04

1.2K 100 7
                                    

—¿Satisfecho ya haz de estar? Haz matado al más digno de tus hijos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Satisfecho ya haz de estar? Haz matado al más digno de tus hijos

—¡Una tarea! Tenía solo una tarea que sus necios oídos decidieron ignorar

—¡Basta ya! ¿Dejarás que Hades se lleve su alma?

—¿Acaso no fuiste tú quien lo recibiría gustoso? Anda, ve por él, que su alma no tarda en llegar

—¿Qué dice ella de todo esto?

—Está demasiado ocupada en sus divinidades para darse cuenta de los asuntos de los mortales

—Ella lo sabrá, sabrá que su gran Ares quiere separar al más perfecto de sus hijos del amor que te niegas aceptar.

+

La felicidad de los jóvenes amantes fue pasajera como el cambio de estación.

La guerra llegó con una sorpresiva violencia.

Y la joven princesa no supo nada de Jongin en semanas, hasta que su cuerpo ensangrentado pero aún con vida llegó al palacio.

El vuelo de su vestido se agitaba mientras esta corría deprisa por los pasillos, su corazón quería perforar su pecho y salir de este, sus piernas quemaban y no dejaba de tomar grandes bocanadas de aire para llenar sus pulmones que parecían colapsarse.

— ¿Dónde está?— Exigió molesta a todos los criados absortos por la conmoción de tener gravemente herido al único líder las tropas del rey.

— ¿Princesa?

— ¿Dónde está Jongin?

— ¿Jongin?

— Kai— Recordó que ella era la única que podía llamarlo de esa forma. — ¿Dónde está Kai?—

Uno de los sirvientes señaló una cama en la esquina de la habitación, la guerra sería desastrosa como lo  predijo el oráculo, la muerte asecharía al reino día y noche sin parar por siete semanas, pero nunca espero que asecharía a Kai.
Palideció al verlo.

Las lágrimas inundaron sus ojos como abundantes ríos. Kai estaba en un hilo entre la vida y la muerte, sus heridas eran profundas tanto que la sangre escurría de estás en un fino hilo, su  respiración era rápida, como si necesitara el aire con desesperación y no podía obtenerlo del todo.

Estaba ardiendo en fiebre y su pronóstico no era bueno, a cada segundo declibaba  mientras luchaban por cerrar su herida y que esta dejara de sangrar a brotes inimaginables. Kai moría.

— Vamos Jongin, no quiero que me dejes

Frio.
Fue lo único que sintió en la oscuridad. Caminó despacio por el rocoso camino. Pese a que el viento movía las telas de su cuerpo y estas se balanceaban con violencia, Kai no sentía nada.

Los lamentos se escuchaban conforme la brisa acariciaba sus oídos, y al acercarse al centro los lamentos fueron constantes y fuertes incrustando temor al guerrero quien se aferraba su espada ensangrentada de sus enemigos, la sangre parecía fuego, más no lo quemaba.

Entonces, divisó un río al oriente, pero no había agua en él, solo almas que navegaban conforme la corriente lo pedía. Temeroso por lo que sus ojos veían, Jongin se alejó y fue hasta que un balsa cruzó la neblina a un puerto putrefacto de madera.

—Óbolo — Exigió Caronte, el encargado de guiar las almas de los recientes llegados de un lado a otro del río

— No lo dejes pasar— Una voz se escuchó a sus espaldas.

Este se giró sin dejar de tomar su espada con fuerza y una figura grande se apreció entre la neblina. Su aspecto era dulce, cubría su rostro con un manto que no dejaba apreciar la belleza de sus facciones.

— ¿Qué? ¿Qué es esto?

— Tu debilidad ante esa mujer fue la causa del porque te hirieron

— Mentira

— Audaz, eres audaz. Fue Ares quien te trajo a este lugar y soy yo quien te sacará de aquí. Pero tienes que escuchar con atención gran guerrero, Ares querrá separarte de la joven princesa para que cumplas tu tarea como el gran guerrero que debiste ser, pero recordad plantar tu semilla en ella antes de que pases a la eternidad —

—¿Qué tiene que ver él en todo esto?

—¿Acaso no te das cuenta incrédulo mortal? Ares fue quien te mandó para servir al rey que tanto tiempo le rezó—

—Si esto es una jugarreta exigió que termine de inmediato

—No recuerdas tu pasado porque tú no tienes pasado, naciste de la costilla derecha de Ares y este te moldeó a su semejanza, con la misma sed de sangre y destrucción que él.

Jongin la miró temeroso dejando caer su preciosa espada al río y empezó a sentir, dolor en todo su cuerpo, ardor en sus extremidades y mucha, mucha agonía que no podía controlar.

—Espera— Estiró su brazo para alcanzar a la figura extraña frente a él, pero esta desapareció como un destello de luz hacía el cielo.

Todo se desvaneció a su alrededor, una fuerza inexplicable cargó su cuerpo como una pluma, constelaciones pasaron por sus ojos y varios destellos lo cegaron.

Jennie, desesperada sin obtener alguna otra respuesta, acudió al oráculo.
"Jongin no está en el mundo de los muertos, pero tampoco ha pasado al de los vivos"
Jongin vagaba entre las estrellas para poder volver. 

Y después de  cuatro días y cuatro noches como lo predijo el oráculo, Jongin volvió a la tierra de los vivos.
De nuevo, el aire llenó sus pulmones desvanecidos inflando su pecho de forma dramática al mismo tiempo que abría los ojos y recuperaba la conciencia.

—Jongin, amor mío— Escuchó una voz familiar, este frunció el ceño y parpadeo varias veces para enfocar el bello rostro de la princesa quien sostenía su mano con fuerza y con la otra acariciaba su mejilla.

Y todo lamento, todo dolor fue remplazado por una sonrisa.

—Estás aquí, enserio estás aquí – Sollozó

—Cuando pueda sostener la eternidad sobe la palma muerta de mis manos, tendré tiempo de describir lo que siento cuando estoy a tu lado—

Aphrodite ››Jenkai‹‹ +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora