Y luego pasaste... (HANDON)

Capítulo 8

No pude evitar sentir que la vida se volvió un poco más sombría con Hope desaparecida. Ya no tenía una razón para estar emocionado. Sé que eso suena tonto, considerando que nos acabamos de conocer, pero Hope realmente trajo una luz a mi vida, especialmente después de la pérdida de Ben. Ahora, no tenía a ninguna persona y me sentía aún más solo que nunca en toda mi vida.

"¿Vas a casa?" mi jefe me preguntó y me burlé de él. "¿Qué casa?" Dije amargamente

"Habrá otras chicas Landon. Confía en mí. Me dio unas palmaditas en la espalda con comodidad, pero lo sacudí.
"No como este"
Me giré para mirarlo después de escucharlo suspirar en voz alta. "Eres joven y eres inteligente y un hombre joven y agradable ... estoy seguro de que muchas chicas están interesadas. ¿Qué hace que este sea tan especial?

Me pellizqué el puente de la nariz e inhalé bruscamente. "Porque" dije con convicción "Creo que estoy enamorado de ella"

Pude verlo mirarme con lástima y le di la espalda. "Sé que es una locura", dije suavemente, "pero cuando ella está cerca, me siento feliz, más de lo que nunca lo había hecho ... incluso con ... con ... Ben" chillé, y sacudí la cabeza con culpa. . "Quizás no creas en el destino, pero yo sí ... Y sé que ella es mía"

Podía sentir su mano caerse lentamente de mi hombro mientras asimilaba mi confesión. "Landon ..." comenzó a decir pero lo detuve. "Te veré para mi turno el viernes" susurré y luego salí por la puerta, dejándolo allí parado con sus pensamientos.

Intenté decirme a mí mismo que Hope volvería. Que esto no fue realmente un adiós como dije. Pero con mi suerte, ¿quién sabe? Cualquier atisbo de esperanza que sentía antes se había ido ahora, y me sentía entumecida. Cuando finalmente llegué a la casa, me senté en el porche y apoyé mi cabeza contra el marco. Cerré los ojos e intenté ahogar el ruido, pero debo haberme quedado dormido porque cuando desperté, las estrellas habían salido y el sol se había ido a dormir.

Me levanté a regañadientes y me limpié antes de entrar en la casa para enfrentar a mi padre adoptivo. Sin sorpresa, tan pronto como entré, inmediatamente comenzó a gritarme.

"¡Entra, muchacho!"
Suspiré profundamente. "¿Qué?" Dije por frustración, pero en el momento en que salió de mi boca, supe que era lo incorrecto. Sus ojos se abrieron y sus fosas nasales se dilataron como un toro.
Se levantó de su silla y se dirigió hacia mí, el hedor de alcohol llenaba la habitación. "¿Qué fué lo que me dijiste?" Me arrojó la ceniza de su cigarrillo a la cara y di un paso atrás. "Lo siento ... papá ..." tartamudeé. "Simplemente, ha sido un día largo y estoy cansada y no estaba pensando"
"Maldita sea, no estabas pensando que eres un pequeño bastardo perezoso" Me empujó hacia atrás, así que me golpeé contra la pared, apretándome el hombro. Lloré de dolor y me agarré del brazo.
"Deja de fingir que eres un estúpido pequeño llorón o te unirás a ese pequeño mocoso"
Lo miré con el cuerpo congelado. "¿Qué significa eso?"
Se rió de mí y me empujó de nuevo. Envolvió su mano gorda y sucia alrededor de mi garganta y me sostuvo contra la pared hasta que comencé a vomitar.
"No quiero más visitas sorpresa, muchacho. Si descubro que tienes algo que ver con eso, te mataré ". Con su mano libre, se sacó el cigarrillo de la boca y me sonrió antes de ponerlo en mi brazo. Grité de dolor cuando mi piel se despegó y cuando terminó, me tocó la mejilla con la palma de la mano, antes de acercar su rostro al mío. "Que sea un recordatorio para ti", dijo antes de escupir en mi cara.
Me agarré del brazo y subí las escaleras a mi habitación. Cerré la puerta y saqué la silla del escritorio para apoyarla contra el pomo de la puerta. Con mi primer cheque de pago, compré un botiquín de primeros auxilios y lo metí debajo de mi cama. Tuve que reponerlo de vez en cuando para que tuviera todo lo que necesitaba para tratar mi quemadura, pero con el hombro lastimado fue difícil cuidarlo sin un dolor aún más insoportable. No pude evitar pensar en la última vez que sucedió esto, y en cómo Ben había puesto una cara valiente, luchando contra su miedo de cuidarme.
Ni siquiera lloró y me entristeció pensar en lo horrible que había sido su vida en esos pocos años.
Luché inmensamente con la culpa cuando era más joven, pensando que había hecho algo para que la gente no me quisiera. Que de alguna manera solo mi presencia era una carga y que tal vez merecía lo que me dieron.
Pero cuando Ben comenzó a tener las mismas preocupaciones, me vi en él y me di cuenta de que a los dos nos dieron un trato de mierda, y que ninguno de nosotros merecía esto.
Estuvimos juntos en eso, y lo lograríamos juntos.
Las lágrimas rodaron por mis mejillas mientras luchaba contra el dolor. Apretando los dientes, moví mi brazo con el menor movimiento posible y tiré una honda alrededor para ayudar a sostener el hombro mientras se curaba.