyu suspira profundo y se detiene un par de segundos, bajo el umbral de la puerta de su habitación, cuando observa a su marido salir de uno de los cuartos de huéspedes, ese viernes por la tarde. No le ha preguntado a la mucama a qué recámara se ha ido su esposo, pero ese día lo ha descubierto al final del largo pasillo del segundo piso.

Nam lleva ropa informal, y el muchacho frunce el entrecejo cuando piensa que no se dirige a la oficina. Woo Hyun baja las escaleras y Sung Kyu le sigue de cerca, curioso de a dónde puede ir vestido así y sin decirle nada, pero Sung Kyu no quiere aceptar que eso le molesta.

Escuchó la noche anterior que los sirvientes tendrían el día libre y sin su esposo en la casa, el chico está completamente solo hasta que Woo Hyun regrese.

Suspira largamente y termina de bajar los escalones para ir a la cocina y sacar una botella de agua de la nevera.

Por un par de horas se mantiene en el salón de juegos entretenido con una de las consolas y, cuando su estómago hace ruidos extraños, toma su teléfono y ordena una pizza, siendo la primera vez que hace eso, pues Woo Hyun cada viernes le llevaba a cenar a su restaurante favorito.

Entonces piensa en su esposo otra vez, y en lo que probablemente esté haciendo en ese momento. Sung Kyu piensa que ha ido a divertirse solo, o que tal vez a invitado a alguno de sus amigos. Luego analiza que su esposo es un hombre en verdad apuesto e imagina un montón de mujeres y hombres a su alrededor, pidiéndole su número telefónico. Y Sung Kyu empieza a frustrarse ante esa posibilidad, deseando tomar su móvil para llamarle y decirle que regrese, pero, ¿con qué excusa?

Kim bufa y entiende que todo eso es su culpa, y que, a pesar de que Woo Hyun es su legítimo esposo, nada le da el derecho de exigirle algo que nunca quiso darle. El muchacho desiste al final, con un extraño sentimiento en el pecho que no es capaz de identificar, de pronto, el timbre que resuena en todo el interior de la casa le hace volver de sus ensoñaciones.

Sin el ama de llaves, Sung Kyu tiene que atender y, cuando se levanta del cómodo sillón para ir a la entrada pensando que se trata del repartidor, enarca una ceja con desconcierto al abrir la puerta y descubrir que no es él, sino el mejor amigo de Woo Hyun: Sung Yeol.

—Hola.

—Woo Hyun no está. —responde con apresuramiento al notar la enorme sonrisa del joven y cómo se recarga en el marco de la puerta.

—Lo sé —confiesa, desenfadado. Sung Kyu levanta ambas cejas y el otro no duda en caminar hacia el interior de la vivienda, mirando al muchacho de reojo—. Hablamos hace un rato y me dijo que tardaría en regresar.

—Entonces no debiste molestarte en venir hasta acá para verlo —menciona Sung Kyu, con un tono suave, pero sin dejar de lado la recriminación—. Pero si quieres esperarlo, puedes...

—No vine a verlo a él —le interrumpe, acercándosele un poco más. Kim entrecierra los ojos y retrocede un paso.

—Sung Kyu, ¿eres feliz con Woo Hyun? —inquiere de pronto, y el muchacho no puede evitar sorprenderse por la inesperada pregunta.

—¿Disculpa? —cuestiona, con voz rasposa. Sung Yeol sonríe de lado y avanza un poco más hacia Sung Kyu, pero éste vuelve a retroceder.

—Por favor, puedes ser sincero conmigo. Además, a leguas se te nota que no lo amas.

Y Kim se pone nervioso ante tal aseveramiento.

—Sung Yeol, eso es algo que no te importa —responde, tajante.

Enseguida, Lee lo sujeta de ambos brazos y el muchacho da un respingo por el inesperado movimiento. El hombre lo aprieta con algo de fuerza y Sung Kyu siente su corazón acelerarse por la incomodidad.

—Sung Kyu, me gustas mucho —confiesa, con la mirada clavada en la del menor.

Kim entreabre los labios y una molestia en la boca de su estómago comienza a aquejarle.

—Suéltame —ordena, tratando de liberarse del agarre, pero Sung Yeol es más fuerte y ni siquiera afloja un poco la sujeción.

—Tú y yo podríamos intentar algo. Woo Hyun no tiene por qué saberlo —menciona con descaro. Sung Kyu hace una mueca de desagrado y, su corazón acelera aún más sus latidos, al mirar con temor cómo Sung Yeol acerca su rostro al suyo para intentar besarlo.

Inesperadamente, ambos se sobresaltan cuando escuchan la puerta principal azotarse.

Sung Yeol rueda los ojos y no tiene más remedio que dejar ir a Sung Kyu, quien se mantiene en el mismo lugar donde está parado, observando con los ojos bien abiertos a su esposo. Aprieta las manos con ansiedad a cada lado de su cuerpo y espera que aquella escena no sea motivo de discusión entre ellos, pero sabe que nada bueno le espera al notar el enojo y la decepción en el apuesto rostro de Woo Hyun.

Can't Get Over You | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora