Cosas de madres

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Caminaba con su madre en dirección al colegio. volteó y sintió un delicioso aroma, acompañado de una frescura que evocaba vacaciones en la playa, un olor a hermanas mayores y tardes de piscina. Jaló la mano de su madre para llevarla a la fuente del aroma, pero la insensible mujer la arrastró lejos de allí.

-- Vamos, llegaremos tarde, no hay tiempo.

-- ¡Pero mamá!

-- No, mañana te compro uno. Hoy no tenemos tiempo.

La pequeña hizo pucheros pero aceptó el mandato materno, jurándose que "mañana" le recordaría a su madre lo prometido. Y siguió caminando, dejando atrás el olor a recuerdos de tardes de familia, cada uno con un helado como los que se veían en la heladería.







¡Una heladería! ¡Peligro! ¡Alerta de caries! ¡Gastadero de plata!

Pasaré sin que la vea. Vamos, aprisa... ¡ay, no! Ya la ha visto, sólo camina más rápido.

-- Vamos, llegaremos tarde, no hay tiempo - digo.

-- ¡Pero mamá!

-- No, mañana te compro uno, hoy no tenemos tiempo.

Uf, se lo tragó, ahora, vamos, hay que alejarse de aquí.

Ese aroma... me trae desagradables recuerdos del sol quemando mi piel... tardes con insoportables amigas de mi hija... de trajes ajustados y reuniones de trabajo... 

Que bien, ya pasó, espero que mañana no me pida un helado, me hará terminarlo a mí y cómo detesto ese sabor a diabetes...

De Todo Y De NadaWhere stories live. Discover now