Capítulo I

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Inicios 


Bien, soy Dhulce Willians ...tengo unos años, cumplo uno más en abril, y sorprendentemente tengo una especie de miedo. Sueño con una pequeña reunión...En fin, solo sueño

Tengo una mamá, un papá y un hermano. Como pueden ver, una familia normal, y bueno pues si lo es. Normalmente feliz.
Mi hermano es único y aunque no se lo digo lo quiero, es bien carismático, siempre haciéndonos reír y provocando que cada vez nos enojemos menos con él. Mi mami lo había apuntado en un grupo, era bonito excelentes experiencias. Un día la coordinadora, organizó una reunión; luego mi madre me comentó que iba haber un compartir y los padres se organizarían en comisiones, a ella le tocó preparar los bocaditos, y lo hicimos, al terminar me mandó dejarla, sigo dudando si fue una buena idea aceptar ir o no...; bueno obedecí y al llegar me encontré con él, yo ya lo había visto anteriormente y pues era inolvidable, no se desde cuando empecé a sentir algo por él, pero de pronto lo vi y me puse ¿feliz? aparentemente sin motivo alguno.

Entregué los bocaditos, ayudé a acomodar los asientos para los participantes, al terminar salí, pues buscaba a mi prima Alice, y gracias a Dios la encontré. Salimos a pasear por el perímetro del lugar, íbamos conversando de muchas cosas, con ella me sentía bien, muy bien, en el camino podíamos percibir hermosas flores, me encantaba el lugar, en el centro había un amplio campo en el cual se hallaban jugando varios chicos entre ellos él, junto a uno que aún no pienso mencionar porque me hizo daño; el fondo, un hermoso atardecer. Creo que dimos como 3 vueltas por derredor y luego nos detuvimos en un pequeño balcón para contemplar la calle, ella me dejó un rato por que la estaban llamando, yo me quedé allí sola, sumisa en mis pensamientos.

Inesperadamente percibí una agradable fragancia, al instante me encantó y me prometí nunca olvidarlo, regresé la mirada hacia atrás y sí, era él...

—¡Hola! ¿Cómo has estado? ¿¡Hace tiempo!?— dijo Pablo, dibujando una sonrisa en su rostro.
Sentí sonrojarme, y atiné a decir. —Buenas tardes, ¿he estado bien y usted?

La verdad es que no sé por qué lo trate con un "usted" si teníamos la misma edad, al menos eso pensé. Dueño de una piel suave y perfumada, y de un color encantador, sus perfectas pestañas largas protegían unos bellos ojos color miel, y como olvidar su sonrisa, su sonrisa era simplemente perfecta. Supongo que se percató de mi soledad y se acercó o solo lo hizo por curiosidad, pues no lo sé, ¡¡¡lo que si sabía era que ese sería un día inolvidable!!! Llevaba puesto un polo en tono perla que combinaba muy bien con él, que sobresalto hasta recuerdo lo que llevaba puesto, Pablo Fernández Ríos, ese era su nombre, se acercó lentamente para responderme a la pregunta que le había formulado.

—Como que "usted", señorita Dhulce, no me haga sentir viejo.
—Oh disculpa no era mi intención hacerte sentir "viejo", Pablo...
—No te preocupes, dulce niña...— dijo entre risas.
—Bien, y ¿qué quieres decirme?
—Bueno, ¿acaso no puedo acercarme a tan linda chica?, solo quería saber, ¿qué haces?

Esa sí que era una pregunta un poco grotesca, pues era obvio que no hacía nada, solo hablaba con él, olvidando mi soledad e intentando organizar mis palabras, para no decir cosas sin sentido alguno.
—Estoy esperando a Alice— le dije alegremente.
—Ah, Alice, si la vi entrar en el auditorio, creo que se demorará, entonces, cuéntame de ti, quiero saber de ti, nos vemos desde hace tiempo, pero te conozco muy poco...Eso es lamentable.
—Estas seguro, puedes aburrirte...— hable apenas.
—Si, claro que estoy seguro, me interesas...

Me sorprendió y sonreí tontamente, dispuesta a contarle todo...pues a mi él, me empezaba a incumbir y mucho.
—Entonces, te diré que...mmm, ¿qué quieres saber de mí?
—Ohhh, me das la libertad de elegir, eso es increíble! Dime que es de tus estudios. ¿Cómo vas?
—Pues muy bien, mantengo excelentes notas y buenos puesto, amo estudiar—dije eufóricamente.
—Felicidades, bonita, estamos igual... y dime, ...me da vergüenza preguntártelo...— comento mientras se sonrojaba y le dirigía una mirada a la tranquila calle.
—No te preocupes, pregúntamelo de frente y sin peros.
—Vale, ahí te va... ¿tienes enamorado?

"Mi Pequeña, Miel" ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora