Capitulo N° 1

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*... ESCAPANDO ...*


               Miré por la ventana de la limosina de mi padre, colocando mis manos sobre las piernas. Las pequeñas gotas de agua mojaban superficialmente el auto junto con todo el lugar. Saqué el celular del bolso al recibir un mensaje de mi tía.

Tía:

Hola mi muñeca...

Espero que estés bien y no te hayas arrepentido del favor que te he pedido. Bueno, que tengas suerte... besos

Sonreí, ella siempre era de pocas palabras.

*Señorita ya hemos llegado – mencionó el chófer.

Solté un suspiro, posiblemente pasar el tiempo aquí sería algo bueno o todo lo contrario a como me convenció mamá. Bajé del auto abriendo el paraguas, luego cerré la puerta. Di unos pasos hasta subir los 3 escalones para golpear la puerta.

Nadie contestó así que entre viendo para los lados; pues aunque sea una falta de respeto, no me quedaría afuera y agarrar un resfriado. Me limpié los zapatos, después coloqué el paraguas en donde habían muchos más. Silbé al ver tal casa, era demasiado grande para nada más vivir 3 personas... o eso creo.

*¡Oh! Ya has llegado – una mujer adulta empezó abajar por unas escaleras; que llevaban seguramente para las habitaciones – tú debes ser Rosio – sonrió y me sujetó confiadamente de las manos – yo soy Verónica.

Pasó el tiempo, siendo nada más ella y yo. Nos llevábamos bien; se podría decir. Mi padre y mi supuesto hermanastro–según– iban a llegar el mismo día que yo, pero eso no pasó.

Me encontraba en mi habitación sentada en el mueble cerca de la ventana panorámica; mirando por esta con un libro en las manos. Solté un suspiro, notando que ya habían pasado una semana y media desde mi llegada.

*Mi padre nunca llegó – me alcé dejando el objeto aún lado.

Eran las 02:30 pm

Fui al baño a darme una ducha, hacia una calor insoportable. Al estar allí, entré sintiendo como el líquido recorría y refrescaba mi cuerpo; con calma pasaba mis manos por mis extremidades.

40 minutos después, bajaba las escaleras con una mini-falda de vuelo color negra y cuadros rojos, un top con mangas chinas del mismo color he igual decoración y unas sandalias negras de poco tacón.

Mi cabello lo dejé en una coleta alta, un par de aretes, collar y un anillo color plateados resaltaban el bronceado de mi piel.

Agarré las llaves que estaban en la mesa, caminé hasta abrir la puerta y salí de la casa. Luego, subí en el auto deportivo para irme a relajar a algún lugar, sin darme cuenta que mi madrastra me observaba con malicia.

13 horas después, regresé a casa pagándole al chófer; el cual me miró extrañado. Lo ignoré cerrando la puerta mientras me quitaba las sandalias para no caerme; el alcohol estaba extendido por todo mi cuerpo. Empujé la puerta de la casa, al entrar la cerré tras de mí apoyando mi cabeza en esta. Cuando abrí los párpados encontré a 9 personas en el lugar. No espera, creo que eran 3 y entre ellas reconocí a una persona. Mi madre.

Me acerqué, arrojándome a sus brazos.

*Mamá ¿Qué haces aquí? – balbuceé con una sonrisa en los labios.

*Yo no soy tu mamá – respondió con voz ronca mientras fruncía el ceño con una sonrisa en el rostro.

*Ah, me estas negando – indignada parpadeé; aferrándome más a esa persona, inconsciente de que arrastraba las palabras.

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⏰ Last updated: Sep 16, 2024 ⏰

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