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 En otras circunstancias quizá me habría negado, pero él tenía algo que me hacía sentir segura, cogí el móvil, guarde la caja y la nota en un cajón de la mesita de noche y lo encendí. Solo tenia tres contactos el suyo estaba agregado simplemente como Isaac y tenia una foto suya, nunca lo había visto sin el uniforme del hospital y sin la bata, parecía aun mas joven, sonreí, sus oscuros ojos contrastaban con su piel poco bronceada y su cabello castaño, no sonreía, pero se veía muy atractivo.

<<Hola>>

<<Luna, ¿Cómo te sientes? ¿necesitas algo?>>

<<no, estoy bien, todos son muy amables, me mostraron fotos y me contaron muchas cosas, pero todo parece tan lejano>>

<<Tómalo con calma, es tu primer día, va a llevar su tiempo >>

<<no puedo dormir>>

<< ¿Te puedo marcar?>>

<<Si>>

El teléfono sonó y conteste -hola-

- ¿porque no puedes dormir? -

-no lo sé-

-te cantare una canción que encontré en internet- no pude evitar reírme, en serio? Eso me mantendría aún más despierta, el hablar con él me mantenía más despierta -ríete, pero estoy seguro de que te gustara-

-esta bien, perdón-

-Spi mladyenes, moi prekransky, bayushky va yu...- canto con su dulce y suave voz, poco a poco fui sintiendo mis ojos mas pesados y su voz mas lejana, de pronto su voz se volvió completamente diferente, mas áspera, mas dura, mas familiar <<mi abuela la cantaba para mi>> escuche al final de la canción pero ya era muy tarde para razonarlo estaba entrando en el reino de los sueños -descansa-

Desperté al día siguiente con el teléfono en la mano y el cuello dolorido, eran las seis de la mañana y según me habían informado ya había perdido un semestre de la universidad, no podía darme el lujo de perder más tiempo. Me levanté y fui arrastrando los pies al baño, tome una ducha caliente y después baje a desayunar, mi hermana estaba allí y mi madre, levantaron la vista al mismo tiempo

- creí que seguirías durmiendo - dijo mi madre

- hoy hay clases – dije mientras me sentaba

- sí, pero creí que te tomarías tu tiempo, ya sabes no hay prisa-

- Si que la hay, ya perdí un semestre – no quería ser grosera pero no me la pasaría encerrada el resto de mi vida lamentando no recordar nada

- pero aún no logras recordar- puntualizo mi hermana me la quede mirando

- puede que no, puede que jamás recuerde nada, pero estoy decidida a seguir-

- bien, te llevaremos hoy ¿de acuerdo? - asentí

Una vez en la universidad subí las escaleras, tenia que reportarme con la secretaria del director, al parecer querían tanto como yo recuperar el tiempo perdido, tomaría clases corridas desde las siete hasta las cuatro con solo un descanso de 30 minutos para comer, además de tomar clases en las vacaciones,<< genial >> pensé, pero eso era mejor que quedarme atrás.

<< ¿que ya vas a clase? >>

<< ¿te lo dijo mi madre? >>

<< soy tu médico, obviamente me lo dijo ¿estas segura? >>

<<muy segura>>

<<¿y ya recuerdas algo?>>

<<no>>

<<¿ya leíste tu diario?>>

<<¿Tengo un diario?>>

<<no se, las chicas suelen tener un diario>>

<<eso sonó tan sexista>>

<< no era mi intención >>

<<lo se, pero tienes razón, debo tener uno y si lo encuentro... >>

<<podrías recordar>>

<<si lo encuentro serás el primero en saberlo, ya debo ir a clase>>

<<mucha suerte>>

<<Gracias, suerte en el trabajo>>

<<hey! Soy médico, esto no es mi trabajo, es mi vida >>

Me saco una sonrisa, <<pronto será también así mi vida>> pensé, estaba tan concentrada que no note su presencia

-hey, quien te hace sonreír así- me dijo mientras encendía un cigarrillo, el aroma me desagrado al instante, el olía no solo a cigarro también a alcohol y hierva quemada, tenia una bonita nariz y un cabello chino esponjoso que me gusto, alto y delgado, era muy atractivo, pero por alguna razón su presencia me molestaba

- ¿y tú quién eres? - dije con la voz más dura que pude

-entonces es cierto lo que dicen no recuerdas nada-

- ¿y eso a ti que te importa?- me dispuse a cambiar de asiento pero me tomo el brazo -No me toques-

- tranquila, solo que creí que no olvidarías a tu novio - ¿mi novio? ¿Él era mi novio? de repente su nombre llego como un susurro <<Manuel>> y el recuerdo llego como si fuera un golpe, primero vi como tomaba todas sus fotos de mi habitación mientras lloraba y las rompía, después me encare a él, le grite con tanta rabia que creí que lo agarraría a golpes, quería saber porque me había engañado con ella (aunque no sabía quién era ella), la rabia volvió a hervir dentro de mi

- jodido mentiroso- lo abofetee – tu y yo no somos nada, no te me acerques o no respondo-

- yo creí...- le dio otra calada al cigarro mientras bajaba la mirada y su sonrisa se desvanecía, negó con la cabeza sin que yo supiera muy bien porque 

- creíste que, si te acercabas lo suficiente antes de que pudiera recordar, tendrías redención, pero te equivocaste, desde que te vi te quería lejos de mi y ahora que recuerdo que me engañaste mucho más-

- ¿interrumpimos algo? – tres chicas entraron y nos miraron primero a el y luego a mi – tú que haces aquí con ella, no creas que dejaremos que te aproveches de la... situación-

- ella puede defenderse sola- dijo mientras apagaba el cigarrillo – siempre ha podido – se fue, no sin antes dedicarles una mirada de odio

- ¿estás bien? – se veían realmente preocupadas, recordé risas, pijamadas, mucho tiempo juntas, pero nada esencialmente importante. Todo era agradable pero superficial, no compartí secretos no llore en sus hombros, ellas lo hicieron, pero yo no.

- por supuesto, se necesita mas que un simple idiota para arruinarme un largo día de estudio-

-graciosa, después de que acabes podríamos ir por un café, ya sabes ponerte al día con un delicioso frappé-

-claro- las clases terminaron y yo me encamine a la cafetería, me senté y ordené un frappé, llegue antes que ellas al parecer la puntualidad no era su fuerte

-Perdona- se disculparon – se nos hizo tarde... como siempre- rieron al parecer era algo habitual en ellas

Charlamos y en algunas ocasiones reímos, se pusieron sensibles al recordar el día que se enteraron de mi desaparición, pero no recordé cosas cruciales, me agradaban incluso con el paso del tiempo las querría,me despedí y camine a casa ya había oscurecido, las farolas iluminaban la calle,parecía mágico, guiada por la familiaridad recorrí varias calles entre mas avanzaba mas me alejaba del camino a casa, pero más cerca me sentía de mi hogar. 

PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora