Capítulo VI

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En persona...👤

— Así que te enamoraste de la tonta de Dhulce, Pablito
— Luciana, cuando cambiarás, no me llames "Pablito", soy Pablo y no te refieras a Dhulce como "tonta", pues alguien más parece serlo, y no es ella.
— Ya veremos — dijo entre risas, mirando hacía otro lugar— De hecho, mira quien viene por allá.
Hey! Dhulcin. Miraaa!



—Dhulce, no te rebajes hasta el nivel de Luciana, es una envidiosa.
—Alice. Ya!... Ya lo tengo muy claro. Ahhh Luciana! Lo podía esperar de ella, pero no de Pablo. No quiero volverlos a ver. Dejame sola Alice...!

Y es que solo ver como Luciana besaba a Pablo, y él muy... quieto!
Se me desplomó todo. El dolor que creía extinto, renació y con más fuerza.
—Dhulce. Por favor no llores. No...no creerás que Pablo y...ella?
—No! Alice. Date cuenta de una buena vez, se burlan de mí, está más claro que el agua. Dejame...! — no era consciente de que le gritaba a mi mejor amiga...; salí corriendo sin dirección fija y con lágrimas que nublaban mis ojos. Ou, Dhulce, solo tú podrías haberte imaginado, no vuelvas a ilucionarte.

Reprochándole a mi corazón, apenas pude sentir unos pasos; se acercaban cada vez más, reaccioné a tiempo y limpie las lágrimas que rodaban por mis mejillas.


Lo que podía identificar era a... ¿a Pablo?, y no estaba caminando, estaba ¿corriendo hacía mí?. Creo que mi mente estaba jugando, su rostro irradiaba preocupación, por poco lloraba. Llegó, me rozó y entendí que no era ninguna ilusión, me levantó y abrazó muy fuerte y pude escuchar su corazón.
— Dhulce, cariño, no...no llores, yo, yo te quiero solo a ti, creeme, ¡por favooor! Me he enamorado de ti. Te lo iba a confesar en una carta, mientras... reunía valor para hacerlo en persona.
No oscurezcas esos bellos ojos con turbias lágrimas, y mucho menos por mí. Luciana no significa nada para mí. NADA, perdón Dhulce porque tuviste que presenciar eso. Dios sabe que te estoy siendo sincero. Me...me gustas, me encantas solo tú, mi niña dulce. ¡Muero por abrazarte siempre, por besar...

Nunca imaginé a Pablo en esta situación, me refiero a lo muy preocupado, casi llorando y confesando un amor — Pa Pablo...

— Dhulce, por favor, dejame terminar; quería confesarte mi amor de una mejor manera, quería sorprenderte, que fuera inolvidable, pues conozco lo que te hicieron pasar anteriormente y quería que lo olvidarás... Per-Perdoname por lo que tuviste que presenciar. Quería que todo fuese perfecto, pero aún me comía el miedo de que me rechazarás o te alejarás de mí.
Dhulce. Te. Quiero. Te quiero mi Dhulce. Perdón.

Escuchaba atentamente, aún entre sus brazos, lo que me decía, a ratos hablaba muy rápido y luego parecía callarse, pero volvía a hablar; de pronto algo se deslizó por mi frente llegando a parar a la comisura de mis labios, acaso Pablo. Estaba. Llorando. — Te. Te...quiero. ¡Te quiero también!— él me soltó por un instante y una gran sonrisa apareció en su rostro. Era preciosaaa, lentamente iba a sentarme, cuando volvió a tirar de mí para envolverme mucho más fuerte entre sus cálidos brazos, y tomando los míos los levantó pausadamente para acomodarlos entorno a su cuello, inmediatamente rodeó mi cintura, sentí como mis mejillas empezaban a arder, — Perdoname cariño, te quiero muchísimo — estaba susurrándome, por instantes que parecieron varios minutos me cargó, sin darme cuenta ambos derramábamos lágrimas, pero eran de absoluta felicidad; me obsequió un suave beso en la frente, ya empezaba a olvidar lo que había pasado.

Aún así no éramos una pareja, más adelante cualquiera de los dos tomaría la iniciativa, de hecho hoy yo no sería la que hiciera la pregunta obvia, pueda que la responda. Pero. Hoy. Yo. No. Preguntaría.
Me solté de sus cariñosos brazos y le devolví el beso en la frente.

— Hey! Dulce niña. No huyas — ordenó Pablo, limpiando las últimas penas de sus atrayentes ojos.
— Hasta luego, Pablo — le respondí sonriendo
Dear Dhulce. It's a pleasure to see you. I love you... You are lovely and my life.
You are lovely, too. Kiss. Bye, take care...
Thanks, my Dhulce.

Era dulcemente perfecto, y eso que pensaba nunca más hablar, es exacto. Ouuu gracias Señor!
Tengo que contárselo a mi Alice, no debí gritarle...
—Alice... ¿dónde estás?, disculpame por hablarte de esa manera, estaba muy triste, demasiado asustada y frustrada. ¿Alice?, por favor, ¡disculpame!
— ¡Dhulce! No grites...pasaste delante de mí y de seguro ni me viste.
Ah! Pero yo si presencié todo. ¿Pensabas contárselo a tu amiga?, parecía como si estuviesen juntos desde hace tiempo. Irradian una complicidad. Wuuiiii...
— Shhh... ¡Alice! Baja un poco la voz—me sonrojé y giré un poco, era él, él me observada a poca distancia— Ehhh, n...no como crees que te lo ocultaría, no ocultaría algo así, no...no pasó nada antes, es muy reciente. Uyyy, Alice no me lo esperaba, fue encantador! Se ha ganado mi cariño — sin querer suspiré y me sonrojé aún más —...Alice, y. Y si es solo un juego. Un juego!?
— ¡No! Como puede ser un "juego". Es muy difícil. ¡Imposible! Él es muy, pero muy sincero contigo. Te quiere. Te. Quiere.
— ...
— Que palabras tan ciertas Alice. Graaacias.

Dhulce, no te culpo por dudar, pero fuera de eso, estoy siendo muy sincero contigo. ¡Te quiero muchísimo! — era Pablo sonrojado; ni siquiera lo sentimos, de un momento a otro solo lo escuchamos, y sí, sus ojos vertían sinceridad. Yo lo quería...
Me abrazó. Sentirlo nuevamente, un encanto — te quiero mi Dhulce, siempre contarás conmigo.

— Owww... Que tiernos niños, adorables, me los como. Pero.
Dhulce tiene que irse conmigo. — sin siquiera darme cuenta ya no estaba en los brazos de Pablo, estaba frente a Alice.






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Que les haya encantado es mi más sincero deseo.
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&quot;Mi Pequeña, Miel&quot; ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora